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Etiqueta: tecnología

Las empresas buscan más “Da Vincis” y menos mentes cuadriculadas

Algunas de las grandes empresas de hoy, fueron constituidas por informáticos o matemáticos como es el caso de Google o Facebook. No obstante, a medida que la tecnología avanza y se vuelve más lógica, ésta empieza a, paradójicamente, carecer de humanidad. Por ello, son cada vez más los grandes empresarios, y por ende, las grandes empresas, los que defienden que la ética no debe alejarse del mundo laboral sin importar el sector en el que estemos trabajando.

La dimensión social en la que vivimos se caracteriza por un desarrollo informático desenfrenado y hoy día algunas de estas grandes empresas (como Google o Facebook) intentan, cada vez más, incorporar a licenciados en Humanidades, Derecho, Dirección de Empresas, Ciencias Políticas, Sociología o Filología…que puedan equilibrar el panorama empresarial y aportar diferentes visiones a la compañía.

Las empresas buscan a candidatos que puedan aportar una visión humanística. Se pretende que, a través de esta práctica, se pueda adquirir la sensibilidad necesaria para solucionar los problemas de las personas, sabiendo que la tecnología, aunque pueda facilitar respuestas, no puede alcanzar esta meta. Es cierto que los sueldos de los ingenieros siguen siendo los más elevados, no obstante, las grandes empresas buscan cada vez más el talento en puestos no tecnológicos y han descubierto un gran efecto positivo al empapar sus culturas empresariales de perfiles especializados en humanidades y ciencias sociales.

Ya en el año 2015, la conocida revista Forbes publicó un artículo que ponía de manifiesto cómo, en los últimos años, se había invitado a que los jóvenes estudiaran carreras de la rama científica, carreras tecnológicas, ingenierías o matemáticas (es lo que denominaron como STEM, por sus siglas en inglés). Recientemente, se ha decidido añadir al concepto, la A de Arte. La nueva concepción denominada “STEAM” es la versión 2.0 que incorpora el pensamiento creativo, defendiendo que sin creatividad no se puede llegar a un avance científico-tecnológico, o que al menos, se perderían muchas oportunidades por el camino. Por ello, a pesar de que los perfiles no tecnológicos suelan quedarse en las áreas de Marketing, Ventas o Finanzas de las empresas, son cada vez más las compañías que optan por incorporar el talento humanístico en los departamentos más tecnológicos, con el fin de que estos perfiles puedan aportar reflexiones diversas desde el inicio del desarrollo del producto.

Muchas entrevistas de trabajo empiezan con un “Cuéntame algo sobre ti que sea diferente”. Las compañías tecnológicas ya no buscan a mentes cuadriculadas. Buscan a personas que puedan fomentar un pensamiento crítico y no sólo reunir datos. Expertos como Alejandra López, Directora de Recursos Humanos de 3M Iberia sostienen que cada día nos acercamos más a un modelo “cercano a la polimatía”. Como destaca Elena Arrieta en su artículo de Expansión publicado recientemente, “La polimatía es un rasgo de la personalidad de aquellos que no tienen suficiente con una sola área del saber. Da Vinci fue pintor, escritor, poeta, músico, escultor, inventor, arquitecto, ingeniero, urbanista, botánico, anatomista y filósofo. Los expertos sostienen que la polimatía aumenta la creatividad, la resiliencia y la polivalencia del individuo, y que se puede trabajar.” Las empresas buscan cada vez más perfiles “Da Vinci” y menos mentes cuadriculadas.

 

 

 

 

Non stop moving

¿Cómo se plantea nuestro futuro profesional? ¿de qué manera lo que hoy o hasta ahora ha sido determinante a la hora de encontrar o conservar un puesto de trabajo, va a cambiar o está ya cambiando?

Podemos responder a éstas y otras cuestiones partiendo de un análisis previo de la situación en la que nos encontramos: Continuos cambios políticos, económicos, sociales, demográficos, un aumento generalizado de la incertidumbre ante la rapidez de los cambios y los avances científicos y tecnológicos. Una progresiva desaparición de barreras gracias fundamentalmente a la tecnología que acerca sectores, personas, empresas… Los cambios o la desaparición de determinadas actividades, profesiones y competencias requeridas para determinados puestos de trabajo, asociado a los cambios anteriormente descritos; y con ello, las nuevas demandas profesionales…

Y ¿cómo afectan estos cambios a nuestro día a día profesional?

  • Convivimos con una mayor dosis de incertidumbre que dificulta la toma de decisiones
  • Necesitamos herramientas que nos ayuden a anticipar tendencias, de ahí el notable incremento de la automatización de procesos gracias a la implantación de los software de gestión.
  • Las competencias que se demandaban a determinados perfiles profesionales (por ejemplo, los relacionados con los servicios, o de carácter comercial) empiezan a desaparecer, en tanto en cuanto, estas gestiones se realizan online.

Todo lo anterior, conlleva la necesidad de incrementar los sistemas de seguridad empresarial a la hora de gestionar y tratar la información que posee. Conceptos como la flexibilidad horaria o el trabajo en remoto empiezan a tener su peso en las políticas de RRHH. Los diseños de las oficinas toman un papel protagonista a la hora de satisfacer las demandas del cliente interno (se demandan zonas verdes, espacios de descanso, espacios polivalentes, de coworking…

Predisposición al cambio, curiosidad, capacidad de observación y escucha

Para afrontar con éxito una correcta gestión en estos nuevos escenarios de trabajo,  es aconsejable enfrentarse a ellos con una actitud de curiosidad y receptividad. Debemos saber observar y escuchar lo que demanda el mercado, las nuevas generaciones, nuestros clientes.

Si quiero seguir creciendo profesionalmente, tengo que tener la actitud adecuada para aceptar limitaciones, asumir cambios, tratar de anticiparse a ellos y tener predisposición para el reciclaje y la formación continua.

Probablemente, los nuevos equipos de trabajo en un corto plazo serán los formados por profesionales más generalistas que se complementen con otros más especializados.

El reto, comienza en nosotros, pero también en las aulas

En la aulas, donde deben forjarse esos profesionales con conocimientos técnicos y la versatilidad necesaria para el desarrollo de competencias que les demande su puesto de trabajo y el mercado en el que operen. Una cosa es clara, si queremos avanzar, debemos estar en permanente movimiento.

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¡Dios mío, que llego tarde!

Durante el último semestre hemos participado como asesores en un proyecto dirigido a emprendedores. Estos emprendedores han tenido formación y entrevistas individuales en cuatro ámbitos, uno de ellos el de las habilidades. Para nuestra sorpresa, por abrumadora mayoría, los emprendedores han solicitado asesoramiento sobre la gestión del tiempo; el Conejo Blanco de Alicia se hacía presente en cada entrevista individual.

Esta situación no tendría el carácter de tendencia formativa si solo fuera un hecho aislado. En el último año, hemos recibido numerosas peticiones de clientes sobre acciones formativas cuyo objetivo es la mejora en la gestión del tiempo a solicitud de los clientes internos. 

Nuestra experiencia en estas acciones formativas está siendo realmente gratificante más por las ganas de aprender de los participantes que por lo atractivo de la temática. En algún cliente hemos realizado una evaluación previa a la acción formativa y otra tras un periodo de aplicación de acciones de mejora, y los resultados fruto de la aplicación han demostrado avances notables. Aunque el indicador más evidente es el “boca a boca” con el que se ha prescrito internamente el programa en diferentes empresas.

Numerosos profesionales saben que sus hábitos en la gestión del tiempo han quedado obsoletos debido a los cambios del entorno (tecnología, globalización, cortoplacismo, polivalencia funcional, etc.) y demandan nuevas prácticas más eficaces. En esta ocasión, el retorno de la inversión está casi asegurado; los destinatarios de estas acciones son conscientes de la necesidad. Nunca había sido tan necesario como ahora, dedicar tiempo a pensar en el uso del tiempo.

 

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