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Etiqueta: personal training

Las habilidades profesionales también se entrenan

“¿Qué es mejor ser submarinista o surfista?, o lo que es lo mismo, ¿coaching o personal training?”

Las palabras son importantes, delimitan el significado de lo que nominan y limitan su espacio de actuación. Muchos profesionales han oído hablar del coaching e incluso, se atreverían a definirlo con bastante acierto. No ocurre lo mismo con el término personal training; veamos sus lugares comunes y sus diferencias…

PROCESOS DE DESARROLLO PERSONALIZADOS

Ambas acciones son procesos de desarrollo personalizados, es decir, únicos e irrepetibles, que una persona acomete acompañado por un profesional especializado en comportamiento humano cuando se encuentra con una dificultad asociada a sus habilidades y/o formas de pensamiento que si superase tendría un impacto positivo en su desempeño.

Como ocurre con un surfista y un submarista, el “terreno de juego” es el mismo, ambos buscan los mares, salen de su habitat natural para descubrir nuevos escenarios y desarrollar otras destrezas. Hasta aquí los comunes.

¿Dónde están las diferencias? El surfista se mantiene en la superficie del personal training y el submarinista, en las profundidades del coaching.

PERSONAL TRAINING: BUENAS PRÁCTICAS PARA CRECER

El símil es muy visual; un proceso de personal training se ocupa de realizar cambios de actuación sencillos que generalmente simplemente requieren la práctica consciente de comportamientos no habituales hasta el momento. En estos casos, suele existir falta de conocimiento de determinadas buenas prácticas y el descubrimiento de estas suele llevar a una mejora relativamente rápida.

Cuando hablamos de coaching, el proceso requiere bajar a las profundidades personales, el obstáculo no es la falta de conocimiento; puede haber miedos, hábitos asociados a afectos no conscientes, pensamientos automatizados obsoletos, etc.

COACHING: SUMERSIÓN EN EL AUTODESCUBRIMIENTO

El coaching requiere un trabajo de exploración vertical progresivo para conocerse y tomar conciencia de los motivos que impulsan nuestra forma de actuar. Sin esta primera etapa de autoexploración será difícil ampliar la perspectiva e incorporar nuevas actuaciones que se sostengan en el tiempo.

El fin, la mejora en el desempeño, es común en ambos. La metodología de trabajo, su duración y el esfuerzo son diferentes. El cuidado, las medidas de precaución para evitar daños, del profesional que acompaña en el proceso también es diferente. En el coaching, hay que ir con más miramiento y sosiego, siguiendo con el símil, un submarista antes de bajar, aprende a vencer el mareo, la desorientación o el frío de las profundidades.

¿ES MEJOR LA SUPERFICIE O LA PROFUNDIDAD?

Nuestro pensamiento dicotómico, blanco o negro, bueno o malo… nos lleva a esta disyuntiva que se responde con otra pregunta. ¿Tú qué necesitas?, ¿dónde está el obstáculo?  

No es lo mismo buscar ayuda para aprender a hablar en público porque no se sabe estructurar un mensaje con impacto, que tener tanto miedo escénico que hablar ante más de 15 personas es una empresa casi imposible porque el pensamiento se queda en blanco, las palabras parece que no conectan unas con otras, etc.

El escenario es el mismo, el obstáculo no. El personal training te enseña a deslizarse y girar en las olas de la superficie, el coaching a conocer los efectos que tiene la inmersión en tu persona y aprender a manejar.

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Tiempo invertido…éxito conseguido

Cuando comienzas a hacer una cosa nueva que sabes te va a suponer un esfuerzo, ¿cuál es tu actitud? ¿qué pensamientos se te vienen a la cabeza?

  • Comienzo a hacerlo y veo hasta dónde soy capaz de llegar…
  • A la mínima dificultad que encuentre lo dejo…
  • Aunque no lo logre, al menos lo habré intentado…
  • Si veo que no puedo, paro, me relajo, lo pienso bien o me entreno mejor y lo retomo…

¿Con qué premisa te identificas más? Es importante ante un nuevo reto, dedicar unos minutos a reflexionar si el tiempo que vamos a invertir en tratar de conseguirlo o los recursos que van a ser necesarios para ello nos van a merecer la pena, sea cuál sea el resultado que obtengamos.

¿Por qué? porque a veces nuestros comportamientos y decisiones, vienen condicionados por un montón de agentes externos y no somos conscientes de que esa realidad exterior nos lleva en una dirección que a veces no coincide con la que queremos para nosotros. Por eso es tan importante, dedicarse un tiempo para reflexionar concienzudamente, lo que de verdad quiero hacer, conociendo mis limitaciones, identificando mis prioridades, los recursos de que dispongo y sólo de ese modo, garantizar el éxito de mi decisión, a pesar de que la acción propuesta no llegue finalmente a ejecutarse, porque al menos, habrá sido una decisión tomada por mí, aceptando previamente el resultado que pueda venir, sea éste positivo o negativo.

¿Dónde estoy? ¿Dónde quiero estar?

Un proceso de desarrollo personal, creemos que ha de surgir de un análisis del gap entre “dónde estoy”/ “cómo estoy”, con respecto de “dónde quiero estar”/ “cómo quiero estar.

Esto implica, como punto de partida del proceso, que es necesario realizar un ejercicio profundo y a menudo complejo para identificar el ESTADO del coachee, haciendo que aflore su estado emocional, y que también su cerebro racional analice su momento y valore el nivel de satisfacción.

Hay una parte de este ejercicio de identificación que es introspectivo: el participante debe bucear en sus experiencias, en sus emociones…Aunque en general es un ejercicio que no tiene por qué ser complejo, hay personas a las que les puede generar dolor, al mirarse en el espejo y no verse como les gustaría verse…

Nuestra experiencia nos dice que, en muchas ocasiones, no es tanto verse peor de lo que querrían lo que genera dolor, sino la consciencia de las incoherencias que han hecho que el sujeto se haya alejado del camino que deseaba seguir para conseguir sus propósitos. 

Y por supuesto, también hay muchas ocasiones en que el ejercicio es atractivo para el coachee, ¡sobre todo por lo novedoso! Es impresionante la cantidad de personas que te dicen que nunca se habían parado a pensar en ellos: en lo que quieren, en cómo de lejos están de ello, en el camino para conseguirlo…

Naturalmente, este descubrimiento, que es esencial para iniciar un proceso de desarrollo personal, abre alternativas de actuación inexploradas y es frecuente que dé lugar a un estado emocional ilusionado, que estimule la proactividad.

Con frecuencia, es mucho más sencillo identificar “dónde quiero estar”, o “cómo quiero estar”, pues a ello sí se dedica de manera consciente o inconsciente mucho más tiempo.

Pero en este caso, es muy importante que el sujeto identifique indicadores que le ayuden a saber “cómo saber” que ha llegado al estado deseado: cuál sería el diálogo interior, las sensaciones, los retos conseguidos…

Una vez identificado el estado actual y el estado deseado, hay que identificar los caminos que llevan del uno al otro. Pero ya será en otro post.

 

¿Cómo nos comportamos ante los conflictos?

Una de las vivencias que más energía consume a una persona es un conflicto. Más allá de que sea por cuestiones más frías, como un conflicto de intereses por ejemplo en una negociación, o que sea por cuestiones más emocionales, por ejemplo una relación que se ha deteriorado por un compromiso no cumplido, los conflictos pueden  generar una gran tensión.

En muchas ocasiones, los conflictos generan una sensación de atadura, de bloqueo, de no ver la luz… Y en este sentido, el Personal Training puede ser una herramienta excelente para mejorar las actitudes y aptitudes para afrontarlos.

Existen cinco grandes ideas clave a trabajar de manera personalizada cuando se trata de potenciar desempeños positivos en esta competencia:

  1. Comprender el origen del conflicto es el primer paso. Hay ocasiones en que las personas ni siquiera son conscientes de que están en conflicto. O sí lo son, pero no saben cómo surgió. Esa es la primera etapa, que habitualmente es muy clarificadora, a la hora de identificar alternativas para iniciar la gestión del conflicto.
  2. El motor de la gestión del conflicto es la oportunidad derivada de solucionarlo. Se necesita mucha energía para gestionar conflictos, y para gastarla, primero que hay obtenerla… La mejor “gasolina” es identificar las oportunidades, los beneficios de encontrar una solución al conflicto. Y si no los hay, a lo mejor es que es mejor que no se solucione. Así al menos no me desgasto.
  3. El camino más rápido no suele ser la línea recta. Gestionar conflictos no suele ser un “aquí te pillo, aquí te mato”… A veces hay mucho de que hablar. Mucha confianza que generar… O recuperar porque se ha perdido. Conviene generar varias alternativas de actuación y ser flexible. Y trabajar la paciencia.
  4. Si no hay canal de comunicación, no hay de qué hablar. Es difícil conseguir un acuerdo o curar una herida con alguien a quien has llamado alguna cosa “gruesa” en algún momento de calentón. Que se lo digan a nuestros políticos. Cuida el canal de comunicación, porque si lo hay, algo que quizás no sea posible arreglar ahora, quizás siga siendo posible arreglarlo en el futuro.
  5. Procura que no haya vencedores y vencidos. Porque a nadie le gusta perder. Es importarte para que se encuentre una solución sostenible a un conflicto, que yo quede contento. Pero también lo es, si hay otras personas implicadas (a veces los conflictos son con uno mismo), que ellas también queden satisfechas.

Gestionar conflictos de manera efectiva, implica habitualmente desarrollar tres capacidades que son tan fáciles como difíciles: pedir disculpas, pedir ayuda y dar las gracias. Si estas expresiones no forman parte de nuestro vocabulario, muchas alternativas para resolver conflictos quedan automáticamente descartadas.

En cambio, en nuestra experiencia desarrollando procesos de Personal Training, a menudo esto último es por donde hay que empezar: por ayudar a la persona a encontrar la forma de decir “lo siento”, “necesito tu apoyo” o “gracias por el esfuerzo”.

 

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Cuando una promoción se convierte en una maldición…

Una promoción profesional es una noticia generalmente bien recibida. El aumento de la responsabilidad es un reconocimiento de la empresa por los resultados conseguidos y va acompañado de un incremento salarial. Pero la promoción también implica la adaptación a una nueva situación profesional que no siempre se ve apoyada internamente y, que en algunas ocasiones, se convierte en un duro proceso de aprendizaje con algunos obstáculos en el camino: problemas en las relaciones con otros compañeros ante el cambio de atribuciones, estrategias anticuadas para los nuevos problemas, miedos ante el incumplimiento de las expectativas generadas, etc.  

Ante esta situación, algunos profesionales buscan este soporte en el Personal Training y encuentran el asesoramiento y el acompañamiento para conseguir una rápida y eficaz adaptación a la promoción. De esta forma, sortean “la maldición” de los primeros 100 días de la nueva posición.  

Desde nuestra experiencia en el apoyo en estos procesos, los profesionales que consiguen el éxito en la promoción se caracterizan por los siguientes comportamientos:

  • Aunque tienen una especialidad profesional, saben abrirse a desarrollar otras nuevas, lo que les permite hacerlo bien en diversas de posiciones.
  • Transmiten serenidad y tranquilidad ante situaciones de estrés.
  • Saben aceptar los errores y aprenden de ellos.
  • Se centran en los problemas relevantes, discriminándolos de aquellos que aunque hagan mucho “ruido” no tienen importancia estratégica.
  • Saben gestionar y relacionarse con todo tipo de personas.

El personal training para la rápida adaptación al cambio de posición ayuda a enfocarse a lo que es realmente prioritario y a adquirir las nuevas estrategias que garanticen la empleabilidad presente y futura.

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Las ocho claves del pensador activo

Las reuniones son habituales en muchos equipos. Es frecuente que muy a menudo se tenga la sensación de que semana tras semana las reuniones de equipo se desarrollan de la misma manera; cada persona ocupa su lugar y desempeña su papel… Cuando una persona tiene asignado un rol es difícil “escapar” de él aunque sepamos que no siempre nos favorece. Un proceso de Personal Training permite analizar qué rol se juega en un equipo, cuál es la contribución de dicho rol y optimizar su ejecución.

Las “ocho claves del pensador activo”  que compartimos aquí, son las buenas prácticas que un profesional ideó durante su proceso de personal training.

  1. Piensa antes de actuar
  2. Evita actuar basándote en el estado de ánimo o en las circunstancias
  3. Escucha, no siempre tienes que hablar tu el primero
  4. Busca información para definir la situación o problema
  5. Identifica tu ámbito de influencia y trabaja desde ahí
  6. Enfócate a la solución, no al problema
  7. Cuestiónate si te haces buenas y variadas preguntas, o si das por válido el primer enfoque
  8. Si lo que estás haciendo no funciona, haz algo diferente

¿Cuál era el rol de este profesional en el equipo?

Este profesional tenía un carácter muy espontaneo lo que le impulsaba a llevar la iniciativa en numerosas situaciones. Como sus compañeros sabían de esta pauta, sólo tenían que esperar a que él tomara su posición ante cualquier problema o discrepancia; esta dinámica provocó que fuera conocido entre algunos mandos como “el peleón”. Durante el  personal training se analizó el rol ocupado en el equipo y se entrenaron diferentes formas de actuar que velasen por continuar con un rol activo pero más reflexivo ante las situaciones críticas.      

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¿Conoces quién te acompaña?

Es paradójica la cantidad de información que aprendemos de otros animales en nuestros estudios de primaria y secundaria, y lo poco que sabemos sobre comportamiento humano; parece que hasta que no llegamos a la vida adulta no se despierta el interés… Los avances de las ciencias sociales para aportar modelos e investigaciones que explican las pautas de actuación de las personas han traspasado el espacio de los especialistas y son cada vez más accesibles para cualquier profesional.  De hecho, un proceso de personal  training se inicia generalmente con un ejercicio de autoconocimiento.

Este ejercicio facilita enormemente los pasos posteriores porque da claridad a la persona sobre sus pautas de actuación habituales y da firmeza a los pilares sobre los que posteriormente se construyen los objetivos de entrenamiento. En nuestra experiencia, este ejercicio aunque puede generar recelo en un principio, es de las acciones más valoradas posteriormente. Tal vez, es porque necesitamos conocer a la persona que nos acompaña desde siempre, conocernos a nosotros mismos es descubrir las preferencias que nos impulsan y los miedos que nos frenan.

Nos gustaría compartir aquí, algunas de las actitudes características cuando se aborda el ejercicio de autoconocimiento:

  • El que descubre que es más normal de lo que pensaba”; hay personas que creen que lo que les pasa a ellos, no le sucede a nadie más. Es sorprendente lo que tranquiliza descubrir que siendo único como persona, algunas de nuestras actuaciones son compartidas con otros profesionales.
  • El que pone atención a sus fortalezas”; a los educados en el perfeccionismo como eslogan de vida, para quienes parece que solo existen los ámbitos de mejora, el ejercicio de autoconocimiento les permite poner un nuevo foco que ilumina los aspectos que le hacen destacar en su desempeño profesional.
  • El que se explica sus puntos ciegos sin dramatizar”; algunas personas parecen mostrar una seguridad en sí mismas desbordante, tan desbordante que no admiten ninguna crítica, cuestionamiento, o “pero” a alguna de sus actuaciones. Aceptar, sin drama, que no se es infalible suele ser un buen paso para mantener la autoestima saneada.
  • El que prefiere no conocer demasiado… hasta que se encuentra consigo mismo”; hay profesionales que les genera cierto miedo descubrir una imagen reflejada de sí mismos, como si al hablar consigo mismos fueran a encontrar un “lado oscuro”. Generalmente, cuanto más nos conocemos, más nos aceptamos y amamos a nosotros
  • El que confirma lo que ya intuía”; algunas personas se conocen muy bien a sí mismas, pero les da seguridad confirmar con una especialista ese conocimiento, es como si esas intuiciones ganasen objetividad.

Un ejercicio de autoconocimiento es un buen punto de partida en el personal training, ¿se puede evolucionar, asumir retos, mejorar… sin saber quién eres? Es como querer optimizar el funcionamiento de un equipo informático del que no se conoce el software.

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Personal Training para trabajar el Impacto y la Influencia

Una de las habilidades que mejor pueden trabajarse a través del Personal Training es el Impacto y la Influencia. Muchas personas en este tipo de procesos de desarrollo personalizados manifiestan sus problemas para “ser escuchados”, para tener presencia en los grupos y para que sus ideas sean tenidas en cuenta.

Existen cinco grandes ideas clave a trabajar de manera personalizada cuando se trata de potenciar desempeños positivos en esta competencia:

  1. Si te muestras inseguro, pierdes impacto. Y obviamente, cuando alguien se muestra inseguro, es porque lo está. Porque no conoce sus capacidades, no cree en ellas o no tiene suficiente seguridad sobre aquello de lo que habla. O tiene miedo escénico. 
  1. Si no participas, no estás. Ya lo dice el refrán: el que calla, otorga. Una persona que tiene dificultades para impactar e influir, suele necesitar desarrollar estrategias que le obliguen a tener una cierta presencia en los grupos. 
  1. Si no escuchas, reduces las posibilidades de que te escuchen. Y muchos te dicen: “¡si yo escucho!”. Pero esto es como la mujer del César, que tiene que serlo y también parecerlo. No es suficiente con escuchar. Es necesario que el otro lo sepa, que tenga claro que tienes en cuenta lo que te dice. 
  1. Primero pensar, luego hablar. Más que nada, para evitar decir cosas de las que luego te arrepientas. Y también para estructurar tus ideas siguiendo un hilo conductor. Los grandes comunicadores de la historia, no lo eran por sus grandes habilidades para improvisar. 
  1. Si nos aburrimos, desconectamos. Para impactar e influir, tenemos que generar recursos que nos permitan sorprender y captar la atención. Porque si no lo logramos, da igual lo muy interesante que pueda ser lo que tengamos que contar.

Es primordial, por tanto, para alcanzar resultados positivos en cuanto al impacto e influencia, potenciar la presencia activa en los espacios de comunicación en los que la persona participa, tanto desde la escucha como desde exposición propia, siempre desde el equilibrio, evitando que rasgos de carácter introvertidos (que me invitan a estar en segundo plano) o extrovertidos (que me invitan a tener mucha presencia), sean los que condicionen la actuación.

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¿Preparado para cambiar y alcanzar tus objetivos?

Hoy te ofrecemos la posibilidad de conseguirlo a través del “personal training”, una herramienta de desarrollo personal y profesional orientada a la mejora del desempeño.

Por centrarnos en un caso real, vamos a exponer el desarrollo de un  trabajo realizado con un mando medio del departamento informático de una empresa del sector automoción. Una persona con una demostrada capacidad técnica y alta orientación a la estrategia corporativa, propuesto incluso para una promoción interna.

La situación era la siguiente: dado su estilo de relación, la comunicación con otras áreas o personas a su cargo era complicada. Especialmente evidente era la complicada relación con el equipo comercial donde se generaban tensiones importantes debido a una actitud poco flexible.

Se decidió intervenir para cambiar esta situación, marcando un objetivo primordial: mejorar las habilidades y estrategias de relación y comunicación con las personas de aquellos departamentos que intervenían en el trabajo, especialmente el departamento comercial en un periodo de tiempo no superior a los 3 meses.

Para ello el proceso a seguir fue el siguiente:

  • Punto de partida: se llevó a cabo una primera reunión de análisis de la situación y propuesta de trabajo (objetivo, metodología a seguir, compromisos adquiridos) y se utilizó un cuestionario de autoconocimiento: MBTI.
  • Se ejecutaron una serie de reuniones individuales, con aquellas personas intervinientes en el proceso de trabajo abordando diferentes contenidos: ámbitos de preocupación e influencia; creencias limitantes y percepción selectiva; análisis del grado de empatía; canales de comunicación empleados y control de los elementos de comunicación no verbales.
  • Indicadores de éxito: se analizaron una serie de ítems que fueron los medidores del éxito y buen funcionamiento del proceso: la promoción a la jefe de departamento y un premio a la “simpatía” en las votaciones anuales internas de los Servicios Generales.
  • Tras el término del proceso, la persona que vivió el personal training compartió con nosotros una reflexión sobre cómo se había desarrollado el mismo y lo que había conseguido: “…en estos momentos y tras un periodo interesante de trabajo conmigo mismo, afronto las situaciones de una forma diferente; tengo gran parte de responsabilidad a la hora de buscar una solución satisfactoria para todas las partes implicadas en un determinado escenario. Ahora tomo conciencia de la necesidad de no focalizarme en la crispación que me generaban determinadas situaciones, sino en trabajar con una actitud más positiva y colaboradora, no creando conflictos donde no los hay”.