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Etiqueta: Pensamiento crítico

El futuro en la era de inteligencia artificial: creatividad, imaginación, pasión (y filosofía).

Llevo un tiempo dándole vueltas a un vídeo que vi hace unos días y me gustó mucho. En él, Jordi Nomen (profesor y autor del libro El niño filósofo) explica razonadamente por qué los niños y las niñas deberían aprender filosofía para desarrollar su pensamiento crítico. Además, también incide en la necesidad de que abramos nuestra mente, nos hagamos siempre preguntas y reflexionemos. Esta última frase me parece clave en el contexto en el que vivimos, y sobretodo, en el que a priori nos va a tocar vivir en un futuro muy próximo.

El avance de la inteligencia artificial es un hecho. La semana pasada por ejemplo, Google presentó al mundo Duplex, un nuevo sistema de IA que completa tareas de forma independiente interactuando con seres humanos mediante llamadas telefónicas. Esto supone un cambio de paradigma, ya que se propone que el robot no sea quien atiende la llamada sino quien la solicita. En este vídeo (o en este otro) podéis  comprobar que es imposible distinguir al robot de la persona real al reservar mesa en un restaurante o pedir cita para cortarse el pelo.

Pero y si para ciertas cosas los robots podrán tener el mismo desempeño (o mejor) que  nosotros, ¿cómo podremos las personas diferenciarnos y aportar un valor irreemplazable en el futuro?

Por el momento, los estudios realizados en inteligencia artificial avalan que hay ciertas capacidades cognitivas en las que las máquinas están muy lejos de poder manejarse de forma independiente. Curiosamente, gran parte de ellas coinciden con las que Jordi Nomen defendía desde un punto de vista filosófico al principio de este texto. 
La habilidad de aprender y hacerse preguntas, organizar, plantear y resolver problemas, la capacidad de analizar y entender el entorno… O especialmente el desarrollo de la imaginación, la creatividad y la pasión por las cosas.

Y es que la filosofía va íntimamente ligada al desarrollo de la tecnología y la inteligencia artificial, por lo que no es ninguna sorpresa que la universidad de Oxford (una de las más importantes del mundo) oferte ya una licenciatura híbrida de informática y filosofía.

En el futuro (dicen los expertos), las máquinas asumirán los trabajos físicos, los repetitivos o aquellos que requieran grandes volúmenes de información, por lo que la diferenciación pasará porque potenciemos nuestra curiosidad, el aprendizaje transversal y el pensamiento crítico para realizar tareas únicas.

¡Bienvenida, filosofía!

“ Sorprenderse, extrañarse, es comenzar a entender. ”  Ortega y Gasset

Las empresas buscan más “Da Vincis” y menos mentes cuadriculadas

Algunas de las grandes empresas de hoy, fueron constituidas por informáticos o matemáticos como es el caso de Google o Facebook. No obstante, a medida que la tecnología avanza y se vuelve más lógica, ésta empieza a, paradójicamente, carecer de humanidad. Por ello, son cada vez más los grandes empresarios, y por ende, las grandes empresas, los que defienden que la ética no debe alejarse del mundo laboral sin importar el sector en el que estemos trabajando.

La dimensión social en la que vivimos se caracteriza por un desarrollo informático desenfrenado y hoy día algunas de estas grandes empresas (como Google o Facebook) intentan, cada vez más, incorporar a licenciados en Humanidades, Derecho, Dirección de Empresas, Ciencias Políticas, Sociología o Filología…que puedan equilibrar el panorama empresarial y aportar diferentes visiones a la compañía.

Las empresas buscan a candidatos que puedan aportar una visión humanística. Se pretende que, a través de esta práctica, se pueda adquirir la sensibilidad necesaria para solucionar los problemas de las personas, sabiendo que la tecnología, aunque pueda facilitar respuestas, no puede alcanzar esta meta. Es cierto que los sueldos de los ingenieros siguen siendo los más elevados, no obstante, las grandes empresas buscan cada vez más el talento en puestos no tecnológicos y han descubierto un gran efecto positivo al empapar sus culturas empresariales de perfiles especializados en humanidades y ciencias sociales.

Ya en el año 2015, la conocida revista Forbes publicó un artículo que ponía de manifiesto cómo, en los últimos años, se había invitado a que los jóvenes estudiaran carreras de la rama científica, carreras tecnológicas, ingenierías o matemáticas (es lo que denominaron como STEM, por sus siglas en inglés). Recientemente, se ha decidido añadir al concepto, la A de Arte. La nueva concepción denominada “STEAM” es la versión 2.0 que incorpora el pensamiento creativo, defendiendo que sin creatividad no se puede llegar a un avance científico-tecnológico, o que al menos, se perderían muchas oportunidades por el camino. Por ello, a pesar de que los perfiles no tecnológicos suelan quedarse en las áreas de Marketing, Ventas o Finanzas de las empresas, son cada vez más las compañías que optan por incorporar el talento humanístico en los departamentos más tecnológicos, con el fin de que estos perfiles puedan aportar reflexiones diversas desde el inicio del desarrollo del producto.

Muchas entrevistas de trabajo empiezan con un “Cuéntame algo sobre ti que sea diferente”. Las compañías tecnológicas ya no buscan a mentes cuadriculadas. Buscan a personas que puedan fomentar un pensamiento crítico y no sólo reunir datos. Expertos como Alejandra López, Directora de Recursos Humanos de 3M Iberia sostienen que cada día nos acercamos más a un modelo “cercano a la polimatía”. Como destaca Elena Arrieta en su artículo de Expansión publicado recientemente, “La polimatía es un rasgo de la personalidad de aquellos que no tienen suficiente con una sola área del saber. Da Vinci fue pintor, escritor, poeta, músico, escultor, inventor, arquitecto, ingeniero, urbanista, botánico, anatomista y filósofo. Los expertos sostienen que la polimatía aumenta la creatividad, la resiliencia y la polivalencia del individuo, y que se puede trabajar.” Las empresas buscan cada vez más perfiles “Da Vinci” y menos mentes cuadriculadas.