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Con pan también se innova


26 de noviembre de 2020

Esta semana, en el programa de Volando Voy, aparecía una historia emocionante. Este espacio, liderado por Jesús Calleja, nace para frenar la despoblación en entornos rurales a través del emprendimiento, atrayendo a jóvenes a estas zonas y mostrando la belleza de los pueblos. Una misión necesaria, urgente, con historias que necesitan ser contadas.

El último capítulo muestra la historia de Endrino, un panadero ya jubilado que llevaba años con la panadería cerrada, la única del increíble pueblo de Segura de la Sierra, que ve como su población baja cada año más. Se le veía conmovido recordando su pasado y preocupado por el presente del pueblo, donde todos los negocios están desapareciendo y el suyo nadie lo había querido retomar.

A través del programa, se lanzó una búsqueda de alguien joven que pudiera hacer el relevo a Endrino, recuperando esa viaja panadería. Entre los que se presentaron estaba Fran, un chico de 24 años que soñaba desde niño con ser panadero. Había dejado de estudiar después de bachiller, porque sentía que el sistema educativo actual no encajaba con él. Pero no se había quedado parado. Había empezado a trabajar, aprendiendo todo lo que podía en diferentes panaderías. Al llegar al pueblo, estaba ilusionado escuchando a cada persona que se encontraba, contando su proyecto de masa madre con cafetería, que quería convertir en referente en la zona, atrayendo a personas de otros pueblos, haciendo que las calles cobrasen vida. La cara de Fran, viendo la panadería terminada, emocionado, sin palabras, lo decía todo.

Cuando pensamos en emprender o innovar, se te viene inmediatamente a la mente las startups tecnológicas o las grandes áreas de innovación. Sin embargo, Fran es el reflejo de la gran mayoría de emprendedores en España, que crean en sectores tradicionales, muchas veces sin los conocimientos y el apoyo que tienen otros campos, pero llenos de ilusión, con humildad, creando de forma sostenible y aportando un enorme valor social en sus comunidades.

Hace unas semanas estuvimos dando formación en mentalidad innovadora para emprendedores en el programa Sherpa de la Confederación de Empresarios de Albacete. Menos dos, el resto emprendían en sectores tradicionales. Al terminar, nos dijeron que nunca pensaron que la innovación podía ser tan asequible de comprender y de integrar en sus empresas, que siempre habían pensado que era para un grupo reducido de personas. Se emocionaban pensando que algo que habían visto siempre como inalcanzable, no lo era.

Es importante entender que hay muchas formas de emprender, de innovar y todas tienen que ser visibilizadas y recibir apoyo. Es necesario mostrar historias diversas para que podamos elegir cómo crear con plena libertad. La innovación debe ser democratizada, extendiendo el impacto para no perdernos por el camino grandes emprendedores como Fran, que llenan de sabor pueblos enteros y que nos demuestran que con pan, también se innova.