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Etiqueta: factoría de talento

¿Nos puede pasar algo más?

En medio de una pandemia histórica, llegó Filomena para complicarlo todo un poco más por estos lares. Se aventuraban también inundaciones que luego no fueron tales. Muchos dijeron haber avistado las naves de Star Wars sobre Alcorcón… Y en Dynamis, encontrábamos un hueco para la ilusión, por el comienzo de la octava edición de Factoría. El team building es uno de esos días especiales, más que nunca este año, en el que los participantes seleccionados, por fin, se ponían cara, olor, piel…

Pero no pudo ser: el nevadón afectó a las comunicaciones, hasta el punto de tener que retrasar día tan señalado… Hasta que no quisimos esperar más, y tomamos la madre de todas las decisiones en los últimos meses: hacerlo online, como tantas otras cosas que hemos hecho, con éxito, durante 2020 con esta metodología.

Y sí: fue diferente. No fue lo ideal. Somos seres sociales (la mayoría), y ningún virus, ni inclemencia meteorológica va a cambiar algo que está en la cultura de las sociedades humanas: el contacto físico, la integración de información multisensorial, que se pierde a través de una pantalla. Pero oigan: ni tan mal. Nos reímos como siempre, cumplimos el objetivo de crear una red de confianza, conocimos quién era Radioactive, Dela, o El Inventor. Nos animamos para el próximo encuentro.

Una vez más, fuimos conscientes de que la ilusión, las ganas de disfrutar de una experiencia, y de ser partícipe de ella, son mucho más importantes que las circunstancias. Soy el primero que huyo de los mensajes fáciles de las tazas de desayuno: “si quieres, puedes”. No: no es tan sencillo. La circunstancia también juega el partido, y negarla es engañarse a uno mismo. Pero el talante, la disposición del ser humano para afrontar la realidad con espíritu positivo, incluso estando triste, buscando la forma de aprender y disfrutar todo lo posible, realmente pueden marcar la diferencia entre la libertad y la dependencia. Les recomiendo Soul, la última película de Pixar.

La incertidumbre y las dificultades que vivimos, no son nuevas. “¿Nos puede pasar algo más?”, escuchas en la calle. Pues sí: pueden pasar muchísimas cosas más, muy malas, como un somerísimo análisis de la historia demuestra. También pueden pasar, y de hecho pasan cada día, cosas muy buenas, que nunca pasaron anteriormente, gracias en parte a los avances científicos y tecnológicos. Una vez más: la cuestión no es lo que va a ocurrir (no depende por completo de nosotros), sino lo que vamos a hacer (esto sí). No pasa nada por estar tristes, por quejarnos un poco, por sentarnos en el sofá bajo la mantita, a ver si escampa. Pero busquemos la forma de vivir el presente con espíritu de aprendizaje, queriendo estar bien de verdad con nosotros mismos y con la gente que nos rodea. Hagamos algo al respecto. Busquemos la forma de ilusionarnos con el futuro. Pidamos ayuda.

Encendiendo el talento

Cuando escucho a alguien decir de alguien que “tiene talento”, hay algo que me perturba… De alguna forma, es como si sintiera que se hace una distinción entre personas que lo tienen y personas que no lo tienen.

Tal vez deberíamos aclarar qué entendemos por “talento”, porque es uno de esos conceptos que admiten mil significados. El diccionario de la Real Academia se me queda muy corto esta vez. En primer lugar se indica que talento es “Inteligencia. Capacidad de entender”. Y la segunda: “Aptitud. Capacidad para el desempeño de algo”. Tantísimos libros escritos sobre el tema y la Real Academia lo resuelve con algo tan simple…

O a lo mejor no lo es tanto. Tal vez la Real Academia está dando carácter universal, a algo que suele considerarse “selecto” o al alcance de pocos. Dada esta definición, aún más claro me parece que todos tenemos talento: capacidad de entender y capacidad para el desempeño de algo. El gran reto es encontrar “para qué” tengo talento (pero para eso debería servirme la inteligencia). Y luego cultivarlo, porque si no se cultiva, es muy posible que se marchite con el tiempo.

Hay otra cuestión que me parece importante: hay personas que tienen una gran capacidad para el desempeño de algo, pero ese algo no les gusta. Me acuerdo ahora de Open, la fantástica biografía de André Agassi, el famoso tenista que llegó a ser número 1 del mundo a mediados de los 90, y que odiaba jugar al tenis. Me hace pensar que una persona puede alcanzar fantásticos resultados gracias a su talento, pero si eso no le hace feliz, ¿merece la pena?

Así que sería bueno dar un paso más. Qué os parecería utilizar esa inteligencia que tenemos y buscar esas actividades para las que tengo una capacidad especial para desempeñarlas, y además, fluyo con ellas. De esta forma será mucho más fácil que ese talento se mantenga o crezca con el tiempo, porque tendremos más motivación para alimentarlo.

Estamos en pleno proceso de selección para la octava edición de Factoría, y hemos vuelto a conocer a muchísimos jóvenes que nos recuerdan aquello de que la juventud no es solo futuro, sino presente. O como dice una buena amiga de Dynamis, los jóvenes son el presente de un futuro más decente.

Pero seguimos encontrándonos muchas dudas en los jóvenes sobre los siguientes pasos a dar. Por supuesto la coyuntura no lo facilita: la incertidumbre es mayor que nunca. Pero también creemos que esas dudas pueden estar asociadas a no haber encontrado dentro ese talento que seguro que tienen y con el que puedan ser felices. Pronto elegiremos a los finalistas de este año. Trataremos de ayudarles a encontrar ese talento y hacerlo brillar.

Los jóvenes y el empleo

Según Eurostat, la Oficina Estadística de la Unión Europea, la tasa de desempleo juvenil en julio era del 41,7% en España. La más alta en Europa, casi 2,5 veces por encima de la media. Alemania tiene un 5,7%. Francia, el 19,7%. La energía que podamos dedicar a buscar culpables es energía perdida. Posiblemente haya múltiples causas, de las cuales de alguna manera todos somos en cierto modo responsables. La política, el empresariado, la propia juventud… Lo cierto es que no somos capaces como sociedad de resolver este puzle que tiene muchas consecuencias para el presente, y por supuesto, para el futuro. Hay algunas consecuencias muy visibles: por ejemplo la dificultad de nuestros hijos e hijas para emanciparse, para construir su propio destino, más allá del nido en el que se criaron. Hay otras menos visibles y acaso aún más graves: ¿cómo resolver el reto de desarrollar tu propia identidad personal, de descubrir quién eres y quién quieres ser, en un escenario en el que falta autonomía para decidir?

No es sencillo encontrar soluciones. Esta cifra de desempleo, se une al escaso interés por emprender de nuestro jóvenes (quizás tampoco se lo ponemos fácil), y unas cifras que siguen preocupando sobre abandono escolar. También cojeamos en idiomas. Falta un poco de todo, lo cual es también una oportunidad para poner en marcha muchas iniciativas de diverso tipo. Hay cuestiones de tipo estructural que deberían resolver los poderes públicos.

Pero además, está la actitud individual de cada joven. Su forma de enfocar la situación. Su disposición a desarrollar un pensamiento crítico y propio para tomar decisiones. La titulitis con la que muchos siguen funcionando como paradigma, es cosa del siglo pasado, es decir, de la Edad Media. Para encontrar un empleo, no es suficiente (y no siempre es necesario) un curriculum plagado de diplomas. Hay muchos puestos de trabajo que las empresas tienen dificultades para cubrir. La formación profesional no es necesariamente el tren al que se suben los malos estudiantes, o los que no saben qué estudiar. Faltan muchas personas que den respuesta a oficios básicos en el mundo en que vivimos. Sí: en el mundo. Porque vivimos en el mundo, en el que España es un pequeño país, y en el que se habla inglés, francés, alemán o chino. La globalización abre las ventanas por las que entran los virus, pero también abre las puertas para quienes están dispuestos a buscar oportunidades allí donde pueden encontrarse.

Todos perseguimos la felicidad. Como parte de lograrla, tener una vida profesional con propósito es importante, pero esta existe en muchísimos jardines. No solo siendo profesor, o médico, o economista, o abogado, o psicólogo, se da respuesta al propósito profesional. Alguien me decía esta semana que en Madrid, hay más abogados que en toda Francia. No sé si será una exageración, pero no andaremos lejos.

Encontrar la solución a este rompecabezas es algo complejísimo, que puede llevar muchísimos años, porque aparte de los problemas estructurales de nuestro mercado laboral o de nuestro sistema educativo, hay paradigmas que sería necesario cambiar en la mentalidad de la sociedad. Y eso es aún más difícil que cambiar el sistema. Identificar por uno mismo quién eres y quién quieres ser y a partir de ahí, definir tu propósito profesional. No considerar una derrota buscar en otros países oportunidades laborales que responden a ese propósito. Identificar “jardines” en los que puede responder a ese propósito y además se necesitan “jardineros”. Y valorar el emprendimiento como una alternativa posible.

En Dynamis seguiremos insistiendo en estos mensajes en todos nuestros programas para jóvenes (Factoría de Talento, Human Up…), y participaremos en todas las iniciativas que se nos presenten para transmitir nuestra visión sobre la necesidad de cambios estructurales. Todos a una, para bajar cuanto antes esas cifras de desempleo juvenil que nos abochornan como sociedad.

Demasiadas veces las personas al final o no…

En este momento la página web del crowdfunding me dice: proyecto DESTACADO, 83% conseguido, quedan 4 días, 119 contribuidorxs. En este orden. Tal y como solemos ordenar las cosas, sobre todo si utilizamos el lenguaje empresarial. Demasiadas veces, las personas al final…

En Dynamis somos diferentes, nos encanta “darle la vuelta” a todo. ¿Qué es más importante: conseguir el objetivo, ver los apoyos a Factoría? Somos unos convencidxs de que lo cualitativo nos llevará a lo cuantitativo, es decir, que tan maño respaldo, nos hará ver realidad a la Edición 8 de Factoría. ¿Cómo abandonar un proyecto que ha conseguido el apoyo explícito de 118 personas?

Habrá personas que se reirán de la cifra acostumbrados a trabajar con datos seguidos como mínimo de 3 ceros. A nosotrxs nos hincha el corazón de agradecimiento y nos anima a seguir izando las velas en el viento favorable, y a zafarnos en la bodega en el desfavorable,  aprovechando para idear nuevas cosas.

Sin saber el resultado, nos gustaría compartir con vosotrxs la aventura que está suponiendo el crowdfunding. Emocionalmente ha sido una montaña rusa de subidas y bajadas; de intensos mensajes, como son lxs jóvenes de Factoría y de Human; de aprender lo que es la economía colaborativa; de testar con nuestros “usuarios” el producto. El camino está siendo una primera aventura muy estimulante y los resultados ya han llegado en forma de respaldo a lo largo de estas semanas.

Cuando pusimos en marcha Factoría, salimos convencidos de que era una buena iniciativa y de que si una comunidad de personas se alineaba en torno a ella, sería realidad. Hoy, 8 años después, seguimos reiterando la misma idea fuerza: las personas podemos hacer “magia” cuando nos aliamos en torno a un propósito.

Los datos de la crisis actual, la sanitaria y la económica, nos dicen que el colectivo de jóvenes es uno de los que más ha sufrido en el confinamiento y su futuro, que ya era incierto, lo va a ser más en los próximos años. Van a necesitar mucha seguridad en sí mismxs como generación para poder tener la oportunidad de contribuir a su mundo como la tuvimos las generaciones anteriores. Tal vez, ha llegado el momento de poner a las personas en el primer lugar, y ordenar de forma diferente.

¿Te animas? https://es.ulule.com/factoriatalento/      

 

 

 

 

Memoria 2019. Un recorrido y un aprendizaje compartidos

En Dynamis tenemos una forma peculiar de entender la Memoria anual. La nuestra, no tiene un solo número: solo experiencias, aprendizajes e ideas para el futuro. Las personas, y también las empresas, necesitan conseguir unos resultados. Pero a veces olvidamos que los resultados pueden ir mucho más allá de los ingresos, los beneficios.

Las personas somos mucho más: somos lo que aprendemos, somos lo que sentimos, somos lo que hacemos. Estos también son importantísimos activos para el futuro, pues nos ayudan a elegir caminos y orientar estrategias. Nos permiten velar por la sostenibilidad nuestra y de nuestra entorno, en el medio y largo plazo.

Esperamos que os guste, os ponga sonrisa y tal vez, encienda alguna bombilla que ilumine vuestras ideas. Leer Memoria

Factoría de Talento Adecco, galardonada con el Premio al Impulso del Empleo Juvenil por Fundación Mahou San Miguel

En Dynamis hemos recibido una gran alegría. La Fundación Mahou San Miguel y el Club de Excelencia en Sostenibilidad, han reconocido a Factoría de Talento Adecco, con el Premio al Impulso del Empleo Juvenil en categoría Pyme.

Este Premio, cuyo Comité de Honor presiden SS.MM. los Reyes de España, nos ha sido concedido entre los 85 proyectos presentados desde todas las regiones. Un galardón que reconoce la labor de empresas y organizaciones sociales para generar empleo entre los jóvenes de nuestro país. La iniciativa pretende además sensibilizar, tanto a empresas como a la sociedad en general, sobre la necesidad de impulsar este tipo de prácticas de empleabilidad para mejorar la competitividad y el acercamiento entre el mundo empresarial y la educación.

Desde Dynamis, queremos dar las gracias a la Fundación Mahou San Miguel y al Club de Excelencia en Sostenibilidad por este reconocimiento. Y por supuesto, queremos compartirlo con todos los jóvenes que han pasado por el programa a lo largo de estos seis años, y con nuestro patrocinador, Adecco, que nos acompaña desde el principio.

Este premio nos anima a seguir impulsando los valores en los que creemos: la diversidad, la disposición a aprender y a compartir lo aprendido, y la actitud sostenible, como pilares sobre los que asentar el futuro de nuestra sociedad.

¿Dónde puedo formarme para desarrollar las habilidades que necesito para trabajar?

“Primero hay que ver despertar el cerebro social, educar para la paz, y a partir de ahí, hay que poner el acento en los conocimientos, para poder después experimentar con las habilidades, los talentos o los conocimientos adquiridos, y compartirlos con los demás, construyendo ideas y proyectos con los que transformar la sociedad”.

Son palabras de Nora Rodríguez, fundadora de Happy Schools Institute quien piensa que el modelo educativo debe de cambiar ya que no se desarrollan habilidades como la autonomía, el liderazgo, la capacidad de reflexión, la proactividad o la gestión del tiempo.

El sistema educativo está articulado de tal manera que en las clases por norma general se imparten una gran cantidad de conocimientos, pero no se desarrollan este tipo de habilidades.

Son muchos los jóvenes que al acabar sus estudios con gran ilusión esperando adentrarse en el mercado laboral, se dan cuenta que no disponen de las habilidades necesarias para que su incorporación a este mundo sea de una manera cómoda. Esto puede suponer que los jóvenes no consigan obtener el puesto de trabajo al que aspiran para comenzar su carrera profesional y concluir con que el 68% de los jóvenes españoles crean que tendrán que trabajar de “lo que sea” para acceder al mercado laboral. 

Según Forbes, entre las habilidades profesionales más demandas por las empresas se encuentra tener una comunicación eficaz, capacidad de organización, resolución de problemas y la capacidad de trabajar en equipo.

Son muchas las horas de clase, los exámenes y trabajos realizados y a pesar de ello, en numerosos casos, los estudiantes no cuentan con estas habilidades tan demandadas en el mercado laboral. A esto se suma además, el que algunos de ellos acaben “quemados” tras su etapa universitaria, perdiendo gran parte de la actitud con la que empezaron sus estudios y que es demandada por las empresas.  

En los últimos siete años, el número de matriculados en másteres universitarios ha aumentado un 77,7%. Esto denota que no existe un desinterés por parte de los jóvenes por formarse, más bien existe una situación de no saber dónde poder adquirir esas habilidades que les son demandadas. Muchos de los jóvenes que han pasado por el programa Factoría de Talento nos han contado cómo se han dado cuenta de la carencia que tienen en la adquisición de estas habilidades y de la necesidad de desarrollarlas para convertirse en los profesionales que quieren ser. 

El problema no se encuentra en que los jóvenes no quieran adquirir estas habilidades o no tengan ganas de formarse. El problema reside en no saber dónde ni cómo poder desarrollarlas.

 

Píldoras para atraer talento.

Mucho se habla de cómo atraer y retener talento en las organizaciones.

Apelando a la experiencia que nos dan cuatro ediciones del programa Factoría de Talento, desarrollado gracias a la colaboración especial de Adecco, nos atrevemos a lanzar algunas píldoras, que desde nuestro punto de vista deberían tenerse en cuenta a la hora de atraer talento.

No al café para todos. Del mismo modo que personalizas las propuestas para tus clientes, debes entender las expectativas de tus empleados, comprender sus necesidades y buscar las mejores respuestas a sus demandas.

Invierte en tu marca. Colorea tu proyecto con unos valores fácilmente identificables, de este modo te será más sencillo retener a tu capital y atraer nuevo talento. Tú decides qué propuesta de valor haces a tus futuros empleados.

Ofrece especialización sin olvidar lo interesante de la polivalencia. Prepara tu pauta para detectar las habilidades y atributos necesarios en la cobertura de puestos poco estandarizados.

Apuesta por la digitalización y las nuevas tecnologías. No cabe duda que éstas facilitan la automatización de procesos, ayudan a aumentar la productividad y abren posibilidades en tiempo y espacio a la hora de dar respuesta a las demandas laborales.

Cuida tu espacio de trabajo, para ofrecer a tu empleado aquello que necesita. Espacios colaborativos o espacios más propicios a la creatividad y análisis individual. No cierres la puerta a trasladar la oficina a casa. La motivación que genera esta posibilidad en los empleados, es en muchos casos, directamente proporcional a la productividad que genera.

¡Me siento competente ante los cambios pero, si es posible, que no sean imprevistos!

La generación de los jóvenes que se está cerca de incorporarse al mercado laboral ha nacido en una época de cambio y podríamos pronosticar que convive con éste de forma más adaptativa que generaciones anteriores. Veamos si es así… Hoy, compartimos con vosotros los resultados de la investigación[1] con el talento joven y el cambio.  

En este ámbito, hemos utilizado el modelo autoeficacia de Schwarzer. La autoeficacia hace referencia al sentimiento de confianza en las propias capacidades antes situaciones estresantes. A los indicadores de este modelo hemos añadido algunos indicadores específicos de la vivencia del cambio evitando hacer mención al sentimiento de autoeficacia.

Los datos indican que el sentimiento de autoeficacia general ante situaciones difíciles y estresantes es muy elevado. La respuestas a ítems como “tengo confianza en que podría manejar eficazmente situaciones inesperadas” se han concentrado en las frecuencias más altas de la escala: muy habitual y bastante. La mayoría de los ítems tienen porcentajes entre el 95-100% en este intervalo de la escala.

Si bien en este panorama de sentimiento de autoeficacia, hay dos ítems que destacan, siendo su porcentaje también alto, solo llegan al 70%. ¿Qué ítems son estos?

  • Las situaciones inesperadas me gustan.
  • Prefiero trabajar con gente que es diferente a mí, en opiniones, ideas…

Es paradójico que el mismo talento joven que declara  “mi deseo es encontrar un entorno profesional que me exija estar cambiando y aprendiendo continuamente” de forma abrumadora, también manifieste su dificultad para trabajar con personas diferentes a sí mismas y que no les agraden los imprevistos.

En la actualidad, son muchas las iniciativas que abogan por equipos multidisciplinares y diversos pues sus resultados suelen ser más innovadores. Pero para que esto ocurra es básico estar abierto a ver en lo diferente una oportunidad y no una amenaza; esta es la esencia del trabajo en equipo, generar sinergias en la diversidad.

Por otro lado, esperar cambio con control, es una expectativa algo irreal en muchos momentos, los imprevistos forman parte del día a día como los minutos o las horas…En todo caso, parece que el talento joven siente más capacidad para bregar en las aguas del cambio, que gusto por el cambio inesperado.

Teniendo en cuenta estas conclusiones, tal vez haya que considerar la necesidad de control que el talento joven parece desear y trabajar para reducir éste si se quiere que estén más adaptados a los cambios.      

 

[1] Con el objetivo de conocer cómo es el talento joven que está llegando a las empresas hemos abordado una investigación con jóvenes que están cursando sus últimos años universitarios y que han sido identificados por su talento para un programa de desarrollo en competencias: Factoría de Talento www.factoriadetalentoadecco.es