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Etiqueta: desarrollo

Coaching, ¿para qué?

Quizás deberíamos responder a una pregunta anterior y es: ¿qué es coaching? Podemos hablar del coaching como una herramienta de desarrollo personal y profesional que nos permite descubrir y potenciar nuestras habilidades. Se trata de que, a través de un encuentro a dos, una conversación seria, comprometida y buscada, una persona mire al futuro con intención real de generar acciones o conductas nuevas que puedan traerle cambios a su vida.

Una vez resuelta la duda, podemos ir desgranando la flor e ir analizando aquellos fines para los que puede usarse esta técnica de desarrollo.

Si estás buscando trabajo, debes partir de dos premisas básicas: el autoconocimiento y la motivación. Debes saber hacia dónde quieres encaminar tus pasos en base a tu experiencia, tu valía, tus cualidades, tus proyectos vitales y dar siempre pasos adelante con una actitud mental positiva.

La persistencia, la constancia y el trabajo diario tienen sus recompensas y si además muestras tu mejor versión el éxito está casi asegurado.

Si debes elegir estudios,  el coaching puede ser un buen aliado para despejar tus dudas. A veces, éstas son consecuencia de la no autoexploración y el escaso autoconocimiento de nuestras habilidades, valores y preferencias. Las sesiones personalizadas de coaching permiten ponernos en el camino para encontrar el talento que tenemos, nuestras habilidades y cómo desarrollarlas. Además suponen una inyección de autoestima y confianza, tan necesarias para la gestión de los cambios y el descubrimiento de lo que quiero hacer a futuro.

Si necesitas mejorar algún aspecto de tu vida profesional (mejorar tu rendimiento, gestionar un conflicto, enfrentarte a determinados cambios) puedes apoyarte en el coaching. Aclarando que el coaching no es la varita mágica que soluciona nuestros problemas, sino que nos ayuda a removernos interiormente para sacar a la luz, actitudes, visiones, comportamientos y desde esos aspectos reales y concretos, generar un cambio para conseguir los objetivos que hasta el momento no he podido alcanzar.

Hoy día, los motivos por los que una empresa o profesional decide invertir en coaching pueden ser varios, pero todos tendrán un denominador común: la necesidad de trabajar sobre áreas de desarrollo acordes a los objetivos de la organización y del cargo que se ocupe. Algunas de las competencias que un coach podrá trabajar con su coachee  serán: el liderazgo, el trabajo en equipo, la inteligencia emocional, la gestión del tiempo, etc.

Si te animas a querer descubrir tu yo, esta herramienta sin duda te ayudará en tu objetivo. » Que la fuerza te acompañe».

 

 

 

 

 

¿Preparado para cambiar y alcanzar tus objetivos?

Hoy te ofrecemos la posibilidad de conseguirlo a través del “personal training”, una herramienta de desarrollo personal y profesional orientada a la mejora del desempeño.

Por centrarnos en un caso real, vamos a exponer el desarrollo de un  trabajo realizado con un mando medio del departamento informático de una empresa del sector automoción. Una persona con una demostrada capacidad técnica y alta orientación a la estrategia corporativa, propuesto incluso para una promoción interna.

La situación era la siguiente: dado su estilo de relación, la comunicación con otras áreas o personas a su cargo era complicada. Especialmente evidente era la complicada relación con el equipo comercial donde se generaban tensiones importantes debido a una actitud poco flexible.

Se decidió intervenir para cambiar esta situación, marcando un objetivo primordial: mejorar las habilidades y estrategias de relación y comunicación con las personas de aquellos departamentos que intervenían en el trabajo, especialmente el departamento comercial en un periodo de tiempo no superior a los 3 meses.

Para ello el proceso a seguir fue el siguiente:

  • Punto de partida: se llevó a cabo una primera reunión de análisis de la situación y propuesta de trabajo (objetivo, metodología a seguir, compromisos adquiridos) y se utilizó un cuestionario de autoconocimiento: MBTI.
  • Se ejecutaron una serie de reuniones individuales, con aquellas personas intervinientes en el proceso de trabajo abordando diferentes contenidos: ámbitos de preocupación e influencia; creencias limitantes y percepción selectiva; análisis del grado de empatía; canales de comunicación empleados y control de los elementos de comunicación no verbales.
  • Indicadores de éxito: se analizaron una serie de ítems que fueron los medidores del éxito y buen funcionamiento del proceso: la promoción a la jefe de departamento y un premio a la “simpatía” en las votaciones anuales internas de los Servicios Generales.
  • Tras el término del proceso, la persona que vivió el personal training compartió con nosotros una reflexión sobre cómo se había desarrollado el mismo y lo que había conseguido: “…en estos momentos y tras un periodo interesante de trabajo conmigo mismo, afronto las situaciones de una forma diferente; tengo gran parte de responsabilidad a la hora de buscar una solución satisfactoria para todas las partes implicadas en un determinado escenario. Ahora tomo conciencia de la necesidad de no focalizarme en la crispación que me generaban determinadas situaciones, sino en trabajar con una actitud más positiva y colaboradora, no creando conflictos donde no los hay”. 

 

Cambios en la demanda formativa de las organizaciones

Mientras tomamos un café, reflexionamos sobre algunos cambios que estamos viviendo desde hace ya muchos meses a causa de la crisis. La mayoría de las empresas han pasado y pasan por momentos complicados, que han afectado de manera significativa a sus políticas de formación y desarrollo.

En Dynamis, que desde hace años llevamos colaborando en la ejecución de esos planes de formación en las organizaciones, sabemos que en muchos casos, han experimentado notables reducciones presupuestarias y que incluso han podido paralizar proyectos en curso.

Sin embargo, podemos decir que en los últimos dos años, estamos volviendo a experimentar un incremento en la demanda de propuestas formativas, muchas de las cuales retoman procesos parados. Además, observamos que comparten algunos puntos en común. Fijémonos por ejemplo en aspectos que van más allá de la mera formación y que nos solicitan mucho por considerarse importantes:  

  1. por ejemplo, trabajar con una metodología atractiva, que permita que los participantes interactúen mucho, que disfruten, que salgan motivados. De alguna manera, se espera que la formación permita, no solo aprender, sino también curar algunas “heridas” que puedan haberse producido en los últimos años, entre tantas malas noticias.
  1. O la importancia de conseguir una formación eficiente, que vaya más “al grano”, especificando muy bien la necesidad de los participantes para mejorar su desempeño en el día a día y reduciendo estas intervenciones a periodos de tiempos más breves.

No olvidemos tampoco, que más allá del condicionamiento que nuestra especialización en Comunicación, Liderazgo y Cambio supone en algunas de las demandas formativas que recibimos, observamos que cada vez es menos frecuente abordar cursos tipo como los de antaño:  Trabajo en Equipo; Gestión del Tiempo… Ahora nuestros clientes, ponen nombre y apellidos a sus formaciones y éstas se diseñan, concretan y alinean con sus necesidades y las de su personal.

En Dynamis, siguiendo esta línea de personalización de cada acción formativa, ofrecemos además un seguimiento gratuito al término de la misma, para facilitar la integración de lo aprendido en el día a día de las personas.

De este modo, aunque la demanda y el planteamiento de las acciones formativas haya cambiado, nosotros nos sumamos a ese cambio para seguir construyendo y creciendo desde él.

¿Cómo dimensionamos la contribución de una persona a la organización?

Que el empleado es el activo más importante de una empresa es algo indiscutible. Las personas que trabajan en la empresa han pasado de un tiempo a esta parte, a ser considerados como una fuente de valor, que pone a disposición de la empresa su trabajo e inteligencia.

Con el fin de potenciar todo eso, es conveniente aplicar una evaluación del desempeño de una forma sistemática y metódica, que nos permita llevar a cabo una valoración cuantitativa y cualitativa del grado de eficacia con el que las personas llevan a cabo las actividades y responsabilidades asociadas a sus puestos  de trabajo, para a partir de ahí plantear acciones de mejora.

Para realizarlo convenientemente, se deben tener en cuenta algunos aspectos que detallamos a continuación:

– La evaluación tiene que centrarse no sólo en el desempeño del evaluado en su cargo correspondiente, sino también en la consecución de objetivos

– Además, debe centrarse en el individuo y su desempeño en su puesto de trabajo, no en sus hábitos personales.

– Debe ser aceptada por ambas partes, evaluador y evaluado y conocer los beneficios que conlleva para empleador/organización  y empleado.

-La evaluación no debe centrarse en una apreciación subjetiva.

– Este proceso se debe utilizar para mejorar la productividad del individuo en la organización, y esto conlleva a veces en la necesidad de proveerlo de mejores herramientas que potencien su productividad y su eficiencia.

De este modo, cuando la empresa recopila información periódica y sistemática de un empleado, estará capacitada para elaborar un juicio fundamentado y detenerse en aquellos aspectos que sea necesario mejorar o cambiar o incluso a plantear aumentos salariales, promociones, despidos…

En definitiva, podemos afirmar que el fin último de una evaluación del desempeño es, poder dimensionar el valor y las cualidades de una persona y su contribución a la organización.