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Autor: Dynamis Consultores

Próximos talleres Dynamis

El próximo mes de febrero ponemos en marcha una serie nueva de talleres formativos en colaboración con La Nave. Un punto de encuentro de ciudadanos, empresas y toda una vibrante red de profesionales innovadores que buscan acelerar sus ideas y proyectos para transformar la ciudad de Madrid.

Teniendo como eje central el talento, se han planteado tres talleres diferentes para trabajar diferentes aspectos relacionados con la gestión de equipos, la búsqueda de nuevas oportunidades laborales, las claves para darse a conocer de la mejor manera posible.

De este modo, si estás interesado en:

  • Descubrir las claves para expresar lo que eres de forma auténtica, tu taller es: Muestra tu talento 13 de febrero de 11:00h.-12:00h.
  • Encontrar nuevas oportunidades laborales y de contribución a la mejora del planeta, tu taller es: Speed Networking, 13 de febrero de 12:00h-14:00h.
  • Cómo gestionar equipos de trabajo inspirando entornos de trabajo inspiradores, tu taller es: Cómo gestionar tu equipo y no morir en el intento. 28 de febrero a las 9:00h.

 

 

La innovación está en una mirada

En 1990, la psicóloga Elizabeth Newton realizó un sencillo juego musical. Dividió a los participantes en dos grupos. Los primeros, recibían una lista con 25 canciones conocidas, de entre las que tenían que elegir una y repetir el ritmo dando golpecitos en la mesa a una persona de otro grupo que hacía de oyente. Este tenía que adivinar la canción.

Los que transmitían la canción predijeron que el 50% de los oyentes las adivinarían. ¿Cuál fue el resultado? Solo el 2,5%. Acabaron frustrados, culpando a los oyentes de ser poco inteligentes. ¿Por qué? Cuando daban golpecitos a la mesa estaban escuchando la melodía en su cabeza. Sin embargo, la mayoría de los oyentes solo oían golpes aislados sin sentido.

Este experimento es un gran recordatorio de la dificultad de crear con nuevos ojos. Estás completamente sumergido en tu proyecto, conoces todos los detalles. Construyes y transmites desde la complejidad. Pero terminas escuchando la canción solo en tu cabeza. Te sabes el título y te encanta la armonía. El otro, como ese oyente, solo escucha ruido.

Cuando estamos sumergidos en algo nos cuesta recordar como eran las cosas cuando empezamos. La complejidad y el conocimiento nos ha maldecido y es difícil innovar, porque no podemos recrear con facilidad el estado mental de un principiante. Estamos condicionados por visiones pasadas y la innovación radical surge de mirar como ese oyente, de cambiarnos de lugar y escuchar golpes desconectados para poder luego crear una nueva canción que otros puedan sentir.

Atrévete a mirar tus retos como un principiante. Busca conectar con ese oyente, leer qué le sucede. Busca la complejidad de la simplicidad. Cambia de lugar de creación, porque incluso un espacio monótono condiciona
nuestra perspectiva. Tómate cafés, porque hay reinvenciones que surgen de conectar. Viaja para mirar todo por primera vez. Y si la canción repetida en tu cabeza no te deja, busca ojos nuevos, frescos, raros, diferentes.
Busca ojos jóvenes que creen desde cero, que inventen otros mundos, porque esos te darán visiones disruptivas. Sal de tu proyecto y obsérvalo desde fuera, con otros ojos, porque solo así podrás innovar con sentido.

“Las oportunidades son innumerables, solo tenemos que descubrirlas”

Formación, la recompensa “no económica” preferida

¿Cómo hacer más con menos?, ¿cómo integrar cantidad y personalización?, ¿cómo asociar calidad y productividad? Estas son algunas de las preguntas que actualmente se están haciendo las Áreas de Desarrollo y Formación de cara a definir sus planes para el próximo ejercicio.

En el año 2016, EF hizo una encuesta con ejecutivos que representaban a 613 organizaciones de diferentes sectores empresariales en 17 territorios, zona Europea, Brasil, Rusia, China y EEUU, con empresas de más de 1000 trabajadores que representaban el 71%, y organizaciones con estructuras más pequeñas.

Uno de las primeras conclusiones del estudio es que la reducción del consumo de los últimos años ha redundado en menores recursos disponibles en las empresas para premiar a los profesionales más valiosos, y uno de los retos de los departamentos de Recursos Humanos es hacer más con menos.

En el último estudio realizado con más de 1.000 profesionales por Adecco  para conocer sus objetivos y sus deseos laborales de cara a 2019, la formación es elegida por el 71% de los encuestados como la mejor alternativa laboral entre aquellos que no tendrán posibilidad de negociar el salario.

Esta coyuntura obliga a buscar nuevas ideas que permitan dar respuesta a esta necesidad en diferentes políticas de gestión de personas. Si atendemos al estudio de EF, los programas de desarrollo y formación también son declarados como los ámbitos de mayor necesidad.

En este sentido, la tecnología está ofreciendo nuevas oportunidades para llegar a más personas y de una forma más segmentada, es decir, más ajustada a las necesidades propias de los colectivos profesionales.

¿Qué profesional no lleva un móvil en su bolsillo? Aprovechando la ventaja que ofrece un dispositivo que es instantáneo, económico y generalizado en la mayoría de los profesionales, se puede utilizar el dispositivo para de una forma sistemática y breve, compartir buenas prácticas profesionales. Desde nuestra experiencia, esta nueva herramienta es útil con colectivos con alta experiencia formativa o como continuidad a programas presenciales para consolidar el desarrollo. El móvil se ha convertido en un importante soporte para difundir el conocimiento internamente y en una metodología formativa nueva, la tecnología al servicio de las personas.

 

 

Verdad

Entre los límites de la duda metódica y la verdad absoluta, existe un enorme campo de reflexión.

Hay personas que tienen tanto miedo al error, que necesitan tal nivel de seguridad para decidir, que cuando se mueven, si es que se mueven, es con tal falta de convicción, que parece que cualquier comportamiento alternativo habría sido mejor.

Por el contrario, hay personas que tienen tal nivel de seguridad en sí mismas, una aparente visión tan preclara de la realidad, que pareces estúpido si lo ves de otra manera.

Es peligroso confundir el mapa con territorio. Porque en esta era de modernidad líquida de la que habla el sociólogo Zygmunt Bauman, los territorios cambian. Y cuando uno considera que su mapa es el verdadero, se va a perder inexorablemente.

Por otro lado, los territorios cambian, pero quizás no tan rápido como a veces pensamos… Y hombre: con un buen mapa (o unos cuantos), puedes afrontar la realidad con ciertas garantías de que no te sales del Planeta Tierra.

Esta semana, una amiga me puso sobre la pista del Efecto Dunning-Kruger. En 1996, David Dunning, profesor de psicología social de Cornell, desarrolló una investigación con su alumno Justin Kruger. Pretendían analizar si nos ocurre que, cuanto menos sabemos más creemos saber. Y viceversa: si quienes son más competentes, más dudas tienen sobre sí mismos.

Por lo visto un año antes, un hombre llamado Wheeler, había robado dos bancos a plena luz del día, sin ningún tipo de cuidado en cuanto a tapar su rostro. Fue arrestado una hora después, cuando su imagen fue mostrada en las noticias. Cuando le arrestaban, le dijo a la policía: “Es extraño que me hayan localizado, porque me empapé la cara de zumo de limón”.

El ladrón estaba convencido de que el zumo de limón generaba una película sobre su cara que le hacía invisible. La idea se la sugirieron dos amigos, y él la validó, haciendo una prueba con su propia cámara. A saber cómo se hizo la foto.

La investigación de Dunning y Kruger dio unos resultados sorprendentes. Efectivamente, comprobaron que existe una correlación entre “creer que sabes más” y saber menos. Precisamente porque en esencia, las habilidades que se necesitan para hacer algo bien, son las habilidades necesarias para evaluar cómo lo estoy haciendo.

En cambio, las personas más “capaces”, tienden a dudar porque dan como normales sus conocimientos, y no los consideran especiales.

Así que atentos: duden de aquellos que parecen contar con el paradigma de la verdad. Y en cambio, “pongan la oreja” ante aquellos que se manifiestan con dudas o inseguridades, porque a lo mejor tienen más que aprender de ellos.

No pierdas el enfoque

Llega el 2019 y toca mirar atrás para descubrir la diferencia entre ese diciembre de hace un año y este. Hacer balance entre cenas y regalos.

Algunos sienten que este será su año, cuando por fin hagan todo eso que cada final de año se prometen, culpando al tiempo frenético de un año con poca emoción y sorpresas. Otros miran atrás y hacen balance en función de cuantos objetivos de esa lista interminable hay cumplidos. Porque parece que cuantos más “check” tengamos más potente ha sido. En ambos casos, es el tiempo nuestra cárcel. Unos, usándolo como gran excusa para no lanzarse, no actuar, no ser. Otros, como razón para vivir una aceleración constante sin porqués.

Corres de un proyecto a otro, de un objetivo a otro, de una cena a otra, pensando en tu meta como esa lista sin final escrita en cinco minutos. Corres persiguiendo el siguiente diciembre, intentando llegar a salvo de un sprint sin sentido. Corres en busca de una carrera profesional potente, con grandes puestos, como si la acumulación de títulos en esa hoja fuese a abrirte el sentido.

Pensando en la lista, los días y los puestos, te olvidas de buscar el enfoque. Te olvidas de encontrar qué es aquello que comparte todo lo que te mueve, cuál es la conexión que quieres que tengan tus experiencias. Por encima de la forma que tomen tus sueños, que irán cambiando mucho, focalízate en la intención que estos esconden. Porque es la manera de encontrar sentido en el cambio. No pierdas nunca el enfoque, el personal, porque lo demás cambiará. No pierdas hacia dónde quieres ir, el propósito, porque de ahí nacerán los proyectos y relaciones con sentido, las que te hagan seguir descubriendo lo importante. Esta intención vendrá a ti en los momentos mas duros, cuando no estés seguro si merece la pena. Y si aún no lo has encontrado, sigue moviéndote y conectando.

Ed Catmull, Confundador de Pixar, tuvo una experiencia a la mitad de su camino como emprendedor que le hizo darse cuenta de la importancia de este enfoque: “Durante veinte años mi vida había estado definida por el objetivo de realizar la primera película de animación por ordenador. Ahora el objetivo se había cumplido. Y tenía algo que solo puedo describir como un profundo sentimiento de pérdida. En tanto que director, sentía una perturbadora falta de objetivo. ¿Y ahora qué? Pixar estaba ahora en la bolsa y tenía éxito, pero había algo insatisfactorio en la perspectiva de limitarse a mantenerla en funcionamiento. Me supuso un problema inesperado crearme un nuevo sentido de misión».

Meses mas tarde, tras una interesante experiencia en equipo creando la película Bichos: una aventura en miniatura, lo descubrió: “Caí en la cuenta de que mi objetivo no era solo crear un estudio que realizase películas de éxito sino acoger a una cultura creativa que plantease e hiciese preguntas continuamente. Imaginar como generar un entorno creativo sostenible no fue una aspiración cualquiera”.

¿Sabemos el talento que tenemos?

Si hiciéramos una búsqueda de la palabra talento o de su significado, nos abrumaría la cantidad de información existente sobre el tema en la actualidad. Pero si preguntamos a cualquier gerente o responsable de personas, ¿cómo es el talento que hay en tu organización? o,  ¿lo habéis medido? Posiblemente ya no encontraríamos tanta información. Sorprendente, ¿no?

No paramos de hablar de talento pero nos cuesta describirlo y saber dónde encontrarlo internamente.

Estas mismas preguntas nos las hicimos en Dynamis en el año 2016 en un programa de desarrollo para jóvenes talento. De esta forma, iniciamos uno esmerada investigación para descubrir qué identificaba el talento con el objetivo de concretarlo en actuaciones que nos ayudasen a identificarlo. La investigación nos llevó varios años entre paneles de expertos, entrevistas y observaciones “in situ”.

A nuestros descubrimientos, lo bautizamos con la expresión los impulsores del talento. En nuestro proceso de investigación descubrimos, que nos era más predictivo identificar el talento por los intereses o motivaciones que lo movilizan, que por las habilidades que lo describen. De esta forma, nos encontramos con 8 impulsores: curiosidad divergente, visibilidad, optimización del aprendizaje, reto constante, porosidad, energía positiva, identidad y generosidad.

Una vez cubierta esta etapa, abordamos el siguiente reto: construir un cuestionario on line para identificarlos. Nuestro producto Key Team X tiene diferentes herramientas on line para identificar colectivos utilizando unas variables determinadas previamente tanto de tipo demográfico (edad, formación, desempeño, etc.) como de competencias, nuestro propósito era enriquecerla con una evaluación del talento como variable de identificación y/o evaluación.

Terminamos 2018 con la herramienta construida y pilotada con diferentes colectivos. El Cuestionario de Impulsores de Key Team X, permite obtener datos grupales y personalizados de todos los impulsores. De esta forma, conseguimos saber qué tipo de impulsores son los más movilizadores en cada colectivo, si hay alguno con escaso impacto, etc. y tomar decisiones adaptadas a cada colectivo.

Es difícil gestionar el talento interno si lo desconocemos. La medición es el primer paso para no dar palos de ciego y ganar eficacia con los recursos destinados a su gestión.

Argumentos

La semana pasada tuvimos un curso para el desarrollo de la competencia Impacto e Influencia, con un grupo de profesionales que necesitan buenos recursos en este ámbito por el tipo de funciones y responsabilidades que ostentan.

Y una de las participantes, contó su caso personal. Es muy evidente, viéndola comunicarse, que le cuesta expresar argumentos sólidos, tanto por cómo los desarrolla como por cómo los expresa. Sin duda necesita (y lo estuvimos trabajando) establecer bases más sólidas sobre los que asentar sus ideas, puntos de vista, propuestas, peticiones, etc. Y sin duda, ha de mostrarse con más seguridad en sí misma para mejorar su capacidad de impacto.

Sin embargo ella se quejaba de que ante su jefe, no consigue expresar adecuadamente sus argumentos, aunque esto no signifique que no existen y su jefe (según ella lo cuenta) tiende a rebatir o rechazar por norma la validez de sus planteamientos. Esto lógicamente genera una situación incómoda que se convierte en un círculo vicioso, porque ante esa sensación de que sus argumentos no van a ser válidos para el otro, o van a ser rebatidos, ella cada vez los elabora menos y con menos confianza. Digamos que “da la batalla por perdida” de antemano.

Efectivamente, no siempre que una persona transmite inadecuadamente sus argumentos, significa que estos no existan, o que no sean válidos por la falta de seguridad de quienes los expresa.

Cuando profundizamos en el aula en el desarrollo de los argumentarios, esta participante puso encima de la mesa unas evidencias más que sólidas que fortalecían sus planteamientos. No era, por tanto, la inexistencia de motivos la que hacía que no ofreciera argumentos.

Entonces, la cuestión que lanzo es la siguiente. Para quien escucha los argumentos de otro, ¿el hecho de no recibir argumentos sólidos o que quién los transmite lo hace con inseguridad, es suficiente para descartar una propuesta?

En este mundo nuestro en que necesitamos seleccionar la información para no volvernos locos, obviamente la falta de solidez de una propuesta o la falta de seguridad de quien la traslada, pueden ser buenos motivos para rechazarla.

Pero ojo: porque con esta estrategia, podemos estar perdiendo oportunidades, en propuestas que pueden resultar muy interesantes para nosotros, pero que por cómo nos llegan, dejamos de lado.

Tal vez sería importante que fuéramos más cautelosos y comprensivos con aquellas personas que por diferentes motivos, tienen más dificultades para brillar. A veces sondeando solo un poco más, o estando abierto a ayudar al otro a elaborar sus argumentos, podemos encontrarnos con grandes sorpresas.

El mundo está cada vez más lleno de expertos en oratoria, que lucen y exigen lucimiento. Los no expertos en lograr ese brillo, no logran que sus ideas salgan del tintero. Y ahí se quedan. Pero eso es una pérdida para todos: para los que no las sacan del tintero, y para quienes se quedan sin ellas.

 

 

 

 

 

 

 

Lo que nos puede enseñar Operación Triunfo de comunicación

Una actuación perfecta, sin desafinar una nota, controlando cada paso al milímetro, sin salirse del círculo marcado, sin entrar demasiado en contacto con el público, no vaya a ser que haya que hacer algo fuera del guión. ¿Son estas las actuaciones que nos dejan sorprendidos, que nos hacen saltar del asiento y vibrar? Seguramente no. En muchos concursantes de Operación Triunfo lo hemos visto y los ejemplos son numerosos en el mundo artístico. Técnicamente impecables, con una voz capaz de llegar a cualquier límite. Y sin embargo, han terminado fuera de la academia o del mundo musical antes que otros cuyas voces tienen mucho que pulir. Al margen de favoritismos ¿Qué hay detrás de esto? ¿Qué podemos aprender para dar una ponencia, presentar nuestra startup, negociar con un cliente o formar?

En la comunicación buscamos conectar. La perfección absoluta y el excesivo control, lo técnico y profesional muchas veces nos alejan de ello. Queremos controlar cada palabra memorizada, como pasamos las diapositivas, si nos movemos hacia delante o hacia atrás, la posición de las manos, el tiempo exacto en el que terminamos… y nos olvidamos de sentirnos y sentir a otros. Nos olvidamos que la comunicación no son datos, sino emociones.

Se ven muchos casos de ejecutivos o autoridades en grandes eventos leyendo una hoja detrás del atril. Un papel escrito por otra persona en un lenguaje absolutamente profesional. Un papel que no sienten en primera persona. Sin levantar la vista, no vaya a ser que les distraigan, sin saltarse una palabra, no vaya a ser que no hayan memorizado bien. Y miras al lado y solo ves caras sin expresión. Jamás conseguiremos generar emociones así. Porque en el artista que choca las manos al público porque lo siente, en el formador que pregunta en lugar de afirmar, en el ejecutivo que se toma un bizcocho al ir a ver a su cliente o en el emprendedor que no sigue las diapositivas para contar una anécdota personal, hay falta de control total, si, pero también valentía y brillo, la única vía a la conexión. Y puede dar miedo generar interacción, debate y reflexión en un aula o en una ponencia porque se sale de la guía, es incierto y hay que saber improvisar y construir en base a sus repuestas. Puede dar miedo descolocar un aula y que no estén todos mirando la nuca del de enfrente porque hemos vivido desde niños haciendo lo mismo. Puede dar miedo dejar abierta una negociación porque nos han enfocado siempre al corto plazo. Puede dar miedo pero esta improvisación planificada es la que hará pasar de perfecto a emocionante. Y que el pitch de tu proyecto, la formación, la negociación o la ponencia realmente se absorban y lleguen a calar profundamente, generando algo más que un simple: ¡No ha desafinado nada!

Pinta tu vida de color

El otoño nos brinda una buena ocasión para mirar con otros ojos una estación que para algunos es sinónimo de melancolía, apatía, decaimiento. Sin embargo para otros, supone un cambio de color en los árboles, ropa de abrigo en los armarios, una luz diferente durante el día, olor a las primeras lluvias, alfombra de colores en las calles y los bosques…

Qué diferente visión la de aquel que se deprime porque deja atrás los meses de verano, añorando esos momentos de ocio en la playa o la piscina pensando poco más que en descansar y disfrutar de esos momentos tan efímeros, de la de estos que miran con ojos “limpios” el tiempo que se les pone por delante y ven en él la ocasión para hacer, desarrollarse, crecer, vivir.

Sin duda, el color del cristal con el que miremos las cosas va a determinar gran parte de nuestras decisiones y por tanto de nuestra vida. No deberíamos dejar que las cosas que suceden a nuestro alrededor nos determinen ni nos definan. Ni el calor ni el frío, ni un coche más o menos moderno, ni un jefe más o menos gruñón deberían determinar nuestra actitud, nuestras decisiones, nuestra vida…

Es posible aprender a educar nuestra actitud para que sea positiva y para ello podemos empezar por pequeños detalles: cuidando nuestra postura corporal, practicando la sonrisa interior, tomando conciencia de nuestras posibilidades, no conformándonos con hacer siempre lo mismo o lo mínimo… porque siempre podemos dar más. Sin duda la actitud, es la que va a determinar en gran medida cómo será mi día, mis relaciones, mi rendimiento, mi nivel de felicidad.

Cuanto más la trabajemos, mejores resultados emocionales conseguiremos, y en esta vida, ¿qué hay más importante que sentirse feliz?

 

Key Team X, la tecnología al servicio de la transferencia de la formación

Llevamos más de un lustro viendo cómo las acciones formativas son de una duración cada vez más breve y, buscando la mayor eficiencia formativa, se focalizan en las buenas prácticas que son importantes expandir en la organización. Esta necesidad de eficiencia responde a las dificultades para incorporar en agendas profesionales altamente sobrecargadas una formación continua que garantiza la empleabilidad presente y futura. En este sentido, se ha conseguido una aceleración muy significativa de la curva de aprendizaje en el aula. Pero, ¿qué sucede cuando las personas regresan a su puesto?

Se ha demostrado que cuanto más inmediata es la transferencia de lo aprendido en el aula a la realidad del día a día, más se incrementa la probabilidad de que el aprendizaje se consolide. En sentido inverso, cuando la aplicación se dilata se reduce significativamente la posibilidad de transferencia. Por este motivo, es también importante que desde las áreas de formación se apoye la inmediatez de la transferencia y no dejar ésta a la iniciativa estrictamente personal.

Key Team X, nuestro servicio tecnológico, utilizando breves mensajes a través de su chatbot, permite que las buenas prácticas aprendidas en la formación presencial encuentren su “espacio” entre las numerosas urgencias e impactos de cada jornada profesional, y de esta forma, logramos acelerar la transferencia en el puesto.

¿Qué es el chatbot? Es una herramienta tecnológica de fácil uso que permite realizar conversaciones muy ágiles y breves a través del teléfono móvil. Estas conversaciones suelen trasladar algún mensaje para invitar a realizar una buena práctica o solicitar algún tipo de información al receptor del mensaje.

El chatbot permite programar los mensajes y adaptarlos en contenido, duración y frecuencia. De esta forma, el colectivo de personas que han participado en la formación puede dar continuidad a ésta en su día a día pues los mensajes del chatbot hacen que éstos sigan presentes con la frecuencia que se estime. También, da la oportunidad a los responsables de la formación recoger información acerca de las oportunidades y/o dificultades encontradas en su implantación.

La logística es tan sencilla como recordar en las semanas posteriores a la formación, las ideas y prácticas trabajadas para que estas sean recordadas y permanezcan vigentes. El chatbot de Key Team X se convierte así en una estrategia formativa para dar continuidad a la formación en el día a día manteniendo vivos los mensajes formativos trabajados en el aula y animar a su puesta en práctica.    

Bendita paciencia

Palabras que habremos oído mil veces, en nuestros padres, y aún más en nuestros abuelos. Y mi impresión es que vivimos una época en la que la paciencia está infravalorada.

En este mundo nuestro, en el que todo va tan rápido, en el que “dentro de 10 minutos” ya es tarde; en el que parece que no vivirlo todo en el próximo año, hará que “se te pase el arroz”, la reflexión, la paciencia, el sembrar y regar, son actividades percibidas a menudo como pérdidas de tiempo.

Muchos lectores conocerán la historia del bambú japonés, cuya semilla se siembra y se riega y durante años no asoma ni un pequeño tallo. Y de pronto, en semanas puede crecer más de 30 metros.

Hace poco tiempo, un joven amigo (las nuevas generaciones llevan aún peor lo de la paciencia), me dijo que empezaba a trabajar en una conocida empresa y que tenía ganas. Seis semanas después me lo crucé casualmente, y me dijo que ya lo había dejado, porque había tardado poco en descubrir que aquello no era lo suyo. Hombre: está claro que si crees que estás perdiendo el tiempo, lo mejor es dejar de perderlo cuanto antes. ¿Pero cuánto tiempo se necesita para saber que una dinámica no es la que uno desea?

Me pregunto si no perdemos oportunidades de aprendizaje y de gran disfrute, porque no damos tiempo a las experiencias para se desarrollen, para que se consoliden en nuestro interior. No todo es bonito en el minuto 1. Las experiencias maduran. Muchas veces, descubrir la riqueza de una actividad, es algo que solo se alcanza cuando ya no hay tanto esfuerzo inicial, ese que se necesita para generar los hábitos. Muchas cosas son más bellas a medida que las conoces.

En algunos procesos de coaching, propongo a mis coachees que hagan un pacto con ellos mismos: que se den todo el tiempo que necesiten para tomar una decisión a la hora de elegir un camino u otro. Pero una vez tomada, les propongo que recorran el camino un mínimo de 3 meses, sin ningún juicio durante ese tiempo. Y después de 3 meses, valoramos el global. Cuántas veces ha pasado que lo que mal empieza, bien acaba. Aunque no sea así el refrán.

 

 

 

 

 

 

 

 

Las tareas asociadas a la gestión del talento se pueden agilizar con tecnología. Llega KeyTeamX

En algunas ocasiones te habrá pasado, llegas a un sitio nuevo y te falta información o un apoyo que te ayude a empezar, quieres hacer una gestión y te pegas con una máquina que no reconoce bien tu voz o simplemente la persona de la que dependes está muy liada y tienes que mandar un e-mail para resolver una duda que en condiciones normales tardarías 3 minutos en resolver.

En esos momentos, desearíamos tener una varita mágica que nos solucionara el problema rápidamente, pero la mayoría de veces suspiramos e intentamos sacar adelante la situación como podemos.

Una de las cosas que teníamos claras al crear KeyteamX es que queríamos hacer la vida más fácil a las empresas y a los empleados. Para ello, escuchamos sus problemas, analizamos sus procesos y ponemos a su disposición todo nuestro conocimiento en recursos humanos y últimas tecnologías. Fruto de ese trabajo, nos hemos dado cuenta que hay multitud de pequeñas tareas en las empresas que podrían ser agilizadas con tecnología: por ejemplo con chatbots o inteligencia artificial.

El debate en los últimos tiempos, se está centrando en sí las maquinas llegarán para sustituir a las personas. Nosotros creemos que el verdadero potencial, el más valioso, es que las nuevas tecnologías permitan a los profesionales aprovechar el tiempo en las cosas importantes de verdad, quitándoles esas horas perdidas en tareas rutinarias, en fallos de comunicación o simplemente en burocracia, permitiéndoles nuevas formas de formarse o de mantenerse en contacto dentro de la empresa.

Tecnología pensada para ti: KeyTeamX

Si quieres más información, no dudes en contactarnos.