Crecer a través de un proceso de coaching
En los procesos de desarrollo personal, no todos los caminos llevan a Roma, pero no existe una única forma de conseguir avanzar hacia los retos del coachee. Existen siempre varias alternativas, y es importante que el coachee participe en la identificación de las mismas, con ayuda del coach.
Un buen coach, ayuda al coachee a descubrir alternativas, acciones, miniretos, una vez que el coachee ha explicitado su estado deseado, pero no debería condicionar, no debería posicionarse en cuanto a cuál es el camino que ha de seguir el coachee. El camino elegido, con absoluta libertad, ha de ser decidido por el coachee, y esta es una de las grandes claves de éxito de los procesos de coaching.
El avance en procesos de desarrollo personal y profesional exige de un alto nivel de compromiso del coachee, y éste es muy difícil de conseguir, cuando lo único que ha de hacer es seguir unas consignas que le marca su coach.
Tanto los retos, como las acciones para darles respuesta, han de ser una elección personal, una obra en la que el coachee no es un mero obrero, sino que es el arquitecto. Ello sí permitirá que la predisposición para dar lo mejor de sí mismo en el proceso de desarrollo sea excelente.
La convivencia del proceso de desarrollo personal con otras muchas responsabilidades del coachee (su trabajo, su familia, etc.), condicionan en gran medida el timing del proceso. Nuevamente, es el coachee el que ha de marcar la pauta, y colocar su proceso de desarrollo a partir de su propia escala de prioridades. El coach no es un “papi” o un “tutor” que tiene que fiscalizar el proceso; es solo un apoyo que ayuda a pensar con buenas preguntas, y genera alternativas de actuación que puedan al coachee y visualizar la realidad de diferentes maneras.
Naturalmente, puede ocurrir que el proceso de coaching esté tan abajo en la escala de prioridades del coachee, que los avances sean inexistentes. Nosotros consideramos que esta posibilidad sí debe ser puesta por el coach encima de la mesa, realizando una valoración conjunta de si “estamos perdiendo el tiempo” y hay que buscar otro momento para que el proceso sea más efectivo.