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Etiqueta: empresa

El lenguaje que nos delata

Productividad, retorno de la inversión, KPI`s, rentabilidad, eficiencia, rotación… Estas palabras son cada vez más frecuentes en el área de RRHH, ahora llamada de Talento. Aunque atendiendo a su vocabulario, tal vez la antigua denominación sería más descriptiva de su misión.

Sería muy interesante hacer un estudio sobre qué tipo de lenguaje utilizan otras áreas de la organización. Podría darse el caso de descubrir que en el área de finanzas oyésemos palabras como: desarrollo, personas, competencias, potencial, medio plazo, atracción… Posiblemente,  esto nos llamaría la atención e incluso nos preguntaríamos, qué está pasando.

Curiosamente, lo que describimos en el primer párrafo no causa demasiada extrañeza; que en el área de personas se hable con jerga mercantil no genera ningún cuestionamiento. A nosotros sí nos llama la atención, tal vez porque nuestra memoria profesional de hace 20 años, nos permite contrastar los dos momentos y pone en evidencia que el vocabulario utilizado en ambos es significativamente diferente y algo tiene que decir.

¿Qué significado tiene que valoremos las políticas de gestión de personas con criterios casi exclusivamente económicos?, ¿dónde nos lleva esto? Tal vez nos podríamos ahorrar la palabra “personas”… volver al término recursos. Al fin y al cabo, con este lenguaje, lo que evidenciamos es que las personas cada vez son más recursos y menos personas.

Haciendo un pequeño salto de entorno, vayamos al ámbito universitario.

Hay numerosas demandas por parte de las empresas de reducir el gap existente entre en entorno universitario y el empresarial. Sin duda, la reducción de ese gap ayudaría a conseguir un retorno de la inversión mucho más rápido de los recursos destinados por la sociedad a la formación de los jóvenes, la adaptación al puesto también se alcanzaría de forma más acelerada, no habría déficits o excedentes para cubrir las posiciones profesionales, disciplinas académicas con poca representación en las empresas desaparecerían, etc.

Una vez más, la lógica económica que se convierte en la vara de medir universal obviando otras variables como el bienestar, el desarrollo social, la diversidad, etc. Las variables que humanizan y permiten desarrollar el talento que cada persona tiene.

¿No se trata de atraer y retener al talento? El lenguaje nos delata, la gestión de personas no puede vaciarse de humanidad para llenarse de términos mercantiles.  

El gap entre el mundo laboral y el mundo académico

Firmas como Google, Apple, IBM o Bank of America ya no exigen un título universitario para incorporar a un candidato a sus plantillas. ¿Los motivos? Las habilidades que se piden en la universidad son muy diferentes a las de la vida profesional. Esta cuestión es “la gran guerra actual” del mundo de los Recursos Humanos. El dilema competencia vs conocimiento a la hora de incorporar a una persona a una empresa es uno de los grandes debates de los consultores de RRHH y de las estrategias empresariales, sobre todo las de la gran empresa ya que los volúmenes de contratación son mucho más altos. Según contrastan los informes, las empresas se fijan cada vez más en las “soft skills” de los candidatos a la hora de incorporarles aunque esto depende mucho del sector de la empresa en cuestión.

Por otro lado, España necesita aún un gran cambio de mentalidad importante para que esto sea completamente así. Además, cabe destacar que hay empleos que requieren un conocimiento previo que uno debe haber adquirido en la universidad o en una formación profesional. Ese conocimiento es el que permite que la persona pueda ponerlo práctica después (la llamada experiencia) y que, de no ser por instituciones como las universidades o por los centros de formación uno no podría haber adquirido a no ser que la empresa se haya comprometido a enseñar a esa persona (tesitura que aún parece ser bastante utópica en algunas empresas). En tal caso, la empresa adquiriría entonces el papel de formador, sustituyendo a las universidades y esto, por motivos evidentes, tendría consecuencias sociales y económicas ya que se trataría de un cambio de mentalidad importante (influenciado como tantas cosas por la globalización; es una visión bastante estadounidense).

No obstante, adquiera la empresa o no el papel de “profesor”, la realidad innegable es que todos necesitamos que nos enseñen cómo hacer las cosas, por muy autodidacta o inteligente que uno pueda ser o considerarse. No nacemos sabiendo. Las cosas se aprenden y eso es un hecho. Por ello, existe una pequeña laguna en el debate de competencias vs estudios puesto que están intrínsecamente relacionados. Por un lado uno adquiere competencias a raíz de la experiencia. ¿Cómo vas a saber trabajar en equipo si no es a través de la práctica? El problema, es que hasta ahora las empresas, al menos dentro del panorama español, no contemplaban contratar a nadie sin un título ( conocimientos “certificados”). Era muy difícil conseguir un trabajo (una experiencia) sin estudios o formación y sin experiencia difícilmente puede potenciar o al menos adquirir habilidades que le hagan destacar y diferenciarse de otros candidatos. Se trata de un circulo vicioso. Por otro lado, la universidad es una gran oportunidad para poder desarrollar esas soft skills. Es un lugar idóneo para interactuar con otros compañeros y profesores, formar parte de organizaciones estudiantiles y debates y discusiones de toda índole, explorar diferentes caminos profesionales, conocer a gente…  Es cierto que hay mucho conocimiento que podría condensarse, metodologías que deberían cambiar pero esto también depende de la carrera, la universidad y el estudiante en cuestión: no todos estudiamos lo mismo, no todos aprendemos, pensamos y procesamos la información igual. A veces los alumnos sienten que lo que aprenden en la universidad carece de sentido y que no es muy útil para la vida laboral pero ningún conocimiento “resta” a una persona a la hora de aplicar a un trabajo. Es más, en muchas ocasiones suelen sumar o ayudarnos a enfrentarnos a situaciones laborales desconocidas.

Seguramente, el verdadero problema de fondo de todo este repentino cambio en relación a las contrataciones de la gran empresa, es el creciente número de graduados en España y la gran crisis que atravesamos en términos de educación. Existe un gap indudable entre el mundo laboral y el académico. Además, las empresas con mayor volumen de contratación necesitan de algún modo “filtrar” las innumerables candidaturas que reciben con el mismo nivel académico y poca experiencia laboral previa. Desde hace años, utilizan otros métodos para poder seleccionar a un candidato u otro contrastando las habilidades entre ambos y alineándolas con las que se necesitan en el puesto que desean cubrir. El error reside en que, hemos llegado a tal punto de titulitis que, como candidato resulta muy difícil diferenciarse del resto. En consecuencia, las empresas ya no se fijan en el expediente académico sino en sus competencias, hasta el punto de que grandes empresas como Google o Apple deciden prescindir de los estudios del candidato. Quizás se trate de un gran error ya que por muchas habilidades innatas que un candidato pueda tener, lo que uno estudia, igual que lo que uno experimenta y vive a lo largo de la vida, cambia nuestra forma de interactuar con los demás y, por ende, de pensar y de ser. Pero… ¿Qué sucede si la empresa está buscando un candidato con una mentalidad específica? La universidad, como todo sistema, no suele producir esa “mano de obra” fuera de lo común, sino que más bien, en algunas ocasiones tiende a anularla. ¿Quién se equivoca entonces? ¿La empresa, la universidad o el propio sistema?

Nace la generación VIVA en Factoría de Talento Adecco

Dynamis Consultores tiene un compromiso adquirido desde sus inicios con el talento joven, hace 3 años por esta época se lanzaba la primera edición de Factoría de Talento, proyecto para identificar talento jóven y formarlo en aptitudes para dar un gran salto al mundo laboral. Hoy, muy orgullosos anunciamos que junto a Factoría de Talento Adecco, lanzamos un nuevo proyecto dirigido a abarcar nuestra labor en la etapa posterior. Esta misión cobra “vida” bajo el nombre de: Asociación VIVA.

Factoría de Talento, es actualmente un proyecto patrocinado por Adecco, empresa que pronto se unió a la gran aventura de confiar en el talento joven. Cuando este programa nació fue porque nos dimos cuenta de que existía un gran “gap” entre la universidad y el mundo profesional, lo que se traducía en el que los estudiantes terminaban su etapa estudiantil perdidos y carentes de algunas aptitudes necesarias para abarcar la siguiente etapa. Así que, comenzamos a buscar e indagar y este año, a punto de comenzar la cuarta edición podemos decir que existen algunos factores clave que tienen en común los estudiantes con talento… entre ellos:

Pertenecen a asociaciones u organizaciones universitarias
Han tenido experiencias internacionales
Han participado en concursos, debates, política universitaria
Han hecho deporte a nivel (casi) o profesional
Tocan o aprendieron a tocar alguna clase de instrumento musical
En definitiva ¿qué tiene todo esto en común? Una experiencia universitaria y educativa muy rica, más allá de los estudios universitarios… que les han permitido formarse y aprender de situaciones diversas y diferentes al resto de estudiantes.

A raíz de esto, y hablando con algunos de los seleccionados para las diferentes ediciones de Factoría, muchos de ellos coincidían en que existe un paso previo, un salto también muy complejo, pero poco reflexionado, muy importante puesto que es el momento en el que muchos estudiantes deciden prácticamente su futuro profesional con escasa guía y orientación… Este es el salto del instituto a la universidad (o cualquier estudio superior).

Y precisamente ahí VIVA cobra sentido: VIVA nace para ser la mano que acompañe a los estudiantes en este salto desde la etapa pre-universitaria y hasta que acaben sus estudios para ayudarles a perseguir sus inquietudes y pasiones con un conocimiento pleno sobre todas las alternativas que tienen a su alcance, y sobre sí mismos.

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Que brille el talento

Pese a que el mercado laboral no está  del todo boyante y, muy especialmente en el caso del empleo juvenil, las cifras de paro son alarmantes, existe y existirá siempre escasez de talento. Las organizaciones siempre tendrán sitio para esas personas con grandes ideas, con iniciativa, con capacidad para adaptarse a un mundo en cambio.

Por ello, en Dynamis consideramos que es muy importante cuidar a nuestros jóvenes, que están aún en etapa académica o tienen poca experiencia laboral. El salto de la Universidad a la Empresa, como muestran estudios como el del Observatorio de Innovación en el Empleo de Adecco, es complicado. La visión que tienen los jóvenes del mundo laboral y la visión que las empresas tienen de los jóvenes, no coincide. Los jóvenes tienen muchas dudas, y ponen mucho foco en la importancia de los idiomas o la formación de postgrado. Las empresas, demandan un incipiente desarrollo de las llamadas competencias profesionales, de las que muchos jóvenes ni siquiera han oído hablar y mucho menos las han desarrollado. Hablamos del liderazgo, el trabajo en equipo, la toma de decisiones, la comunicación, la orientación al cliente, la inteligencia emocional

Dynamis pone en marcha hace tres años el proyecto Factoría de Talento, que tiene como objetivo el desarrollo de competencias profesionales y del espíritu emprendedor, en jóvenes con alto potencial, que están cerca de incorporarse al mundo laboral.

Tras un complejo proceso de selección, 20 chicos y chicas de las más diversas carreras y universidades de procedencia, y sin una orientación laboral específica, participan en un programa de entrenamiento de enero a junio, en el que desarrollan sus competencias, en seminarios prácticos  y con el apoyo de un coach. También tienen la posibilidad de conocer el mundo de las empresas, con encuentros con directivos.

El programa es gratuito para los jóvenes, pues su coste, de 5.500 euros, es becado en su totalidad por el patrocinador del proyecto, Adecco, empresa líder en soluciones de RRHH.

Tras tres ediciones, el proyecto Factoría de Talento Adecco ya se ha convertido en una referencia para los jóvenes que desean potenciar sus capacidades de cara a acceder al mundo laboral. En su tercera edición, que está en marcha en la actualidad, el eslogan elegido expresa con claridad una de las bases del proyecto: “Tu talento compartido es más”. Sin duda, consideramos que uno de los grandes diferenciales de este proyecto, es la sinergia potencial que se establece entre estos jóvenes, tan distintos entre sí y, al mismo tiempo, con un propósito común: crecer, desarrollarse y ampliar sus miras.

Dynamis ya trabaja en Factoría de Talento in Company, una iniciativa con las mismas bases, pero que crea una “cantera” de jóvenes universitarios para una empresa en exclusiva, que participa desde el principio en su selección y también en su plan de  desarrollo.

Puedes conocer Factoría con más profundidad en la web del proyecto: www.factoriatalentoadecco.es

Ático sin ascensor

Cuando oímos la palabra ático, normalmente la asociamos a un espacio bajo la azotea de un edificio donde disponemos de muchos metros cuadrados, intimidad frente a los vecinos, vistas a la ciudad o el campo, temperatura cálida y mucha luz. Un ático a veces, suele tener un sobre coste frente a un piso del mismo edificio por estas variables que hemos mencionado anteriormente. Es probable, por tanto que para hacer frente a la compra de un ático, tengamos que estar dispuestos a asumir una hipoteca, seguramente mayor que la de nuestro vecino.

Esto lógicamente no puede hacerse sin ciertos sacrificios, un buen sueldo, probablemente algunas horas extras de trabajo y sin que la vida nos sonría… aunque sea un poco ¿y por qué  digo esto? Pues porque en la vida como en el trabajo, muchas veces tomamos decisiones sin pensarlas exahustivamente, sin planificarlas a largo plazo, sin tener preparados los planes de contingencia en caso de necesidad, sin “procedimentar” nuestro día a día y sin sacarle el mayor rendimiento a nuestras pertenencias. Y esto amigos, siempre tiene un precio.

Si te compras un ático y no has hecho los deberes previamente o la vida no te sonríe medianamente, puede que necesites un ascensor para bajar de él y empezar en un nuevo piso, más modesto.

Muchas veces nos hemos topado con situaciones a nivel empresarial en esta línea. Negocios que funcionan de manera muy rentable porque el mercado reclama sus productos o servicios, pero que se olvidan de hacer los deberes: crear o afianzar los pilares de su proyecto-empresa; procedimentar su gestión interna; que sus directivos aprendan a delegar; definir los puestos de trabajo y las competencias asociadas a estos; diseñar planes de contingencia por si vienen mal dadas… Y todo esto a veces nos ha llevado a presenciar algo que parece inconcebible y es, que es posible morir de éxito.

¿Por qué? porque en las mieles del éxito, del crecimiento, de la venta y el enriquecimiento, a veces no somos capaces de controlar los hechos ni el rumbo de nuestras empresas; no somos capaces de preparar a nuestro personal interno y de marcar directrices de negocio que nos preparen para adaptarnos a los cambios y sobrevivir a los caprichos del mercado.

Una buena comunicación interna, la definición de unos procedimientos departamentales, una correcta delegación, la gestión por competencias … son algunos ejemplos de las asignaturas pendientes que podemos ver en el día a día de las empresas. Y es que no todo es cuestión de rentabilidad y ventas, sino de conseguir organizaciones emocionalmente sostenibles y de que los equipos humanos que la conforman aporten valor y se comprometan con los proyectos.