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Etiqueta: autoanálisis

A veces mirarse en otros espejos ayuda

Siempre he tenido presente una frase que de pequeña me han repetido hasta la saciedad: No  te fijes tanto en la mota del ojo ajeno como en la viga propia. Y con esta frase siempre presente cuando emito algún tipo de juicio, intento aprender. Y es que creo que, mirarse en el espejo de otros a veces nos ayuda a crecer y mejorar.

Ayer asistí sorprendida a un espectáculo deportivo donde el ambiente se fue caldeando a medida que avanzaba el tiempo en el marcador. Un partido donde los niños eran los protagonistas y donde vivimos un juego agresivo, sucio en algunos momentos y con una tensión que fue aumentando progresivamente.

Es verdad que llevo pocas horas de vuelo como asistente a este tipo de espectáculos, pero siempre había oído que se trataba de un deporte donde por regla general el respeto y los valores de la deportividad primaban. ¡Menuda sorpresa!

Aquello se fue caldeando hasta el punto de que la mayoría de los allí presentes, comenzamos a contagiarnos del “calor” que se respiraba sin ser conscientes de que entre todos contribuíamos a empeorar el ambiente.

Lo que vi y escuché me generó un movimiento interior tal, que en algunos momentos me costaba controlar y gestionar. Mis emociones a flor de piel hablaban de mí.

Al término del partido pensaba en el ejemplo que los mayores habíamos dado a los niños, que no solo estaban jugando, también se estaban “educando” en un contexto deportivo, donde por momentos, curiosamente, faltó la deportividad y a veces hasta el respeto.

Y es que, como decía al principio, cuando estamos dispuestos a mirar en otros espejos y nos vemos reflejados en ellos, a veces toca hacer un ejercicio de análisis para extraer lo bueno y malo que vemos en esa imagen proyectada. Podemos analizar en qué y cómo podríamos cambiar lo que no nos gusta y, tratar en definitiva, de ser un poco mejores evitando aquello que no educa, que no respeta, que puede llegar a dañar a otros. Y es que, no olvidemos que todos tenemos una responsabilidad con nosotros mismos si queremos ser mejores y también con aquellos que en un momento dado puedan llegar a mirarse en nuestros espejos.

¿Dónde estoy? ¿Dónde quiero estar?

Un proceso de desarrollo personal, creemos que ha de surgir de un análisis del gap entre “dónde estoy”/ “cómo estoy”, con respecto de “dónde quiero estar”/ “cómo quiero estar.

Esto implica, como punto de partida del proceso, que es necesario realizar un ejercicio profundo y a menudo complejo para identificar el ESTADO del coachee, haciendo que aflore su estado emocional, y que también su cerebro racional analice su momento y valore el nivel de satisfacción.

Hay una parte de este ejercicio de identificación que es introspectivo: el participante debe bucear en sus experiencias, en sus emociones…Aunque en general es un ejercicio que no tiene por qué ser complejo, hay personas a las que les puede generar dolor, al mirarse en el espejo y no verse como les gustaría verse…

Nuestra experiencia nos dice que, en muchas ocasiones, no es tanto verse peor de lo que querrían lo que genera dolor, sino la consciencia de las incoherencias que han hecho que el sujeto se haya alejado del camino que deseaba seguir para conseguir sus propósitos. 

Y por supuesto, también hay muchas ocasiones en que el ejercicio es atractivo para el coachee, ¡sobre todo por lo novedoso! Es impresionante la cantidad de personas que te dicen que nunca se habían parado a pensar en ellos: en lo que quieren, en cómo de lejos están de ello, en el camino para conseguirlo…

Naturalmente, este descubrimiento, que es esencial para iniciar un proceso de desarrollo personal, abre alternativas de actuación inexploradas y es frecuente que dé lugar a un estado emocional ilusionado, que estimule la proactividad.

Con frecuencia, es mucho más sencillo identificar “dónde quiero estar”, o “cómo quiero estar”, pues a ello sí se dedica de manera consciente o inconsciente mucho más tiempo.

Pero en este caso, es muy importante que el sujeto identifique indicadores que le ayuden a saber “cómo saber” que ha llegado al estado deseado: cuál sería el diálogo interior, las sensaciones, los retos conseguidos…

Una vez identificado el estado actual y el estado deseado, hay que identificar los caminos que llevan del uno al otro. Pero ya será en otro post.