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Etiqueta: recursos

En la mochila

Como tantas otras veces, la vida nos pone pruebas para que no nos aburramos más de la cuenta. Esta ha sido dura. O lo está siendo. O la va a ser. Las emociones negativas han encontrado muchos sitios para pasear con las calles vacías: la tristeza sin duda, tanto mayor cuanto más cerca ha estado el bicho de nuestros seres queridos. El miedo, por el desconocimiento del virus, por la inexistencia de vacuna, por la incertidumbre de lo que está por venir. También  ha encontrado su hueco la ira, vinculada a la incomprensión, a las subidas de tono de los que salen en la tele. Quizás también a la impotencia.

¡Qué pequeñxs nos hace la sensación de impotencia! ¡Qué peligroso el círculo vicioso que se genera, por el cual estas emociones negativas  nos llevan a comportamientos como la búsqueda de culpables, la queja permanente. O a meternos debajo de la cama hasta que pase el temporal. Comportamientos comprensibles en todo caso, sin duda. Pero poco empoderadores.

Porque como también muchxs personas han descubierto a lo largo de estos meses, tenemos una cantidad ingente de recursos en la mochila para dar respuesta a las coyunturas que se generan a lo largo de la vida. Recursos de los que no somos conscientes, en gran medida porque no abrimos la mochila para ver lo que hay en ella. Y no la abrimos, porque no salimos de excursión. No acostumbramos a caminar la vida por lugares desconocidos o mal iluminados. Y por ello muchos de los recursos de los que disponemos, no aparecen. Algunos de ellos, se oxidan o caducan.

Las crisis son oportunidades para abrir la mochila, y descubrir lo que cada uno tenemos, que es mucho. Aunque nos quejamos a veces de la educación, lo cierto es que cualquier persona ha entrenado miles de situaciones a las que dar respuesta en su infancia, adolescencia, juventud. En realidad,  sabemos cómo responder a la incertidumbre, al cambio. Sabemos lidiar con el miedo, la tristeza, la ira. Solo hay que abrir la mochila. Pero para que tenga sentido abrirla, hay que salir más de excursión.

Como muchos talents de Factoría han descubierto en estos meses, generar “crisis” constantes, saliendo de la zona de confort camino de la zona de descubrimiento, nos da seguridad. Nos hace más libres.

 

El lenguaje que nos delata

Productividad, retorno de la inversión, KPI`s, rentabilidad, eficiencia, rotación… Estas palabras son cada vez más frecuentes en el área de RRHH, ahora llamada de Talento. Aunque atendiendo a su vocabulario, tal vez la antigua denominación sería más descriptiva de su misión.

Sería muy interesante hacer un estudio sobre qué tipo de lenguaje utilizan otras áreas de la organización. Podría darse el caso de descubrir que en el área de finanzas oyésemos palabras como: desarrollo, personas, competencias, potencial, medio plazo, atracción… Posiblemente,  esto nos llamaría la atención e incluso nos preguntaríamos, qué está pasando.

Curiosamente, lo que describimos en el primer párrafo no causa demasiada extrañeza; que en el área de personas se hable con jerga mercantil no genera ningún cuestionamiento. A nosotros sí nos llama la atención, tal vez porque nuestra memoria profesional de hace 20 años, nos permite contrastar los dos momentos y pone en evidencia que el vocabulario utilizado en ambos es significativamente diferente y algo tiene que decir.

¿Qué significado tiene que valoremos las políticas de gestión de personas con criterios casi exclusivamente económicos?, ¿dónde nos lleva esto? Tal vez nos podríamos ahorrar la palabra “personas”… volver al término recursos. Al fin y al cabo, con este lenguaje, lo que evidenciamos es que las personas cada vez son más recursos y menos personas.

Haciendo un pequeño salto de entorno, vayamos al ámbito universitario.

Hay numerosas demandas por parte de las empresas de reducir el gap existente entre en entorno universitario y el empresarial. Sin duda, la reducción de ese gap ayudaría a conseguir un retorno de la inversión mucho más rápido de los recursos destinados por la sociedad a la formación de los jóvenes, la adaptación al puesto también se alcanzaría de forma más acelerada, no habría déficits o excedentes para cubrir las posiciones profesionales, disciplinas académicas con poca representación en las empresas desaparecerían, etc.

Una vez más, la lógica económica que se convierte en la vara de medir universal obviando otras variables como el bienestar, el desarrollo social, la diversidad, etc. Las variables que humanizan y permiten desarrollar el talento que cada persona tiene.

¿No se trata de atraer y retener al talento? El lenguaje nos delata, la gestión de personas no puede vaciarse de humanidad para llenarse de términos mercantiles.  

Contra la juventud

Utilizamos el título del libro de Pablo D’Ors, para exponer nuestro punto de vista sobre esa vivencia que tienen muchas personas, que ni están a gusto como están, ni quieren otra cosa, no vaya a ser que sea peor…

En el libro se hace referencia a la crisis de muchos jóvenes, que están encantados con lo que supone serlo, pero también se rebelan contra todo lo que supone serlo. Esto es, seguramente, extrapolable a cualquier otro segmento de edad… Muchos vivimos enredados en un “ni contigo ni sin ti”, “cualquier tiempo pasado fue mejor”, “lo mejor está por venir”…

La insatisfacción por el presente, por lo que se tiene, en general por contraste con los sueños, o con lo que se querría tener o tienen los vecinos, es un problema muy serio, que genera muchas frustraciones hoy en día.

No vemos mejor remedio que la CONSCIENCIA: una reflexión pausada, profunda y sistémica, sobre nuestra realidad y sobre nuestras expectativas. Más allá del inexorable paso del tiempo, es enorme el ámbito de influencia que una persona tiene sobre la interpretación de su vivencia y sobre los pasos a dar en función de ella.

No se trata de engañarnos a nosotros mismos, anestesiándonos pensando que otros están peor o bajando el listón de nuestros sueños…

Se trata, en primer lugar, de no dejar que “pase la vida, mientras pasan cosas”, como decía Lennon. Pensando en nosotros, en cómo estamos con respecto de cómo querríamos estar, con libertad, con equilibrio, con honestidad con nosotros mismos. Sopesando lo que tenemos gracias a estar donde estamos, y también lo que perderíamos, tal vez, por estar donde no estamos.

Y en segundo lugar, se trata de apoderarnos a nosotros mismos, haciéndonos dueños, no de lo que vendrá, porque eso no depende solo de nosotros. Pero sí de lo que haremos para poder “estar” más cerca de como “queremos estar”.

Consciencia y apoderamiento: dos elementos clave para deshacer nudos y crecer desde nuestros valores, anhelos y recursos.