La educación a través de la gran pantalla
Si algo hemos ganado con el confinamiento, es tiempo. Y como muchas veces habréis escuchado, el tiempo es oro. Yo creo que el tiempo por sí mismo no es oro, es simplemente tiempo, y convertirlo en oro depende de lo que uno mismo haga con él. A continuación, os recomendamos cuatro películas que tratan sobre educación para llenar todo este nuevo tiempo de valor.
La familia Bélier: una película francesa emocionante y divertidísima sobre una peculiar familia donde, a excepción de la hija, todos son sordomudos. Ella hace de intérprete de sus padres y de su hermano. Un día, alentada por su profesor de música decide prepararse para una importante audición de canto. Una decisión que agita toda la estructura familiar, la obliga a separarse de sus padres, a vencer miedos y a crecer.
Cadena de favores: una conmovedora película que nos enseña el valor de las acciones individuales. Uno de los profesores del colegio donde estudia Trevor, un niño de 11 años, le propone un reto: “piensa una idea para hacer del mundo un sitio mejor”. Un primer movimiento que se expandirá de manera sorprendente transformando la vida de muchas personas.
Una razón brillante: una crítica película enmarcada en el contexto universitario. Su protagonista, Neïla es una joven del extrarradio parisino que sueña con ser abogada, y para ello, estudia en una de las mejores universidades de París. Una propuesta cinematográfica de gran virtud dialógica que nos enseña el poder de la reflexión, la autocrítica y el coraje para ir más allá de lo establecido.
Captain Fantastic: una excéntrica película que trata sobre una familia formada por un padre y sus seis hijos quienes viven en medio del bosque, alejados de la civilización, con una educación anticapitalista y de supervivencia. Un giro en los acontecimientos hará que tengan que cambiar su forma de vivir y volver a la ciudad. Un film controvertido que nos plantea la siguiente pregunta: ¿se puede educar y vivir al margen del sistema?
Cuatro películas que personalmente no me dejaron indiferentes y que os invito a que veáis de una manera activa y creativa, proponiendo un posible debate con vuestras familias o amigos. Porque como he dicho al principio de este texto, convertir el tiempo en oro, plata, bronce… o en definitiva, en un bien preciado, está en cada una de nuestras manos.