“Modo avión” o cómo estar encendido sin estar despierto
Creo que todos sabemos lo que es el modo avión… Esa funcionalidad que tienen los dispositivos electrónicos, por la cual puedes mantenerlos encendidos, pero sin conexión con el mundo, de forma que no afecte por ejemplo a la electrónica de los aviones.
Está encendido, pero no suena. No recibe ni envía mensajes…
Seguramente las personas también deberíamos tener un “modo avión”, que nos permitiera desconectar de manera coyuntural, centrarnos en nosotros mismos, reflexionar… Es desde la reflexión desde la que se puede realizar un análisis del pasado, que también permita realizar una proyección a futuro. Además, la reflexión que permite la desconexión, permite matizar las emociones y encontrar nuevos equilibrios.
Tampoco se puede vivir demasiado, en este mundo nuestro, en “modo avión”. Una desconexión excesiva, hace que podamos perdernos mucha información y que cuando volvamos a conectarnos, nos sintamos fuera de juego.
A veces me pregunto si algunas personas, se pusieron en “modo avión” hace mucho tiempo, y se han olvidado de volver a conectarse… Estas personas que viven en la vorágine, a toda velocidad, pero con poca interacción con las personas que le rodean, con el mundo que le rodea.
Hace unos días, un directivo me contaba compungido que uno de los mejores profesionales de su equipo le había dicho que se iba de la empresa, sin motivo aparente y sin haber dado señales previas. Me pregunto si esto posible, o tal vez, el directivo había pasado demasiado tiempo en “modo avión”.
Nos ocurre también con clientes descontentos, con hijos que parece que se hacen mayores de un día para otro, con vecinos a los que hemos ido perdiendo con el tiempo…
Gestionando bien el “modo avión”, es una funcionalidad estupenda. Activar el modo avión para encontrar la reflexión y el sosiego, es una medida necesaria. Mantenerlo demasiado tiempo apagado, nos aleja del mundo. Y en la era de las relaciones, esto tiene graves amenazas.