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Detrás de un momento “eureka”


27 de marzo de 2018

Solemos pensar en la creatividad como un talento reservado para unos pocos elegidos. Esos a los que se les enciende la bombilla que conduce a una idea revolucionaria mientras están sentados en el sofá, de repente. Como si al nacer miraran a nuestros padres y dijeran: “Enhorabuena, le vendrán las ideas solas, lo lleva en la sangre.”

Sin embargo, la creatividad es más bien un motor activado a través de experiencias y conexiones diversas. No es aleatorio, es un potente proceso, una habilidad que puede ser practicada y nutrida de forma diaria. Las personas más creativas comparten una curiosidad por la vida en todos los aspectos.

Hay una serie de prácticas que impulsan el potencial creativo:

  1. Lánzate a vivir experiencias emocionales

Todas las experiencias que reunimos a lo largo de nuestra vida, como viajes, eventos y conversaciones, forman una potente base sobre la que se construye la creatividad. Se almacenan en nuestro banco de memoria y aunque muchas veces no somos conscientes de tenerlas, en ciertos momentos las emociones surgidas de estas vuelven a nosotros si somos capaces de conectarlas. No es casualidad que las personas más inquietas suelen ser más creativas. Por ejemplo, Brian Chesky, fundador de Airbnb, decidió alquilar un colchón que le sobraba porque necesitaba dinero y así poder también conocer gente internacional. Esa experiencia fue el inició de una de las empresas con más crecimiento de los últimos años.

  1. Crea sinergias con personas diferentes

 La colaboración entre personas que han vivido experiencias vitales diferentes o profesionales de disciplinas complementarias multiplica la creatividad, pues aumenta el banco de recuerdos que entre los dos tienen almacenado. Además, permite enriquecerse de un proceso creativo diferente. Pensamos que la creatividad esta asociada solo al arte y en realidad la innovación se encuentra en la intersección de múltiples campos. Aprovecha cualquier momento para conocer más allá de lo aparente, escuchar activamente y dejarte sorprender.

  1. Ábrete al juego

 El juego acelera la creatividad pues nos permite estimular el cerebro de forma diferente a las actividades a las que estamos acostumbrados. Perdemos estos momentos según vamos creciendo pero son los que nos permiten usar nuestros talentos de forma libre. Escribir un blog, pintar en un diario o incluso actividades como los juegos de enigmas en equipo entrenan nuestro cerebro para destapar el pensamiento lateral. Grandes empresas como Google y Amazon reservan un día a la semana para realizar juegos al margen de cualquier tarea profesional.

  1. Guarda cada detalle

 Si observas a algunas de las personas más creativas hay algo que tienen en común: llevan siempre una libreta o apuntan ideas en alguna aplicación del teléfono. Capturar reflexiones o impresiones permite interiorizarlas, visualizarlas y generar más tarde conexiones. Apunta, fotografía o dibuja todo aquello que te inspire. Combina el mundo digital con el analógico, porque la creatividad también está en las manos. Son las asociaciones las que encienden la creatividad.  

 Las grandes ideas nunca vienen de un momento de “eureka”, de un golpe de suerte repentino, sino que son el regalo a personas locas por vivir experiencias enriquecedoras, lanzarse a lo nuevo, conocer profundamente a otros y jugar sin pensar en la edad. Personas con curiosidad insaciable y con inquietud por vivir al máximo.