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Etiqueta: curiosidad

El secreto está en las ganas

Un mes en casa. Confinados y confinadas, peleando contra el bicho en una guerra en la que la mejor acción es no moverse. Y ayudar así a que los héroes y heroínas se batan en combate sin tregua en los hospitales.

Y en Dynamis, donde siempre hemos creído en el aprendizaje en un aula, en una cueva, alrededor de un fuego. Oliéndonos, rozándonos, mirándonos a los ojos… ¿Qué hacemos?

Pues crear otros caminos, que no dejen jamás de conducirnos a nuestro propósito: ayudar a las personas a conocerse, si es posible en relación. A pensar por sí mismas, a encontrar sus propios recursos para tomar decisiones, para elegir sus caminos.

Un mes en casa. ¿Y qué está pasando con lxs talents de Factoría, acostumbradxs a los seminarios vivenciales de cada jueves? Pues que están sacando provecho más que nunca a los procesos de coaching. Que los equipos de proyecto son más equipo que nunca. Que ofrecemos unos casos online voluntarios, y se apuntan 23 de 23.

Lo que está pasando es que están exprimiendo al máximo la experiencia, como todas las anteriores ediciones de Factoría. Porque el secreto está en las ganas. Porque quien quiere aprender, siempre encuentra la forma. Porque lo importante es el fondo.

Recuerdo aquella frase atribuida a Aníbal, general del ejército cartaginés, que dirigió a su ejército en la imposible misión de cruzar los Alpes. “Encontraremos el camino, y si no, lo crearemos”. Importa el propósito. Y las ganas. Todos los caminos pueden ser buenos. Y disfrutarse.

El maldito bicho ha logrado que no nos olamos, que no nos rocemos, que no nos besemos. Pero no solo no ha logrado desconectarnos, sino que ha logrado lo contrario. Estamos más cerca que nunca, porque estamos los unxs en los otrxs. Nos recorremos juntxs. Y juntxs, porque queremos, seguiremos encontrando la forma de seguir aprendiendo, de seguir entregando, de seguir construyendo, de seguir sintiendo, de seguir viviendo.

 

Una reflexión sobre las formas de aprender

Desde que somos pequeños en el colegio entendemos que para avanzar hay que aprobar exámenes, y para aprobar exámenes hay que estudiar. Lo que he descubierto a lo largo de mi vida es que existen tantas maneras de estudiar como personas hay en el mundo, y que no todos tenemos los mismos mecanismos de aprendizaje. El estudio se puede convertir en una tarea muy tediosa cuando se hace incorrectamente. ¿Te gusta estudiar? Si respondes sí a esta pregunta me atrevo a decir que vas por el camino correcto o que has tenido suerte con el camino. Si tu respuesta es negativa, te hago otra pregunta, ¿te gusta aprender?

Si te gusta aprender, pero no te gusta estudiar creo que es un buen momento para que mires desde fuera cómo y qué estás haciendo para estudiar. También sería interesante revisar el sistema educativo en el que has aprendido a estudiar para replantearse (sus) técnicas, y por lo tanto también las tuyas. Aunque creo que muchas cosas están cambiando, nuestro sistema de enseñanza se basa en la teoría y su principal mantra es la memorización. ¿Qué ocurre con las personas que aprenden más fácilmente a través de la experiencia? Sería sencillo suponer que tendrán que hacer esfuerzos más grandes para conseguir resultados, y como consecuencia de ello, se perciban como estudiantes a los que les cuesta más.

Hace unas semanas quedé con un grupo de amigos para jugar a un juego de mesa. Escuché atentamente las reglas del juego, leí con mucha concentración varías veces las instrucciones y a nada estuve de sacar papel y bolígrafo para hacerme un esquema (que de poco hubiera servido). Nos pusimos a jugar y durante la primera ronda no dí ni una, no entendí nada del juego, y para qué negarlo me sentí algo tonta. Como ya me conozco en estas situaciones, a lo largo de la partida interrumpí con cierta frecuencia para hacer preguntas sobre la mecánica del juego.

¿Os imagináis qué me ocurrió en la segunda partida? Había entendido perfectamente el juego: había aprendido a jugar. A diferencia de las otras personas que lo entendieron con las instrucciones, yo necesité experimentarlo y vivirlo.

Con esta anécdota quiero destacar el valor de la diversidad y abrir interrogantes sobre la existencia de escenarios que conciencien sobre ella. Específicamente dentro de las aulas de colegios y universidades para que los estudiantes no repliquen patrones que no les identifican y encuentren los propios, en el campo del estudio, y en general en el de su identidad. Porque estudiando también se construyen personas.

A mí siempre me ha gustado ver los apuntes de mis amigos. ¡Unos tan distintos de otros! Esquemas llenos de símbolos, líneas, abreviaturas… Textos llenos de colores diferentes, mapas mentales… He utilizado técnicas de estudio muy diferentes según la edad que tenía o la materia que estaba estudiando. Más o menos visuales, con más o menos repetición o buscando más o menos la aplicación práctica de los libros y textos. Pero, ¿sabéis cuál ha sido el primero paso para llegar a generar estas técnicas de estudio? Poder responder a la siguiente pregunta: ¿y yo de qué manera aprendo mejor? Solo así pude deshacerme de aquello que no me servía y empezar a buscar lo que sí, asumiendo mis limitaciones y tratando de encontrar soluciones creativas.

¿Cómo desarrollar el talento en la universidad?

La etapa de la universidad puede vivirse desde dos puntos totalmente opuestos: como un mero ir y venir a clase y estudiar para los exámenes o como una época de crecimiento y desarrollo previo a la etapa profesional que nos ofrece oportunidades extra curriculares que no se deben desaprovechar.

Esta última opción regala experiencias únicas y aporta habilidades que además de servir para el desarrollo profesional del joven,  son valoradas por muchas empresas a la hora de incorporar a una persona en su plantilla. Participar en este tipo de actividades, indica una gran iniciativa por parte de la persona y probablemente un mejor desarrollo del talento ya en la universidad. Veamos algunas:

En la mayoría de universidades suele haber diferentes asociaciones relacionadas con diferentes ámbitos de actuación. Ser parte de una asociación te ayudará a poder poner en práctica todo lo que aprendas en las aulas, conocer a personas con las mismas inquietudes que tú y desarrollar habilidades que posteriormente necesitarás en el mundo laboral.

  1. Erasmus.

 Actualmente, existen muchísimas oportunidades para realizar un curso o cuatrimestre fuera de tu universidad. Vivir una experiencia fuera de tu casa, especialmente en otro país, te aportará grandes cosas además de aprender el idioma y la cultura del país. Salir de la zona de confort hace que desarrollemos la autoconfianza, el sentido de la responsabilidad, una mayor facilidad para solucionar problemas y tomar decisiones y una curiosidad por los nuevos desafíos.

  1. Programas de formación

 Participar en programas o cursos de formación bien relacionados con nuestro ámbito de estudio, bien de otro totalmente diferente, denota una curiosidad y una proactividad que además de proporcionarte un conocimiento mayor del que te facilitan los profesores, puede marcar la diferencia respecto a otras personas con la misma titulación.

  1. Hackatón

El hackatón es un encuentro de programadores con el objetivo de desarrollar de un modo colaborativo un software abierto. En estos eventos, cuya duración oscila entre dos días o una semana,  tienen cabida profesionales de diferentes ámbitos de actuación lo que enriquece más estos encuentros  y desde el punto de vista organizativo, suponen una dinámica horizontal e intensiva en donde los participantes complementan experiencias y habilidades individuales con el propósito de desarrollar soluciones concretas.

  1. Concursos

 Relacionado con los hackatones, también tenemos los concursos. Existen concursos de todo tipo y son una manera de poder crear currículo en tu etapa universitaria.

  1. Voluntariado

 Realizar un voluntariado es una experiencia única. Existen muchas formar de aportar en la sociedad, ya sea haciendo un voluntariado internacional o colaborando con una asociación u ong que trabaje cerca de ti. Además de poder ayudar a causas que lo necesitan, puedes aprender de otras personas y ganar experiencia.

  1. Hobbies.

 Los hobbies son una buena forma de seguir creciendo. Si estás estudiando ingeniería y te gusta escribir poesía o si estudias medicina pero te encanta dibujar, no dejes de hacerlo. En muchas ocasiones, pensamos que nuestros hobbies tienen que estar relacionados con aquello a lo que nos queremos dedicar, pero no necesariamente tiene por qué ser así. Potencia y desarrolla aquello que te gusta, por muy distinta que sea de la rama a la que te quieres dedicar.