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Etiqueta: innovación

El futuro ya está aquí

Hace unos meses comenzamos a trabajar en un proyecto precioso con chatbots en el ámbito de los recursos humanos. Pensábamos no solo que podían ser una herramienta diferencial, sino que iban a permitir a nuestros clientes crear nuevos servicios innovadores, así como hacerles la vida más fácil con algunas tareas.

Ahora que quedan pocos días para lanzar el proyecto, no tenemos ninguna duda de que los chatbots son parte del presente y el futuro de los recursos humanos. Tanto que hemos decidido abrir una línea especifica en la empresa sobre este ámbito y potenciar la oferta que vamos a ofrecer desde KeyteamX en los próximos meses.

Después de esta experiencia, nos gustaría hacer un resumen de las ventajas de utilizar este tipo de tecnología (que como hemos comentado en otros posts, consiste en la automatización de una conversación a través de un chat en una aplicación de mensajería o página web).

Inmediatez

Vivimos en un mundo en el que prima lo instantáneo. Queremos todo para ya y nos hemos vuelto muy poco pacientes con los tiempos de espera. Los chatbots en aplicaciones de mensajería permiten a los clientes enviar mensajes a los móviles de sus usuarios en tiempo real y no solo eso, permiten que en esos móviles aparezca una notificación con el mensaje en cuestión (lo cual hace que las posibilidades de ser leído aumenten mucho más que por ejemplo, con un email).

Aplicaciones sí, pero de uso mayoritario

En los últimos años hemos visto crecer el boom de las aplicaciones para móviles. Hay millones de opciones pero también hay muchos estudios que dicen que realmente una persona acaba usando muy pocas aplicaciones en su móvil. Dentro de esas pocas apps que se usan en el día a día se encuentran las de mensajería: Whatsapp, Telegram, Facebook Messenger… Los usuarios no quieren llenar su móvil con nuevas aplicaciones si no les van a dar uso, pero si le ofreces muchos servicios extra en las apps que ya tienen y conocen perfectamente, la cosa cambia.

24/7/365

Los chatbots funcionan a todas horas, permitiéndole al usuario hacer preguntas o interactuar cuando quiera. ¿Cuánto costaría un servicio ininterrumpido de atención al cliente 24 horas al día, 7 días en semana para cada servicio que queramos ofertar?

Otra forma de dar y recibir información

Los bots conversacionales permiten recoger mucho feedback de los usuarios. Las respuestas quedan grabadas y pueden ser analizadas con machine learning para extraer datos globales. Además, se pueden crear encuestas de una manera más rápida, directa y cómoda para los usuarios.

Tono informal o ameno

Las conversaciones con chatbots permiten añadir emojis, gifs, fotos, videos, pdfs… A diferencia de los emails, las encuestas online o los típicos asistentes web, nuestros chatbots pueden ser personalizados como si fueran una persona. No es lo mismo interactuar con una herramienta graciosa o genuina, que con otra sobria y aburrida.

Control

Nuestra herramienta de creación de chatbots permite definir los objetivos de una conversación y la interacción completa con el usuario. De esta manera podemos manejar el qué, el cómo, el cuándo y el con quién.

Máximo rendimiento sin una línea de código.

En los últimos meses hemos trabajado duro en desarrollar plataformas que permitan a nuestros clientes crear sus propias conversaciones de manera gráfica, es decir, sin escribir ni una línea de código (porque se hace internamente de manera automática). Queremos que el usuario tenga el poder y solo nos llame para ocasiones especiales.

El futuro ya es el presente.

Varios estudios y textos afirman (como éste de la revista Business Insider o éste sobre un estudio de Oracle) que en el año 2020, el 80% de las empresas querrán o tendrán un chatbot de algún tipo.

Como vemos, la creación y uso de un chatbot puede ser muy beneficioso para nuestra empresa sea del ámbito que sea. En el siguiente post que escriba me centraré exclusivamente en el mundo de los recursos humanos y explicaré con ejemplos, en qué casos podemos utilizar un bot conversacional.

El chatbot, una metodología formativa más para cambiar paradigmas

Si hacemos una recopilación de los post y artículos referidos a los valores a incorporar en las empresas y organizaciones actualmente, es bastante frecuente encontrarse con alguna de estas tres palabras: innovación, ODS, emprendedor interno. ¿Qué está pasando? Parece que todos nos estamos alineando en la misma dirección.

Cada ciclo tiene sus modas y la gestión empresarial no escapa a este fenómeno. La moda no responde a una frívola iniciativa o a un ciego seguimiento, sencillamente es la respuesta encontrada ante nuevos desafíos. Desafíos que requieren una actuación rápida, en un momento donde la velocidad y la aceleración se han convertido en variables cotidianas, pero que no siempre cuentan con el rápido respaldo de las personas que lo tienen que llevar a cabo.

Pensemos por ejemplo en la palabra innovación. ¿En cuántas ocasiones un profesional cualquiera ha podido tener espacio para generar soluciones diferentes, cuestionar el statu quo, etc.? De forma bastante generalizada, si somos honestos, pocas. Las organizaciones durante muchos años hemos tendido a mantener y consolidar lo existente que a “pensar fuera de la caja”; la prudencia y el control eran factores adaptativos. Pero ahora, es una necesidad imperiosa que todos a una nos pongamos a innovar. ¿Por dónde empezamos? ¡Se hace difícil cambiar el rumbo! En esta misma línea, podríamos hablar de la actitud emprendedora o de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles impulsados por Naciones Unidas.

El reto de cambiar los paradigmas es ambicioso, y las áreas de gestión de personas se ponen en marcha para persuadir a los profesionales que es necesario incorporar nuevos valores, conocimientos y habilidades. Se requiere tiempo y trabajar con una perspectiva de largo plazo. Las estructuras y las mentalidades no cambian de la noche a la mañana, tendemos a recrearnos en lo que se nos ha premiado y huimos de aquello que fue sancionado. ¿Cómo cambiar la mentalidad?

Ante esta coyuntura, el chatbot es un gran aliado para generar pequeños impactos de forma sistemática que generen resultados a medio plazo. No es cuestión de hacer grandes eventos sino de conseguir que los nuevos valores vayan “calando” poco a poco en la estructura. El chatbot es una buena herramienta para ir impregnando “despacito pero sin pausa” a las organizaciones en las nuevas tendencias estratégicas. Si todos llevamos tecnología en el bolsillo, por qué no utilizar estos dispositivos para lanzar breves mensajes que animen a incorporar nuevas prácticas que cambien mentalidades.

El chatbot en poco tiempo se convertirá en una metodología habitual desde diferentes áreas de la organización para enviar buenas prácticas profesionales de aplicación inmediata.

El liderazgo cívico: una nueva tendencia en las empresas

El 58% de los consumidores  de las empresas se interesa por el impacto social y ambiental de las marcas; más del 32 % de los empleados quieren conocer la misión, visión y políticas de RSC y es una tendencia en aumento.  De este modo, cada vez se busca más a los líderes sociales. Pero… ¿qué características reúne un líder social?.

Tras estudiar diferentes figuras y personalidades de ámbitos y edades diversos llegamos a la conclusión de que los líderes sociales comparten o suelen destacar en 8 competencias clave: coherencia ética, compromiso social, liderazgo integrador,  flexibilidad humilde, mente transformadora, mediador colaborador, combinación creativa y fortaleza persistente.

Un líder cívico representa el cambio social: la fuerza transformadora para resolver los problemas sociales. Quizá no son necesariamente los más seguros ni los más famosos pero lo que les caracteriza es que les mueve un compromiso social. Sienten un fuerte impulso de ayudar a los demás, una motivación humana profunda, no pueden soportar el sufrimiento sin intervenir. Les mueve el amor por la humanidad, la naturaleza, la vida y actúan de manera desinteresada. Quieren ser útiles para que los demás sean más felices, cuidar el medioambiente y construir un lugar en el mundo en el que les gustaría vivir en paz, armonía, tranquilidad y optimismo junto a los demás.

Por otro lado, un líder cívico es un líder integrador: comparte sus méritos y agradece a las personas que le han ayudado. Su verdadera intención es la de provocar el cambio y, por ello, compartir el reconocimiento es algo que le vendrá dado. Dirige desde la integración de las personas que trabajan con él o que ha involucrado en sus proyectos. No quiere ser alguien, quiere hacer algo que mejore el mundo. 

Además, los líderes cívicos son personas persistentes y quieren alcanzar un objetivo a largo plazo que tenga un significado profundo para ellos. Planifican con antelación, controlan los resultados y se intentan adelantar a los obstáculos con el fin de conseguir un futuro mejor. Pasan tiempo presentando sus ideas ininterrumpidamente aunque no tengan éxito, influyendo sobre personas a pequeña escala o individualmente y es difícil medir su impacto. A menudo obtienen reconocimiento solo después de haber pasado un tiempo viviendo en relativa oscuridad.

Los líderes cívicos tienen humildad flexible: actúan con humildad y destierran juicios (los suyos incluidos). Tienen la disposición de aceptar sus fallos, son autocríticos y se corrigen a sí mismos de manera continúa, poniendo por encima el objetivo final a su plan o enfoque individual. Expanden su pensamiento y tienen una mente sin barreras y con una visión universal: están dispuestos a aprender.

Por otro lado, son mentes transformadoras, personas orientadas al cambio ya que tienen la capacidad de apartarse del pasado siendo capaz de asumir riesgos y cuestionándose de manera muy frecuente el estatus quo. Pueden ser independientes y autónomos en gran medida pero dan prioridad al trabajo en equipo para alcanzar las transformaciones que desean aplicar, así como dedican tiempo a buscar lugares y oportunidades para influir en el curso de los acontecimientos.

Los líderes cívicos combinan recursos de manera innovadora. Tienen disposición a atravesar factores disciplinares uniendo o mezclando ideas creativas y creando nuevos compuestos sociales en configuraciones que la estructura social no está orientada a producir de forma natural. Para ellos, crear formas de vida sostenible es un reto intelectual y creativo que les mueve por dentro.

Otra de las características de los líderes cívicos es que suelen ser mediadores- colaboradores, reuniendo a personas de diferentes esferas, experiencias y especialidades para construir juntos soluciones factibles cualitativamente nuevas o hasta utópicas. Atraen al mundo en su totalidad y buscan formas de colaboración entre ámbitos diversos. Son capaces de poner de acuerdo a personas con puntos de vista opuestos y que actúen conjuntamente.

Finalmente los líderes cívicos se caracterizan por su fuerte coherencia ética. Tienen unos valores éticos muy sólidos, a menudo trasmitidos por una figura o experiencia a temprana edad que les supuso una gran influencia, y sienten la responsabilidad de responder con calidad y eficiencia y de comprometerse con las personas que emplean e involucran en sus proyectos. En ocasiones, sienten que depende de ellos resolver un problema en particular.

En conclusión, el liderazgo cívico consiste en el liderazgo basado en el deseo de servir a los demás, de construir una sociedad mejor que comparta unos valores éticos más allá del propio interés personal. Citando a San Francisco de Asís, un gran ejemplo de liderazgo cívico de la historia, el líder cívico no asienta sus bases en lo que recibe, sino en lo que da: “Recuerda que cuando abandones esta tierra, no podrás llevar contigo nada de lo que has recibido, solamente lo que has dado: un corazón enriquecido por el servicio honesto, el amor, el sacrificio y el valor (…)”.

Generación Z: nuevos emprendedores

Los mayores de la Generación Z, nacidos entre 1994 y 2009, empiezan a salir ya de las universidades para incorporarse al mundo laboral.

Una generación con nuevos esquemas mentales y perspectivas vitales que comparte haber nacido o crecido en una profunda crisis. Han vivido años importantes de su niñez y adolescencia viendo como sus padres o personas cercanas se quedaban sin trabajo, han sentido de la mano de los Millennials el boom de la sobrecualificación y han escuchado repetidamente en la noticias pronósticos de una economía en caída permanente.

Ya lo decía Einstein: “En los momentos de crisis, solo la imaginación es más importante que el conocimiento”. Todo este ecosistema que les ha rodeado les ha hecho más creativos. A diferencia de los Millennials, que se chocaron con la crisis nada mas terminar la universidad, ellos han podido escoger sus caminos académicos y laborales teniendo en cuenta no tanto las salidas profesionales sino sus aspiraciones vitales. Tienen mas claro que su fuente de ingresos tiene que nacer de su identidad y se sienten motivados creando proyectos propios vinculados a causas sociales. El 55% declara que tiene intención por emprender. Un porcentaje muy superior al de anteriores generaciones. Y un dato mucho mas sorprendente en un país como España, con una cultura que nunca ha incentivado este camino.

A pesar de las grandes inquietudes por el mundo emprendedor, sienten que no tienen las habilidades clave para lanzarse. Según el informe GEM 2017-2018 de España, que realiza una amplia radiografía del ecosistema
emprendedor Español, entrevistando a 36 expertos nacionales y en el cual hemos participado, España está todavía muy por debajo de la media de las economías basadas en la innovación. Uno de los principales obstáculos es la falta de educación emprendedora. Por tanto, una de las recomendaciones urgentes que se muestran en el informe es fortalecer los valores y competencias emprendedoras en los programas formativos.

Aun así, esta generación no busca cualquier educación, pues están desencantados con la formación tradicional y demandan una enseñanza más práctica, flexible y emocional, orientada a la experiencia y las habilidades para poder enfrentarse con éxito a un futuro incierto y cambiante, donde inventarán no solo nuevos proyectos, sino nuevas profesiones, reinventándose constantemente.

Impulsando HUMANUP LAB, primera aceleradora de potencial emprendedor

La misión es despertar el talento emprendedor de los jóvenes, transformando su potencial en proyectos de vida real y con ello en fuerte motor de crecimiento para cada comunidad de España.

HUMANUP LAB nace de nuestra experiencia en Dynamis Consultores, con un equipo especializado en identificación y desarrollo de talento. El aprendizaje que llevamos dentro es la chispa para esta nueva aventura.

El mayor obstáculo para el emprendimiento en España es la falta de habilidades emprendedoras. Se necesitan grandes ideas, pero sobre todo, personas con una mezcla especial de actitud y competencias para ponerlas
en marcha. Personas capaces de impulsarse a si mismas.

Somos conscientes de que el inicio de un camino emprendedor no tiene certezas absolutas sino curvas en las que explorar continuamente. Por ello, ayudaremos a jóvenes inquietos y creativos a explotar y desarrollar sus
capacidades y canalizar su energía para que sean ellos mismos quienes aceleren su propia naturaleza emprendedora.

Un laboratorio de emprendimiento que cambia las reglas. Una experiencia de dos meses con una combinación de la vertiente humana, a través el desarrollo de competencias emprendedoras clave y la vertiente startup,
permitiendo a los jóvenes becados conectar con el mundo emprendedor, descubrir su talento, trabajar su marca personal, canalizar su energía y aprender metodologías de innovación.

La primera edición tendrá lugar en junio en el espacio de innovación y emprendimiento La Nave en Madrid. El 1 de mayo abriremos inscripciones y empezará el proceso de selección de 20 jóvenes inquietos, curiosos y creativos con gran potencial emprendedor de entre 18 y 25 años. Toda la experiencia en https://humanuplab.es

#HUMANUPLAB

Innovación basada en las personas

El otro día leía un texto en el que se hacía un análisis de los procesos de innovación seguidos por diversas compañías durante los últimos años y me gustaría compartir algunas reflexiones sobre él.

La innovación es uno de los aspectos más importantes en cualquier organización o sociedad que quiera avanzar y es la razón por la que muchos proyectos han sobrevivido al paso del tiempo y otros han acabado cerrando. En esta época tan tecnológica, es una palabra que se usa mucho, pero lo cierto es que son bastantes las empresas que han incurrido en el mismo error en los últimos años: pensar que lo más importante es el funcionamiento de sus productos y no lo qué hacen o por qué lo hacen, no poniendo a las personas en el foco de la tecnología.

Pondré un par de ejemplos que se analizaban en el texto que leí:

Blockbuster era un servicio que permitía a los clientes alquilar películas desde cualquiera de sus tiendas en Estados Unidos y Europa. Durante muchos años, fue la compañía más exitosa del sector y sus responsables prefirieron centrarse en el alquiler (la estrategia que les había hecho líderes), antes de analizar cómo podían hacer más fácil el visionado de películas a sus clientes. De hecho, tuvieron la oportunidad de comprar Netflix pero no lo hicieron. No quisieron innovar y cuando esa misma empresa que se negaron a comprar, empezó a enviar películas por internet y los proveedores de televisión por satélite hicieron posible alquilar películas, quebraron.

Nokia Corporation era una empresa con sede en Finlandia orientada a la fabricación de teléfonos móviles. Fue líder mundial en este sector entre 1998 y 2011. La compañía consideró (cuando salió al mercado el primer iPhone) que el desarrollo de smartphones no tenía sentido siendo ya líderes y no invirtió dinero en ese ámbito, centrando todo su modelo de negocio en la robustez de los dispositivos ya creados. El mercado cambió por completo y Nokia quedó relegada a un plano residual hasta su venta a Microsoft y posterior cierre en el año 2014.

Como vemos, el principal problema reside en acomodarse en las cosas que hacemos bien, sin prestar atención a las necesidades y a la evolución que tienen nuestros clientes y nuestro entorno.

Hay una gran analogía de Guy Kawasaki (reconocido especialista en el ámbito de las nuevas tecnologías y el marketing) sobre la evolución de la industria del hielo, que ilustra perfectamente el hecho de que la mayor parte de las empresas se define por aquello que hace y no por el beneficio que genera a sus clientes.

En los tiempos anteriores a la refrigeración, la industria del hielo estaba formada por gente que lo recolectaba en las regiones de clima frío, usando sierras, caballos y trineos en los meses de invierno. En el año 1900, se recogieron 4536 toneladas de este modo.

Más tarde, surgieron las fábricas. Eran lugares donde el hielo se fabricaba en grandes cantidades y se vendía a los clientes. No hacía falta que fuera invierno, ni que las personas vivieran en regiones frías para recolectarlo.

Finalmente surgieron las empresas de neveras y congeladores: esta es la etapa actual de la industria del hielo. No tiene que ser invierno, no hace falta vivir en una región fría y no es necesario acudir a una fábrica de hielo. Cada usuario tiene su propia fábrica de hielo personal.

Lo curioso del caso, es que ninguno de los recolectores abrió una fábrica de hielo y ninguna de las fábricas, se convirtió en compañía de refrigeradores. Reflexionemos pues, sobre la complejidad de pasar al siguiente nivel y las diferentes formas que tenemos de innovar.

¿Puedo descubrir y desarrollar mi potencial?

Existen algunas personas que a lo largo de su vida o su trayectoria profesional se lamentan porque dicen o creen no haber descubierto su talento, su capacidad para hacer, su potencial para crear o desarrollar. Para descubrir aquello de lo que cada uno es capaz, son necesarias algunas premisas de partida que conviene recordar.

  1. Creer en uno mismo o en las personas que forman nuestros equipos de trabajo

Recordemos la historia de Ben Carlson, el que fuera precandidato republicano y que inspiró la película «Manos Milagrosas». Un neurólogo que saltó a la fama 1987 cuando logró separar con éxito y por primera vez en la historia a dos bebés siameses.

Carlson fue un mal alumno en su infancia y creció en barrios desfavorecidos de Detroit y Boston. Sin embargo el empeño de su madre porque leyera dos libros a la semana y el respaldo de uno de sus profesores que creyó en él, despertó en Carlson todo el potencial que años después lo lanzó a la fama.

En ocasiones, no basta con que otros crean en nosotros, el primer paso es que uno crea en sí mismo y en lo que puede dar o llegar a dar.

Existe muchas veces un símil entre la vida escolar y la profesional, cuando el maestro (que no profesor) consigue dotar de sentido el aprendizaje o cuando el líder es capaz de dibujar aquello que va a emocionar y por tanto a movilizar a su equipo de trabajo. En cualquiera de las dos circunstancias, las personas encuentran el porqué para activarse y moverse.

 

  1. Descubrir dónde puedes brillar

Un punto clave para conseguir descubrir y desarrollar nuestro potencial, es cuando conseguimos descubrir cuál es el vértice del triángulo que forman estas tres premisas básicas:

  • Qué es importante para mí
  • Qué me gusta hacer o me proporciona placer
  • En qué destaco o soy bueno
  1. Aprender del fracaso y aceptarlo como parte de nuestro desarrollo

Normalmente los grandes éxitos vienen detrás de numerosos fracasos. Debemos estar dispuestos a ello, sabiendo que éstos, nos acercan al sitio donde queremos llegar. Esto no siempre es posible, dado que no todas las empresas son capaces de proporcionar esa sensación de que «no pasa nada» si te equivocas o fracasas.

  1. Trabajar nuestra resiliencia

Si los padres de un niño que empieza a caminar, no dejan que éste caiga y se vuelva a levantar probablemente el niño no aprenderá que tiene la capacidad de enmendar su error y que la repetición le llevará a tener éxito. Las consecuencias de que las cosas sean fáciles a corto plazo, pueden traernos consecuencias negativas a largo plazo. Debemos aprender a salir fortalecidos de nuestros fracasos, para seguir intentándolo.

  1. Generar rutinas

De nada me sirve saber la teoría para patinar, sino me pongo a practicarlo. Nuestro cerebro se modela a través de repeticiones y de rutinas, también de pensamiento. Solo de este modo podremos educar nuestras emociones, que son clave para la acción.

  1. Aceptarse y trabajar el pensamiento positivo.

Aceptarnos significa querernos con nuestras virtudes y defectos, trabajando por y para nosotros, creyendo en lo que hacemos sin pensar en lo que otros pensarán sobre ello o sobre nosotros mismos. Solo cuando alineamos nuestro ser con nuestro hacer visualizando lo positivo de cada momento y acción, estaremos segregando endorfinas que harán que aflore nuestra capacidad para crear, para innovar y saldrá a la luz nuestro potencial.

 

De vendedor a fundador. Hoy nos sentamos con Quique Cadórniga

La Generación Z está entrando en el mundo laboral. Una generación digital, inconformista y comprometida que da la vuelta a todo.

El 40% tienen la inquietud de ser emprendedores. Una tendencia que transforma por completo el camino que habían seguido los jóvenes hasta ahora. Hoy acercamos la visión y motivaciones de uno de ellos.

Quique Cadórniga es un emprendedor lucense especializado en marketing digital. A sus 23 años ha fundado varias empresas y ha trabajado en compañías tecnológicas como Twitter o Google. Además, fue finalista de la primera edición de nuestro programa, Factoría de Talento Adecco.

 Cuéntanos Quique, ¿qué te ha llevado a emprender?

Es una inquietud que he tenido desde pequeño; con 10 años vendía helados en verano en el patio de mi comunidad, con 15 montamos un proyecto basado en vender libros escolares de segunda mano el día de las notas… Emprender me divierte, me gusta ser un camino para que las personas tengan lo que necesitan.

¿Qué papel han jugado los mentores en este camino?

Han jugado un papel muy importante. No he tenido mentores-consultores pero si personas que me han inspirado mucho con sus actos. La primera mi madre, la emprendedora de la casa, que me ha inculcado la valentía empresarial y me ha prometido tener una cama y un plato de comida si las cosas salen mal… así es más fácil arriesgarse. No todo el mundo juega con una red de mínimos.

Además cuento con mi particular “mentoría estructurada”, la suerte de pertenecer a una comunidad de gente creativa y proactiva como la que forma Factoría de Talento. Es imposible no contagiarte de la energía de tus compañeros.

¿Qué tres habilidades han sido claves en tu camino al emprendimiento?

Curiosidad: Ir por la calle con los ojos abiertos fijándote en todos los negocios. Preguntarte por qué la tienda A está llena y la B no tiene clientes, intentar calcular qué margen tiene el negocio por X producto… En definitiva, ser observador, plantearte muchas cuestiones e intentar darles respuesta cuando coges un ordenador.

Esfuerzo: El número de horas que trabajamos es de las pocas variables que podemos controlar al emprender. Lamentablemente, no puedo hacer nada para ser más listo, o tener más talento, pero si puedo dormir 3 horas menos. Es lo que está en mi mano.

Jugar en el largo plazo: Creo que las buenas cosas en la vida requieren tiempo, trabajo y constancia. Intento tomar cualquier tipo de decisión en mi vida con esa mentalidad y dejar a un lado el cortoplacismo y “los pelotazos”.

 ¿Cuál es tu mayor obstáculo para seguir creando?

Ninguno, cualquier cosa que te diga sería una excusa. Por supuesto que hay barreras al emprendimiento, muchas de ellas impuestas por la administración, pero la mayoría están fuera de nuestro radio de actuación, así que tenemos que intentar que esas dificultades nos quiten la menor energía posible y centrarnos en aquello sobre lo que podemos generar un cambio.

¿Cómo crees que se puede impulsar el espíritu emprendedor en los jóvenes en una cultura que promueve la comodidad y huye del riesgo?

 Creo que hay que promover los valores del emprendimiento más que el emprendimiento en si. Como dice Mark Cuban “Business is the ultimate sport” no hay ninguna actividad tan competitiva en el mundo; a veces se venden ciertas historias de éxito que pueden llevar a la gente a pensar que esto es fácil cuando lo normal es que salga mal.

Dicho eso… cada vez hay menos relaciones laborales y más mercantiles… puede que dentro de unos años emprender sea una obligación más que una elección. Hay que estar preparado para ello.

En mi opinión, la mejor forma de impulsar esos valores es a través de la educación. No me refiero a poner asignaturas de emprendimiento en el colegio (que daño no harían…) sino a integrar las soft-skills del mundo empresarial en todo el proceso formativo de una manera práctica: resolver problemas del mundo real en lugar de ejercicios ficticios, desarrollar habilidades de ventas, trabajar en equipo e inteligencia emocional.

 

 

 

 

 

 

¿Dónde puedo formarme para desarrollar las habilidades que necesito para trabajar?

“Primero hay que ver despertar el cerebro social, educar para la paz, y a partir de ahí, hay que poner el acento en los conocimientos, para poder después experimentar con las habilidades, los talentos o los conocimientos adquiridos, y compartirlos con los demás, construyendo ideas y proyectos con los que transformar la sociedad”.

Son palabras de Nora Rodríguez, fundadora de Happy Schools Institute quien piensa que el modelo educativo debe de cambiar ya que no se desarrollan habilidades como la autonomía, el liderazgo, la capacidad de reflexión, la proactividad o la gestión del tiempo.

El sistema educativo está articulado de tal manera que en las clases por norma general se imparten una gran cantidad de conocimientos, pero no se desarrollan este tipo de habilidades.

Son muchos los jóvenes que al acabar sus estudios con gran ilusión esperando adentrarse en el mercado laboral, se dan cuenta que no disponen de las habilidades necesarias para que su incorporación a este mundo sea de una manera cómoda. Esto puede suponer que los jóvenes no consigan obtener el puesto de trabajo al que aspiran para comenzar su carrera profesional y concluir con que el 68% de los jóvenes españoles crean que tendrán que trabajar de “lo que sea” para acceder al mercado laboral. 

Según Forbes, entre las habilidades profesionales más demandas por las empresas se encuentra tener una comunicación eficaz, capacidad de organización, resolución de problemas y la capacidad de trabajar en equipo.

Son muchas las horas de clase, los exámenes y trabajos realizados y a pesar de ello, en numerosos casos, los estudiantes no cuentan con estas habilidades tan demandadas en el mercado laboral. A esto se suma además, el que algunos de ellos acaben “quemados” tras su etapa universitaria, perdiendo gran parte de la actitud con la que empezaron sus estudios y que es demandada por las empresas.  

En los últimos siete años, el número de matriculados en másteres universitarios ha aumentado un 77,7%. Esto denota que no existe un desinterés por parte de los jóvenes por formarse, más bien existe una situación de no saber dónde poder adquirir esas habilidades que les son demandadas. Muchos de los jóvenes que han pasado por el programa Factoría de Talento nos han contado cómo se han dado cuenta de la carencia que tienen en la adquisición de estas habilidades y de la necesidad de desarrollarlas para convertirse en los profesionales que quieren ser. 

El problema no se encuentra en que los jóvenes no quieran adquirir estas habilidades o no tengan ganas de formarse. El problema reside en no saber dónde ni cómo poder desarrollarlas.

 

Dynamis Consultores nominados a los premios Impacto ODS por su proyecto Factoría de Talento.

El pasado 15 de septiembre, tuvo lugar en Impact Hub Madrid la entrega de premios Impacto ODS promovidos por Impact Hub Madrid para apoyar proyectos enmarcados en los objetivos de desarrollo sostenible.

Tras el proceso de análisis de las candidaturas, se seleccionaron 7 proyectos únicos que promueven diferentes objetivos: gestión del talento joven, ciudades sostenibles, salud…

Dynamis Consultores, fue seleccionada para estos premios, por su proyecto Factoría de Talento, dirigido a jóvenes que quieren desarrollar sus competencias profesionales y explorar su espíritu emprendedor.

Durante la ceremonia final de entrega de premios, los 28 miembros del jurado divididos en 7 mesas, lideraron un debate en torno a los 7 proyectos finalistas, su propuesta de valor y lo que aportan a los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

3 ganadores en una jornada única galardonados con dos membresías Hub Sin límites durante 6 meses y un programa de mentoría de 3 meses, así como su acceso a la red global Impact Hub con más de 15.000 emprendedores sociales.

Impact Hub Madrid, es el fruto de fusionar un lugar para la innovación y los negocios en un entorno único de trabajo, aprendizaje y creatividad. Un ecosistema de innovadores donde se pueden encontrar recursos, inspiración y colaboraciones para hacer crecer los proyectos e impulsar las diferentes ideas independientemente de la fase en la que se encuentre.

Dynamis es una consultora especializada en procesos y habilidades para el Liderazgo, la Comunicación y la Gestión del Cambio. Más de 20 años de experiencia asesorando a las organizaciones en el diseño e implantación de proyectos en el ámbito de los RR.HH avalan sus proyectos de consultoría, formación y desarrollo: Gestión por Competencias, Procesos de Reestructuración Organizativa, Procesos de Cambio, Identificación y desarrollo del Talento, Políticas de Formación y Desarrollo.

Las ocho claves del pensador activo

Las reuniones son habituales en muchos equipos. Es frecuente que muy a menudo se tenga la sensación de que semana tras semana las reuniones de equipo se desarrollan de la misma manera; cada persona ocupa su lugar y desempeña su papel… Cuando una persona tiene asignado un rol es difícil “escapar” de él aunque sepamos que no siempre nos favorece. Un proceso de Personal Training permite analizar qué rol se juega en un equipo, cuál es la contribución de dicho rol y optimizar su ejecución.

Las “ocho claves del pensador activo”  que compartimos aquí, son las buenas prácticas que un profesional ideó durante su proceso de personal training.

  1. Piensa antes de actuar
  2. Evita actuar basándote en el estado de ánimo o en las circunstancias
  3. Escucha, no siempre tienes que hablar tu el primero
  4. Busca información para definir la situación o problema
  5. Identifica tu ámbito de influencia y trabaja desde ahí
  6. Enfócate a la solución, no al problema
  7. Cuestiónate si te haces buenas y variadas preguntas, o si das por válido el primer enfoque
  8. Si lo que estás haciendo no funciona, haz algo diferente

¿Cuál era el rol de este profesional en el equipo?

Este profesional tenía un carácter muy espontaneo lo que le impulsaba a llevar la iniciativa en numerosas situaciones. Como sus compañeros sabían de esta pauta, sólo tenían que esperar a que él tomara su posición ante cualquier problema o discrepancia; esta dinámica provocó que fuera conocido entre algunos mandos como “el peleón”. Durante el  personal training se analizó el rol ocupado en el equipo y se entrenaron diferentes formas de actuar que velasen por continuar con un rol activo pero más reflexivo ante las situaciones críticas.      

Si quieres conocer más sobre estos procesos…

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¡Me siento competente ante los cambios pero, si es posible, que no sean imprevistos!

La generación de los jóvenes que se está cerca de incorporarse al mercado laboral ha nacido en una época de cambio y podríamos pronosticar que convive con éste de forma más adaptativa que generaciones anteriores. Veamos si es así… Hoy, compartimos con vosotros los resultados de la investigación[1] con el talento joven y el cambio.  

En este ámbito, hemos utilizado el modelo autoeficacia de Schwarzer. La autoeficacia hace referencia al sentimiento de confianza en las propias capacidades antes situaciones estresantes. A los indicadores de este modelo hemos añadido algunos indicadores específicos de la vivencia del cambio evitando hacer mención al sentimiento de autoeficacia.

Los datos indican que el sentimiento de autoeficacia general ante situaciones difíciles y estresantes es muy elevado. La respuestas a ítems como “tengo confianza en que podría manejar eficazmente situaciones inesperadas” se han concentrado en las frecuencias más altas de la escala: muy habitual y bastante. La mayoría de los ítems tienen porcentajes entre el 95-100% en este intervalo de la escala.

Si bien en este panorama de sentimiento de autoeficacia, hay dos ítems que destacan, siendo su porcentaje también alto, solo llegan al 70%. ¿Qué ítems son estos?

  • Las situaciones inesperadas me gustan.
  • Prefiero trabajar con gente que es diferente a mí, en opiniones, ideas…

Es paradójico que el mismo talento joven que declara  “mi deseo es encontrar un entorno profesional que me exija estar cambiando y aprendiendo continuamente” de forma abrumadora, también manifieste su dificultad para trabajar con personas diferentes a sí mismas y que no les agraden los imprevistos.

En la actualidad, son muchas las iniciativas que abogan por equipos multidisciplinares y diversos pues sus resultados suelen ser más innovadores. Pero para que esto ocurra es básico estar abierto a ver en lo diferente una oportunidad y no una amenaza; esta es la esencia del trabajo en equipo, generar sinergias en la diversidad.

Por otro lado, esperar cambio con control, es una expectativa algo irreal en muchos momentos, los imprevistos forman parte del día a día como los minutos o las horas…En todo caso, parece que el talento joven siente más capacidad para bregar en las aguas del cambio, que gusto por el cambio inesperado.

Teniendo en cuenta estas conclusiones, tal vez haya que considerar la necesidad de control que el talento joven parece desear y trabajar para reducir éste si se quiere que estén más adaptados a los cambios.      

 

[1] Con el objetivo de conocer cómo es el talento joven que está llegando a las empresas hemos abordado una investigación con jóvenes que están cursando sus últimos años universitarios y que han sido identificados por su talento para un programa de desarrollo en competencias: Factoría de Talento www.factoriadetalentoadecco.es