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Etiqueta: universidad

Los jóvenes y el empleo

Según Eurostat, la Oficina Estadística de la Unión Europea, la tasa de desempleo juvenil en julio era del 41,7% en España. La más alta en Europa, casi 2,5 veces por encima de la media. Alemania tiene un 5,7%. Francia, el 19,7%. La energía que podamos dedicar a buscar culpables es energía perdida. Posiblemente haya múltiples causas, de las cuales de alguna manera todos somos en cierto modo responsables. La política, el empresariado, la propia juventud… Lo cierto es que no somos capaces como sociedad de resolver este puzle que tiene muchas consecuencias para el presente, y por supuesto, para el futuro. Hay algunas consecuencias muy visibles: por ejemplo la dificultad de nuestros hijos e hijas para emanciparse, para construir su propio destino, más allá del nido en el que se criaron. Hay otras menos visibles y acaso aún más graves: ¿cómo resolver el reto de desarrollar tu propia identidad personal, de descubrir quién eres y quién quieres ser, en un escenario en el que falta autonomía para decidir?

No es sencillo encontrar soluciones. Esta cifra de desempleo, se une al escaso interés por emprender de nuestro jóvenes (quizás tampoco se lo ponemos fácil), y unas cifras que siguen preocupando sobre abandono escolar. También cojeamos en idiomas. Falta un poco de todo, lo cual es también una oportunidad para poner en marcha muchas iniciativas de diverso tipo. Hay cuestiones de tipo estructural que deberían resolver los poderes públicos.

Pero además, está la actitud individual de cada joven. Su forma de enfocar la situación. Su disposición a desarrollar un pensamiento crítico y propio para tomar decisiones. La titulitis con la que muchos siguen funcionando como paradigma, es cosa del siglo pasado, es decir, de la Edad Media. Para encontrar un empleo, no es suficiente (y no siempre es necesario) un curriculum plagado de diplomas. Hay muchos puestos de trabajo que las empresas tienen dificultades para cubrir. La formación profesional no es necesariamente el tren al que se suben los malos estudiantes, o los que no saben qué estudiar. Faltan muchas personas que den respuesta a oficios básicos en el mundo en que vivimos. Sí: en el mundo. Porque vivimos en el mundo, en el que España es un pequeño país, y en el que se habla inglés, francés, alemán o chino. La globalización abre las ventanas por las que entran los virus, pero también abre las puertas para quienes están dispuestos a buscar oportunidades allí donde pueden encontrarse.

Todos perseguimos la felicidad. Como parte de lograrla, tener una vida profesional con propósito es importante, pero esta existe en muchísimos jardines. No solo siendo profesor, o médico, o economista, o abogado, o psicólogo, se da respuesta al propósito profesional. Alguien me decía esta semana que en Madrid, hay más abogados que en toda Francia. No sé si será una exageración, pero no andaremos lejos.

Encontrar la solución a este rompecabezas es algo complejísimo, que puede llevar muchísimos años, porque aparte de los problemas estructurales de nuestro mercado laboral o de nuestro sistema educativo, hay paradigmas que sería necesario cambiar en la mentalidad de la sociedad. Y eso es aún más difícil que cambiar el sistema. Identificar por uno mismo quién eres y quién quieres ser y a partir de ahí, definir tu propósito profesional. No considerar una derrota buscar en otros países oportunidades laborales que responden a ese propósito. Identificar “jardines” en los que puede responder a ese propósito y además se necesitan “jardineros”. Y valorar el emprendimiento como una alternativa posible.

En Dynamis seguiremos insistiendo en estos mensajes en todos nuestros programas para jóvenes (Factoría de Talento, Human Up…), y participaremos en todas las iniciativas que se nos presenten para transmitir nuestra visión sobre la necesidad de cambios estructurales. Todos a una, para bajar cuanto antes esas cifras de desempleo juvenil que nos abochornan como sociedad.

El lenguaje que nos delata

Productividad, retorno de la inversión, KPI`s, rentabilidad, eficiencia, rotación… Estas palabras son cada vez más frecuentes en el área de RRHH, ahora llamada de Talento. Aunque atendiendo a su vocabulario, tal vez la antigua denominación sería más descriptiva de su misión.

Sería muy interesante hacer un estudio sobre qué tipo de lenguaje utilizan otras áreas de la organización. Podría darse el caso de descubrir que en el área de finanzas oyésemos palabras como: desarrollo, personas, competencias, potencial, medio plazo, atracción… Posiblemente,  esto nos llamaría la atención e incluso nos preguntaríamos, qué está pasando.

Curiosamente, lo que describimos en el primer párrafo no causa demasiada extrañeza; que en el área de personas se hable con jerga mercantil no genera ningún cuestionamiento. A nosotros sí nos llama la atención, tal vez porque nuestra memoria profesional de hace 20 años, nos permite contrastar los dos momentos y pone en evidencia que el vocabulario utilizado en ambos es significativamente diferente y algo tiene que decir.

¿Qué significado tiene que valoremos las políticas de gestión de personas con criterios casi exclusivamente económicos?, ¿dónde nos lleva esto? Tal vez nos podríamos ahorrar la palabra “personas”… volver al término recursos. Al fin y al cabo, con este lenguaje, lo que evidenciamos es que las personas cada vez son más recursos y menos personas.

Haciendo un pequeño salto de entorno, vayamos al ámbito universitario.

Hay numerosas demandas por parte de las empresas de reducir el gap existente entre en entorno universitario y el empresarial. Sin duda, la reducción de ese gap ayudaría a conseguir un retorno de la inversión mucho más rápido de los recursos destinados por la sociedad a la formación de los jóvenes, la adaptación al puesto también se alcanzaría de forma más acelerada, no habría déficits o excedentes para cubrir las posiciones profesionales, disciplinas académicas con poca representación en las empresas desaparecerían, etc.

Una vez más, la lógica económica que se convierte en la vara de medir universal obviando otras variables como el bienestar, el desarrollo social, la diversidad, etc. Las variables que humanizan y permiten desarrollar el talento que cada persona tiene.

¿No se trata de atraer y retener al talento? El lenguaje nos delata, la gestión de personas no puede vaciarse de humanidad para llenarse de términos mercantiles.  

El gap entre el mundo laboral y el mundo académico

Firmas como Google, Apple, IBM o Bank of America ya no exigen un título universitario para incorporar a un candidato a sus plantillas. ¿Los motivos? Las habilidades que se piden en la universidad son muy diferentes a las de la vida profesional. Esta cuestión es “la gran guerra actual” del mundo de los Recursos Humanos. El dilema competencia vs conocimiento a la hora de incorporar a una persona a una empresa es uno de los grandes debates de los consultores de RRHH y de las estrategias empresariales, sobre todo las de la gran empresa ya que los volúmenes de contratación son mucho más altos. Según contrastan los informes, las empresas se fijan cada vez más en las “soft skills” de los candidatos a la hora de incorporarles aunque esto depende mucho del sector de la empresa en cuestión.

Por otro lado, España necesita aún un gran cambio de mentalidad importante para que esto sea completamente así. Además, cabe destacar que hay empleos que requieren un conocimiento previo que uno debe haber adquirido en la universidad o en una formación profesional. Ese conocimiento es el que permite que la persona pueda ponerlo práctica después (la llamada experiencia) y que, de no ser por instituciones como las universidades o por los centros de formación uno no podría haber adquirido a no ser que la empresa se haya comprometido a enseñar a esa persona (tesitura que aún parece ser bastante utópica en algunas empresas). En tal caso, la empresa adquiriría entonces el papel de formador, sustituyendo a las universidades y esto, por motivos evidentes, tendría consecuencias sociales y económicas ya que se trataría de un cambio de mentalidad importante (influenciado como tantas cosas por la globalización; es una visión bastante estadounidense).

No obstante, adquiera la empresa o no el papel de “profesor”, la realidad innegable es que todos necesitamos que nos enseñen cómo hacer las cosas, por muy autodidacta o inteligente que uno pueda ser o considerarse. No nacemos sabiendo. Las cosas se aprenden y eso es un hecho. Por ello, existe una pequeña laguna en el debate de competencias vs estudios puesto que están intrínsecamente relacionados. Por un lado uno adquiere competencias a raíz de la experiencia. ¿Cómo vas a saber trabajar en equipo si no es a través de la práctica? El problema, es que hasta ahora las empresas, al menos dentro del panorama español, no contemplaban contratar a nadie sin un título ( conocimientos “certificados”). Era muy difícil conseguir un trabajo (una experiencia) sin estudios o formación y sin experiencia difícilmente puede potenciar o al menos adquirir habilidades que le hagan destacar y diferenciarse de otros candidatos. Se trata de un circulo vicioso. Por otro lado, la universidad es una gran oportunidad para poder desarrollar esas soft skills. Es un lugar idóneo para interactuar con otros compañeros y profesores, formar parte de organizaciones estudiantiles y debates y discusiones de toda índole, explorar diferentes caminos profesionales, conocer a gente…  Es cierto que hay mucho conocimiento que podría condensarse, metodologías que deberían cambiar pero esto también depende de la carrera, la universidad y el estudiante en cuestión: no todos estudiamos lo mismo, no todos aprendemos, pensamos y procesamos la información igual. A veces los alumnos sienten que lo que aprenden en la universidad carece de sentido y que no es muy útil para la vida laboral pero ningún conocimiento “resta” a una persona a la hora de aplicar a un trabajo. Es más, en muchas ocasiones suelen sumar o ayudarnos a enfrentarnos a situaciones laborales desconocidas.

Seguramente, el verdadero problema de fondo de todo este repentino cambio en relación a las contrataciones de la gran empresa, es el creciente número de graduados en España y la gran crisis que atravesamos en términos de educación. Existe un gap indudable entre el mundo laboral y el académico. Además, las empresas con mayor volumen de contratación necesitan de algún modo “filtrar” las innumerables candidaturas que reciben con el mismo nivel académico y poca experiencia laboral previa. Desde hace años, utilizan otros métodos para poder seleccionar a un candidato u otro contrastando las habilidades entre ambos y alineándolas con las que se necesitan en el puesto que desean cubrir. El error reside en que, hemos llegado a tal punto de titulitis que, como candidato resulta muy difícil diferenciarse del resto. En consecuencia, las empresas ya no se fijan en el expediente académico sino en sus competencias, hasta el punto de que grandes empresas como Google o Apple deciden prescindir de los estudios del candidato. Quizás se trate de un gran error ya que por muchas habilidades innatas que un candidato pueda tener, lo que uno estudia, igual que lo que uno experimenta y vive a lo largo de la vida, cambia nuestra forma de interactuar con los demás y, por ende, de pensar y de ser. Pero… ¿Qué sucede si la empresa está buscando un candidato con una mentalidad específica? La universidad, como todo sistema, no suele producir esa “mano de obra” fuera de lo común, sino que más bien, en algunas ocasiones tiende a anularla. ¿Quién se equivoca entonces? ¿La empresa, la universidad o el propio sistema?

Nace la generación VIVA en Factoría de Talento Adecco

Dynamis Consultores tiene un compromiso adquirido desde sus inicios con el talento joven, hace 3 años por esta época se lanzaba la primera edición de Factoría de Talento, proyecto para identificar talento jóven y formarlo en aptitudes para dar un gran salto al mundo laboral. Hoy, muy orgullosos anunciamos que junto a Factoría de Talento Adecco, lanzamos un nuevo proyecto dirigido a abarcar nuestra labor en la etapa posterior. Esta misión cobra “vida” bajo el nombre de: Asociación VIVA.

Factoría de Talento, es actualmente un proyecto patrocinado por Adecco, empresa que pronto se unió a la gran aventura de confiar en el talento joven. Cuando este programa nació fue porque nos dimos cuenta de que existía un gran “gap” entre la universidad y el mundo profesional, lo que se traducía en el que los estudiantes terminaban su etapa estudiantil perdidos y carentes de algunas aptitudes necesarias para abarcar la siguiente etapa. Así que, comenzamos a buscar e indagar y este año, a punto de comenzar la cuarta edición podemos decir que existen algunos factores clave que tienen en común los estudiantes con talento… entre ellos:

Pertenecen a asociaciones u organizaciones universitarias
Han tenido experiencias internacionales
Han participado en concursos, debates, política universitaria
Han hecho deporte a nivel (casi) o profesional
Tocan o aprendieron a tocar alguna clase de instrumento musical
En definitiva ¿qué tiene todo esto en común? Una experiencia universitaria y educativa muy rica, más allá de los estudios universitarios… que les han permitido formarse y aprender de situaciones diversas y diferentes al resto de estudiantes.

A raíz de esto, y hablando con algunos de los seleccionados para las diferentes ediciones de Factoría, muchos de ellos coincidían en que existe un paso previo, un salto también muy complejo, pero poco reflexionado, muy importante puesto que es el momento en el que muchos estudiantes deciden prácticamente su futuro profesional con escasa guía y orientación… Este es el salto del instituto a la universidad (o cualquier estudio superior).

Y precisamente ahí VIVA cobra sentido: VIVA nace para ser la mano que acompañe a los estudiantes en este salto desde la etapa pre-universitaria y hasta que acaben sus estudios para ayudarles a perseguir sus inquietudes y pasiones con un conocimiento pleno sobre todas las alternativas que tienen a su alcance, y sobre sí mismos.

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Y el sueño se hizo realidad

Hace muchos años en una céntrica zona de Madrid se gestaba un proyecto empresarial centrado en el talento joven. Una idea que dio vueltas por algunas cabezas y se mantuvo latente durante bastante tiempo hasta que un día, los astros confluyeron y el proyecto soñado vio la luz y empezó a dar sus primeros pasos hacia la realidad. “El futuro es joven”, rezaba el primer slogan.

Hoy, tres años después de su presentación oficial, Dynamis puede asegurar con mucha satisfacción que este proyecto soñado, Factoría de Talento Adecco, se ha convertido en un programa referente en la selección y desarrollo del talento joven. Un proyecto ideado por personas con mente joven y centrado en los jóvenes que quieran desarrollar sus competencias profesionales y sondear su espíritu emprendedor.

Hace unos días celebrábamos la clausura de la III edición con un acto lleno de emotividad, agradecimiento y unos proyectos ideados por los talents de esta III edición llenos de pragmatismo, realidad y carga social.

Fueron muchos los amigos y colaboradores que nos acompañaron en un día tan especial marcado por la suma de talento y que cerró con un broche de oro al recibir la actuación sorpresa de Paco Montalvo, el violinista más joven del siglo XXI en debutar en el Carnegie Hall de New York y candidato a seis grammys por su primer disco.

Con la resaca que nos dejó la suma de talentos y un ávido afán de superarnos y llegar a más jóvenes cada año, seguiremos dando pasos para conseguir que “el talento compartido, sea más”.                                                                        

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Que brille el talento

Pese a que el mercado laboral no está  del todo boyante y, muy especialmente en el caso del empleo juvenil, las cifras de paro son alarmantes, existe y existirá siempre escasez de talento. Las organizaciones siempre tendrán sitio para esas personas con grandes ideas, con iniciativa, con capacidad para adaptarse a un mundo en cambio.

Por ello, en Dynamis consideramos que es muy importante cuidar a nuestros jóvenes, que están aún en etapa académica o tienen poca experiencia laboral. El salto de la Universidad a la Empresa, como muestran estudios como el del Observatorio de Innovación en el Empleo de Adecco, es complicado. La visión que tienen los jóvenes del mundo laboral y la visión que las empresas tienen de los jóvenes, no coincide. Los jóvenes tienen muchas dudas, y ponen mucho foco en la importancia de los idiomas o la formación de postgrado. Las empresas, demandan un incipiente desarrollo de las llamadas competencias profesionales, de las que muchos jóvenes ni siquiera han oído hablar y mucho menos las han desarrollado. Hablamos del liderazgo, el trabajo en equipo, la toma de decisiones, la comunicación, la orientación al cliente, la inteligencia emocional

Dynamis pone en marcha hace tres años el proyecto Factoría de Talento, que tiene como objetivo el desarrollo de competencias profesionales y del espíritu emprendedor, en jóvenes con alto potencial, que están cerca de incorporarse al mundo laboral.

Tras un complejo proceso de selección, 20 chicos y chicas de las más diversas carreras y universidades de procedencia, y sin una orientación laboral específica, participan en un programa de entrenamiento de enero a junio, en el que desarrollan sus competencias, en seminarios prácticos  y con el apoyo de un coach. También tienen la posibilidad de conocer el mundo de las empresas, con encuentros con directivos.

El programa es gratuito para los jóvenes, pues su coste, de 5.500 euros, es becado en su totalidad por el patrocinador del proyecto, Adecco, empresa líder en soluciones de RRHH.

Tras tres ediciones, el proyecto Factoría de Talento Adecco ya se ha convertido en una referencia para los jóvenes que desean potenciar sus capacidades de cara a acceder al mundo laboral. En su tercera edición, que está en marcha en la actualidad, el eslogan elegido expresa con claridad una de las bases del proyecto: “Tu talento compartido es más”. Sin duda, consideramos que uno de los grandes diferenciales de este proyecto, es la sinergia potencial que se establece entre estos jóvenes, tan distintos entre sí y, al mismo tiempo, con un propósito común: crecer, desarrollarse y ampliar sus miras.

Dynamis ya trabaja en Factoría de Talento in Company, una iniciativa con las mismas bases, pero que crea una “cantera” de jóvenes universitarios para una empresa en exclusiva, que participa desde el principio en su selección y también en su plan de  desarrollo.

Puedes conocer Factoría con más profundidad en la web del proyecto: www.factoriatalentoadecco.es