Skip to main content

Etiqueta: equipo

Alto rendimiento creativo

¿Qué tiene un equipo que alcanza el alto rendimiento creativo? Nos obsesionamos continuamente con la idea, con el proyecto en sí mismo, con los resultados. No somos capaces de ver que para  llevar a cabo nuestra misión de sacar proyectos complejos en entornos cambiantes debemos ser creativos no solo técnicamente sino también en la forma que tenemos de trabajar juntos. Lo  interesante y complejo es la interacción humana.

Para empezar, debemos juntar los ingredientes críticos: un equipo diverso. La innovación jamás surge de personas iguales y ese es uno de los grandes errores que cometen muchos. Busca la incómoda y potente riqueza que se produce en el complemento. Es increíble poder ensamblar pensamientos diferentes para poder mirar los obstáculos y éxitos desde múltiples perspectivas. Solo la diversidad te podrá dar este regalo. Solo la diversidad se acerca a la verdad y a la innovación. 

Pero esta unión es solo el principio. Un equipo diverso necesita ser alimentado continuamente y descubrir día a día nuevas formas de interactuar. Es necesario potenciar el talento. No podemos confundir la estructura de organización con la de comunicación. La organización no puede jamás obstaculizar la comunicación libre y abierta. Necesitamos líderes, mentores, directores, si. Pero también necesitamos estimular la autonomía. Ofrecer sugerencias cuando sea necesario pero también apartarse para dar espacio para crear. Guiar pero también meternos “en el barro” cuando otros necesiten propuestas, ideas, consejos. 

La responsabilidad de descubrir y solucionar problemas tiene que ser asignada a cada persona del equipo, desde el director hasta el becario, desde el comité hasta la línea de montaje. Quizás la persona que está mas cerca del cliente es la que descubre los mayores obstáculos. Cada uno tiene que tener la habilidad de detectarlos y sugerir cambios. La confianza de dar libertad para llevar a cabo sus propias soluciones. La satisfacción de arreglar lo que esta roto es enorme y debemos expandir esta sensación en todos los rincones de la empresa.

Sin franqueza no puede haber confianza. Sin confianza, la colaboración creativa es imposible.

 

Próximos talleres Dynamis

El próximo mes de febrero ponemos en marcha una serie nueva de talleres formativos en colaboración con La Nave. Un punto de encuentro de ciudadanos, empresas y toda una vibrante red de profesionales innovadores que buscan acelerar sus ideas y proyectos para transformar la ciudad de Madrid.

Teniendo como eje central el talento, se han planteado tres talleres diferentes para trabajar diferentes aspectos relacionados con la gestión de equipos, la búsqueda de nuevas oportunidades laborales, las claves para darse a conocer de la mejor manera posible.

De este modo, si estás interesado en:

  • Descubrir las claves para expresar lo que eres de forma auténtica, tu taller es: Muestra tu talento 13 de febrero de 11:00h.-12:00h.
  • Encontrar nuevas oportunidades laborales y de contribución a la mejora del planeta, tu taller es: Speed Networking, 13 de febrero de 12:00h-14:00h.
  • Cómo gestionar equipos de trabajo inspirando entornos de trabajo inspiradores, tu taller es: Cómo gestionar tu equipo y no morir en el intento. 28 de febrero a las 9:00h.

 

 

El propósito común en los equipos de alto rendimiento

Es una obviedad que si algo caracteriza a los equipos de alto rendimiento es la existencia de un propósito común, que va más allá de los objetivos individuales de las personas que lo forman.

El futbolista que quiere que su equipo gane el campeonato, más allá de que mete más o menos goles… El bombero que no se queda satisfecho hasta que el incendio está apagado, aunque él ya haya cumplido con su labor… El Director de Área de Compras, que no está contento si su ámbito brilla con luz propia, pero la empresa pasa por dificultades.

Una buena forma de comprobar que un grupo de personas que supuestamente ha de ser un equipo, de hecho lo es, es observar si existe ese ejercicio de generosidad que hace que los intereses y necesidades individuales, estén supeditados a los intereses y necesidades del colectivo.

Quien deja limpia su baldosa porque es su cometido, y se va corriendo mientras ve que los demás siguen trabajando con ardor para limpiar las suyas, puede estar poniendo de manifiesto sin duda una eficacia mayor, un alto rigor, energía, etc… Pero ese comportamiento es un síntoma de que ese grupo en el que se mueve, no funciona como un equipo.

Sin embargo, queremos traer a este texto algo que no suele comentarse cuando se hace referencia al propósito común como referencia para los equipos de alto rendimiento. ¿Qué pasa cuando, de manera sistemática, las personas han de renunciar a sus objetivos, necesidades e intereses individuales, para que el equipo consiga los suyos?

Esto, necesariamente, generará conflictos y entorpecerá antes o después las dinámicas internas, porque si bien el individuo “se entrega” al equipo cuando este funciona como un equipo de alto rendimiento, de hecho, no deja de ser individuo: no desaparece el elemento individual, “egoísta”, que forma parte de la naturaleza humana.

Por ese motivo, insistimos en la relevancia de que, a la hora de definir el propósito común, las organizaciones al menos tengan en cuenta cómo podrá convivir este con los propósitos individuales, de forma que la relación entre los individuos y el equipo sea más sostenible.