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Piscinas


2 de marzo de 2020

Un mes después de empezar la séptima edición de Factoría, ya empiezan a verse rasgos comunes de esta nueva generación, ese sello de identidad o común denominador que parece que todos los grupos humanos necesitan para generar ese sentimiento de tribu, de pertenencia a una comunidad.

Esta generación parece haber decidido que el mundo se puede acabar mañana, y que por lo tanto beberse “a sorbitos” la experiencia de Factoría de enero a junio, es un enorme riesgo. Muchísimo mejor bebérselo de un trago, por lo que pueda pasar. Llevamos cuatro semanas de muchísima intensidad, de enorme apertura a sentir emociones, a “abrir melones” y a ponerse en marcha para gestionarlos.

Esta predisposición al aprendizaje, a vivir la experiencia al máximo, es por supuesto más positiva que negativa (expande tu mundo). Pero claro, como decía una de las inscripciones en el Oráculo de Delfos, “nada en exceso”. También es posible atragantarse de descubrimiento, de conocimiento. Darse una vuelta a uno mismo, y darse una vuelta por el mundo, es un ejercicio que puede marear, si lo haces demasiado rápido. Si no hay reflexión antes de la acción.

Dicen los expertos que hablan de la sensación de fluidez, que las experiencias más maravillosas son aquellas en las que las variables espacio y tiempo carecen de importancia. En las que te dejas llevar, a partir del ritmo real que tu cuerpo y tu mente necesita. Pero esto no significa no pensar. O no parar de hacer. Significa moverse por algo (sin destino) o hacia algo (un destino más o menos concreto), por caminos que pueden ser largos o cortos. Y el que sean buenos, no tiene que ver con que sean largos o cortos. Sino con cómo de bien te sientes, o cuál es el sentido que le das al camino.

De este modo, un camino largo, bebido a sorbos pequeños, puede ser la mejor opción para alguien. Como también beberse todo de un trago. Nada es bueno o malo “porque sí”, desde el punto de vista de las experiencias. No es mejor tirarse a la piscina sin saber cómo está el agua. Tampoco es mejor dedicar 30 minutos a ir metiendo los deditos, los pies, las piernas. Hasta que te sumerges por completo.

¿Cómo fluyes tú?