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Etiqueta: visión

La educación a través de la gran pantalla

Si algo hemos ganado con el confinamiento, es tiempo. Y como muchas veces habréis escuchado, el tiempo es oro. Yo creo que el tiempo por sí mismo no es oro, es simplemente tiempo, y convertirlo en oro depende de lo que uno mismo haga con él. A continuación, os recomendamos cuatro películas que tratan sobre educación para llenar todo este nuevo tiempo de valor.

La familia Bélier: una película francesa emocionante y divertidísima sobre una peculiar familia donde, a excepción de la hija, todos son sordomudos. Ella hace de intérprete de sus padres y de su hermano. Un día, alentada por su profesor de música decide prepararse para una importante audición de canto. Una decisión que agita toda la estructura familiar,  la obliga a separarse de sus padres, a vencer miedos y a crecer.

Cadena de favores: una conmovedora película que nos enseña el valor de las acciones individuales. Uno de los profesores del colegio donde estudia Trevor, un niño de 11 años, le propone un reto: “piensa una idea para hacer del mundo un sitio mejor”. Un primer movimiento que se expandirá de manera sorprendente transformando la vida de muchas personas.

Una razón brillante: una crítica película enmarcada en el contexto universitario.  Su protagonista, Neïla es una joven del extrarradio parisino que sueña con ser abogada, y para ello, estudia en una de las mejores universidades de París. Una propuesta cinematográfica de gran virtud dialógica que nos enseña el poder de la reflexión, la autocrítica y el coraje para ir más allá de lo establecido.

Captain Fantastic: una excéntrica película que trata sobre una familia formada por un padre y sus seis hijos quienes viven en medio del bosque, alejados de la civilización, con una educación anticapitalista y de supervivencia. Un giro en los acontecimientos hará que tengan que cambiar su forma de vivir y volver a la ciudad. Un film controvertido que nos plantea la siguiente pregunta: ¿se puede educar y vivir al margen del sistema?

Cuatro películas que personalmente no me dejaron indiferentes y que os invito a que veáis de una manera activa y creativa, proponiendo un posible debate con vuestras familias o amigos. Porque como he dicho al principio de este texto, convertir el tiempo en oro, plata, bronce… o en definitiva, en un bien preciado, está en cada una de nuestras manos.

 

 

La innovación está en una mirada

En 1990, la psicóloga Elizabeth Newton realizó un sencillo juego musical. Dividió a los participantes en dos grupos. Los primeros, recibían una lista con 25 canciones conocidas, de entre las que tenían que elegir una y repetir el ritmo dando golpecitos en la mesa a una persona de otro grupo que hacía de oyente. Este tenía que adivinar la canción.

Los que transmitían la canción predijeron que el 50% de los oyentes las adivinarían. ¿Cuál fue el resultado? Solo el 2,5%. Acabaron frustrados, culpando a los oyentes de ser poco inteligentes. ¿Por qué? Cuando daban golpecitos a la mesa estaban escuchando la melodía en su cabeza. Sin embargo, la mayoría de los oyentes solo oían golpes aislados sin sentido.

Este experimento es un gran recordatorio de la dificultad de crear con nuevos ojos. Estás completamente sumergido en tu proyecto, conoces todos los detalles. Construyes y transmites desde la complejidad. Pero terminas escuchando la canción solo en tu cabeza. Te sabes el título y te encanta la armonía. El otro, como ese oyente, solo escucha ruido.

Cuando estamos sumergidos en algo nos cuesta recordar como eran las cosas cuando empezamos. La complejidad y el conocimiento nos ha maldecido y es difícil innovar, porque no podemos recrear con facilidad el estado mental de un principiante. Estamos condicionados por visiones pasadas y la innovación radical surge de mirar como ese oyente, de cambiarnos de lugar y escuchar golpes desconectados para poder luego crear una nueva canción que otros puedan sentir.

Atrévete a mirar tus retos como un principiante. Busca conectar con ese oyente, leer qué le sucede. Busca la complejidad de la simplicidad. Cambia de lugar de creación, porque incluso un espacio monótono condiciona
nuestra perspectiva. Tómate cafés, porque hay reinvenciones que surgen de conectar. Viaja para mirar todo por primera vez. Y si la canción repetida en tu cabeza no te deja, busca ojos nuevos, frescos, raros, diferentes.
Busca ojos jóvenes que creen desde cero, que inventen otros mundos, porque esos te darán visiones disruptivas. Sal de tu proyecto y obsérvalo desde fuera, con otros ojos, porque solo así podrás innovar con sentido.

“Las oportunidades son innumerables, solo tenemos que descubrirlas”