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Etiqueta: futuro

Examen de septiembre

Hace unos años, septiembre era un mes canalla para muchos estudiantes, que tenían que superar cuentas pendientes del curso anterior, después de un verano con menos cañas de las deseadas con los amigos, con los libros en la maleta y esa incómoda sensación de curso inacabado. Ahora eso ha cambiado, y las cuentas pendientes hay que pagarlas en julio, sudando como en el infierno, pero pudiendo convertir el verano en un oasis entre desierto y desierto, necesario para descansar y cargar las pilas.

Ahora septiembre es como enero, un mes en el que puedes partir con los buenos propósitos, con el reseteo ya hecho, sin mirar atrás ni un poco más de lo necesario. Momento para empezar colecciones, para generar buenos hábitos y ser feliz en el intento. Es como una nueva oportunidad para empezar el viaje limpio y aseado, con la maleta llena y los “quién sabe” en la mente.

Pero cuidado, porque los latinos ya nos pusieron sobre la pista del “tempus fugit”. El tiempo vuela. Aún más, seguramente, en las vidas de quienes vivimos en grandes ciudades y tenemos la agenda llena de cosas. Con razón en Vigo ya han empezado a poner las luces de Navidad, para que no se les pase. Aunque a menudo pensamos que son las acciones las que nos llenan la mochila de aprendizajes y experiencias, son esenciales las pausas en el camino. Para adquirir consciencia. Para revisar la última etapa. Para cuestionar si seguimos o giramos para la siguiente.

Desde Dynamis, os proponemos para este nuevo curso que, a gusto del lector, planifiquéis o improviséis las pausas. Pero que las hagáis. Que os salgáis del río que os lleva, miréis el mapa y reviséis si estáis donde queríais estar, o en caso contrario, qué podéis hacer para no seguir por ese camino de la misma manera. Dando a la expresión “cómo pasa el tiempo” un valor positivo.

Aunque si no lo lográis, tranquilos: dentro de 11 meses, podréis volver a hacer un reseteo.

Los talentos latentes, ¿dónde van?

Eduardo Serra, ex ministro de Defensa y actual Presidente de la Fundación Transforma España, me ha puesto sobre la pista de un informe realizado hace unos años por Transforma Talento, una iniciativa sin ánimo de lucro promovida desde la sociedad civil.

Solo el título del informe, ya me ha parecido muy sugerente: España hacia una sociedad y economía de los talentos realizados; una visión optimista pero contundente de la sociedad civil.

Me ha parecido apasionante el concepto de talento realizado. El informe parte de la base de que todos tenemos un talento, y que existe además una oportunidad fabulosa derivada de mezclar los talentos de cada uno, sean cuales sean. Pero un talento latente, ¿para qué? Y es latente aquel talento que el individuo no identifica, no desarrolla, o no ejecuta.

Los talentos, apunta el informe, solo aportan valor cuando “se realizan”, es decir, cuando son aprovechados al servicio de la persona que los tiene y de la sociedad en la que esta vive. Un talento no realizado es un sueño frustrado para la persona que lo tiene y una oportunidad perdida para la sociedad.

El informe plantea tres ópticas desde las que se debe realizar el talento:

  1. la realización personal, que permite que uno se sienta bien consigo mismo por lo que hace y logra y le hace dueño de su destino,
  2. la realización social, que convierte el talento individual en un bien para la sociedad, y convierte a quien lo tiene en un ciudadano responsable y activo,
  3. la realización profesional, que hace que los talentos creen riqueza individual y colectiva.

Me parece muy importante que no olvidemos esta triple óptica, necesaria para el crecimiento personal y de la sociedad en su conjunto.

Un talento que se realiza profesionalmente, pero que no se realiza personal o socialmente, es un talento, al que le falta realización. Y seguramente va a redundar en infelicidad y desconexión con el mundo.

Un talento que se realiza personalmente, pero que no aporta valor a la sociedad o no crea valor, también carece de realización completa, porque no somos islas. No tendríamos el mundo que tenemos, si  muchas personas no hubieran puesto su talento al servicio de la sociedad y de las empresas.

A lo largo de los últimos años, en Dynamis hemos conocido a tanta gente, tan talentosa, aquí, en España, que no ser optimistas sobre nuestro futuro sería realmente ridículo.

Pero sí hemos observado lo que dice este informe: muchas personas con un talento oculto, especialmente jóvenes, lo que impide su realización personal, y como consecuencia pone en peligro la felicidad. Y también ciertas resistencias a poner el talento al servicio de la realización social y profesional, aportando un valor global, que permita a una comunidad crecer, innovar y evolucionar a lo largo del tiempo.