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Se acerca el fin de año, es momento de evaluar el desempeño.


29 de diciembre de 2015

Son fechas muy propicias para hacer una parada en el camino y detenernos a analizar cómo ha sido nuestro rendimiento a lo largo del ejercicio anual. Es un momento de cierre, análisis, reflexión y propuesta de nuevos retos y nuevos objetivos.

El factor común de muchas empresas estos días es, ordenar objetivos individuales, evaluar el desempeño del personal y alinearlo con la estrategia empresarial.

El primer paso para llevar a cabo todo lo anterior con éxito es que el trabajador conozca la existencia de este proceso de evaluación y medición de resultados. Además la acción de evaluar debe llevarse a cabo desde la definición de unos pilares a nivel corporativo y siguiendo una metodología concreta que permita analizar el desempeño de nuestros empleados de una manera concreta, no en base a impresiones efímeras o aleatorias de algunas actividades realizadas a lo largo del año.

Siguiendo ese modelo previamente definido, la persona que evalúa no podrá dejarse llevar por su estado anímico o por meras percepciones subjetivas, y no será un simple protocolo de actuación sin trascendencia real en objetivos o planes de desarrollo  futuro. 

Por tanto a la hora de hacer este alto en el camino para la evaluación del desempeño, deberán haberse definido previamente las competencias necesarias para cada rol, ya que éstas serán determinantes en el proceso de evaluación, retribución y  formación del evaluado así como en la selección de futuros candidatos.

Una evaluación de desempeño basada en un modelo de gestión efectivo, busca que los empleados se responsabilicen de sus actividades y resultados, creando un vínculo entre evaluado y objetivos empresariales.

En resumidas cuentas, si en su empresa, ha llegado ese momento de sentarse con sus trabajadores a evaluar su desempeño, le recomendamos:

  • Establecer unos objetivos empresariales claros y unas estrategias de actuación enfocadas a la consecución de los primeros.
  • Definir las acciones que cada empleado puede ejecutar para conseguir el objetivo planteado.
  • Marcar unos hitos temporales y unos objetivos concretos para cada trabajador y para la consecución de sus tareas desde el compromiso y la asunción de responsabilidades.
  • Establecer momentos y espacios donde cada persona pueda mostrar sus alcances, cumplimientos y decisiones, abriéndose la posibilidad de corregir direcciones o reforzar las ya existentes.
  • Retroalimentar y establecer nuevos compromisos mutuos.

Siguiendo estos pasos, seguramente encontrará trabajadores capaces de priorizar sus tareas diarias, enfocados en cumplir metas conjuntas con unas condiciones claras de trabajo que facilitan su motivación y alineamiento empresarial.