¿Sabemos comunicar de manera asertiva?
Antes de analizar nuestra forma de comunicarnos queremos detenernos a explicar brevemente el concepto de asertividad. Una palabra que sirve para designar una cualidad del ser humano que a priori se nos resiste y a veces es complicada de desarrollar.
Asertividad es la cualidad de una persona para desarrollar una estrategia de comunicación ubicada entre la pasividad y la agresividad.
Mediante la asertividad podemos comunicar de forma clara y precisa nuestras ideas, pensamientos, valores…haciéndolos prevalecer sobre los de nuestro interlocutor, pero son que éste se sienta agredido.
El liderazgo por ejemplo es una competencia que generalmente no se da sin la asertividad, ya que desde ella, es más fácil conducir o guiar a las personas que tenemos a nuestro cargo o a quienes sencillamente no tienen esta cualidad.
Pongámonos ante el típico ejemplo de alguien a quien se le encomienda el desempeño de una acción que no se contempla en su rol . Esta persona tiene dos opciones: acepta el encargo a pesar del trastorno que puede suponer en su planificación o consecución de sus objetivos o bien de manera educada y clara, explica los motivos por los que rechaza esta propuesta y los argumenta desde hechos concretos.
Cuando tenemos clara nuestra visión del mundo y a dónde encaminamos nuestros pasos, si además contamos con la habilidad para comunicarlo de forma asertiva, tendremos una buena parte del camino al éxito asegurado.
Al comunicarnos asertivamente estamos manifestando nuestro punto de vista y lo que queremos lograr sin temor alguno a ser juzgado. La persona asertiva, exige lo que debe exigir desde el respeto a los demás.
Podemos concluir pues diciendo que, el ejercicio de la asertividad forja nuestro carácter y personalidad siempre y cuando se practique desde el respeto y la tolerancia a los demás.